Los científicos descubrieron que una de las lunas de Saturno le pasó algo particular con su mar. Tenía mar, pero no tenía tanta atmosfera, como nosotros. Fue teniendo cada vez menos gravedad. Y el mar, en algún momento, al ver la poca gravedad del asunto, ya no sintió atracción por el planeta, se divorcio de él y se fue, a vagar por el espacio, buscando otro planeta que lo atraiga más
El mar nuestro en cambio, a pesar de que le afeamos cada vez más el planeta y hacemos de todo por volverlo menos atractivo. Sigue tan enamorado como el primer día, atraído, fiel a la Tierra, sin abandonarlo e irse a pasar por el espacio, compartiendo su suerte.
Esta es una fidelidad de mar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario