Los Pérez García eran una familia de ficción de una comedia que tenía muchos problemas, de ahí el dicho “Más problemas que los Pérez García”. Tomando esto se puede decir que el Grupo Clarín son los Pérez García de los problemas judiciales. Producen hechos judiciales todos los días. El primer problema que tienen es la abundancia, eso no a veces, generalmente, es un problema. Clarín desarrolló tanto una idea que se le rebalsó: la idea de abundancia. Y tiene tantos problemas judiciales que no sabe donde meterlos, abunda ellos, lo abundan los problemas judiciales. Así que los mete en Política, Nacionales, Interés General, Internacionales, pero nunca en Policiales. Pero ese es un problema que se puede entender, si pusiera en policiales sus propios problemas policiales, el diario se volvería un diario de policiales.
Los nuevos diarios de principios de siglo
Como los Pérez García de la comedia, los Pérez García de los problemas judiciales presentan todos los días un nuevo problema judicial en el que están implicados, y son tantos que parecen los García de la guía. Hablan tanto de si mismos que parece que la edición se la preparara Moria Casán, que se Moriaran además de Perezgarciaran. Uno lee tanto hablar de su propia situación a un diario que tiene que dar idea de neutralidad, que tiene que esconder su propio yo, o controlarlo un poco (¡Yo deje ese diario!) que se pregunta si el grupo de editores son Alfano, Pachano, Casán, la Barbieri y Fort. En todo caso son la vedette del escenario, del escenario del crimen por como viene la cosa.
Todo esto en un grupo económico que además tiene dentro de sus canales de noticias las consignas “Periodismo independiente” y “Periodismo objetivo”
El problema es que son tan grandes que se les mete por todos lados lo que son. Están como el grandote que quiere esconderse detrás de un palo. Quieren esconderse detrás de la realidad, y sobresalen.
Si siguen así van a tener que inventar un nuevo género “Periodismo Desobjetivo” , “Periodismo Autodependiente” o “No periodismo”
Están como los diarios partidarios de principios de siglo, que hablaban de si mismos, pero ellos, a diferencia de estos nuevos diarios de principios de siglo, decían lo que eran, no lo que no eran.
ESTIMADOS, Argentina es un rollo de confusiones, algunas que vienen saltando años desde comienzos del siglo pasado, escribiendo la historia a la medida de las consideraciones y de las soberbias de las conveniencias de una clase social deseosa de regresar a la esclavitud, al tiempo que otros posteriores intentan escribirla para sostener glorias de escritorio, prescindentes de gesta alguna porque nunca hubo un esfuerzo genuino a favor del país y mucho menos de su sociedad. El siglo pasado se ha caracterizado por un estado ausente, fabricante de una monumental deuda política, atroz, que sostiene a la sociedad argentina en un permanente estado de confusión... Mientras muchos no saben cómo pasar los inviernos, otros se cobijan bajo los cartones remanentes de la década infame de los noventa, donde aquello que quedaba fue arrasado. Hoy tenemos la oportunidad de construir una nueva Argentina, y debemos hacer foco en ello, más allá de la presencia de los necios que han fabricado aquellas historias a la medida de sus conveniencias, apropiándose de bienes de muertos por contener ideas, o bien de sus esfuerzos por asesinato de sus voluntades, ya que hay varias formas de diezmar los espíritus... pero indudablemente, con mis sesenta a cuestas, veo con claridad que el cambio está y que debe seguir su curso a pesar de los "nefastos" que ya no saben cómo mentir y tampoco pueden, tal era antes de la electrónica, inventar opiniones para someter al soberano... y aquí hay muchos que han participado en esta barbarie, matando ideas e ideologías.
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