Bueno, precisamente, le traje el colibrí. Tengo problemas
con este pajarito. Le estoy enseñando a planear. Es difícil debe ser enseñarle a planear a un colibrí. Parece que les dieron
cuerda, parece que no estuvieron volando durante veinte años y de repente
salieron a volar. No planea, no se queda quieto, es como si recién hubiese estado
mirando la televisión, queda con las revoluciones a mil
A ver colibrí, planee
Pero no ¿Cómo llegamos cuando no haya nadie, agarramos todo, y
nos vamos haciendo un túnel por abajo? ¿Que me dice?
No quiero que haga un plan. Que planee con las alas, como
los cóndores, que las deje quieta y se deslice con el envión que tenía, el famoso
viento de cola. El sueño del vago, trabajar
bastante antes para después aprovechar el envío y no hacer nada por un rato. Sea vago
A ver colibrí, planee con las alas, deje de moverlas, déjelas
quietas, que usted va a avanzar solo. Upa! se cayó! Estaba alto. Ay los
gatos! Ay los gatos! que atentos estaban. Ya está, se acabaron los planes.
Siempre que le enseño a planear a los colibrís se llena de gatos
abajo. Bueno, eso fue un desliz
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