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martes, 31 de marzo de 2015

terapia

Hablan los psicólogos de la circularidad de la patología, uno no sabe mucho de eso, pero más o menos se imagina que sería así: Una acción de una persona en la realidad se vuelve una conducta particular, y al poco tiempo  en otra realidad se vuelve la misma conducta, no porque la persona lo repita a propósito sino todo lo contrario, porque considera el psicoanálisis que las personas tienen estructuras personales que organizan la realidad en la mente, o sea que no es que el hombre vuelve a hacer lo mismo sino que vuelve a actuar en la estructura de la misma manera. Porque la estructura es eso, algo que funciona siempre de la misma manera, un marco, donde se acomodan las cosas. Coincidamos o no coincidamos con esta mirada, esas son estructuras individuales, pero nadie habla de estructuras sociales ¿Y porque socialmente se repite siempre el mismo comportamiento? Eso es materia de sociólogos y ya lo tendrían que empezar a investigar, pero es interesante ponerse a pensar por qué se está repitiendo una forma particular de actuar. Hace años que en Argentina de construyen mini apocalipsis que se diluyen a las dos semanas y ya nadie vuelve a hablar de ellos. Son como tormentas mentales donde se enganchan todos, hasta que se diluyen. El caso Nisman fue uno. En un principio se especuló sobre una cosa, una gran parte estuvo de acuerdo, se hablo de crisis de gobernabilidad, el gobierno se terminaba en unos días. Y podía llegar a matarnos a todos, como mató a Nisman. La consigna era “Todos somos Nisman” A las dos semanas las razón de la muerte del fiscal eran otras, la gobernabilidad no estaba en riesgo, y no parecía que nos fueran a matar a todos en el baño. Nuevamente las mentes se habían tranquilizado. Lo extraño de esos miniapocalipsis es que mientras están en ellos, los que están en ellos, se creen que va a ser para siempre así. Y cuando se vuelven a meter en otro no tienen registro que eso ya les pasó antes, que mientras estuvieron metidos en el  anterior se pensaron que iba a ser para siempre así, y que no fue así. Es como si la realidad fuese una línea temporal formada por momentos de calma y momento de caos, la calma conseguida, el caos construido.


La particularidad que tienen las situaciones es que tienen la sensación de eternidad, mientras las personas están en ellas no saben que no siempre van a ser así y van a cambiar a la vuelta de la esquina. Si nos ponemos a nombrar se  pueden detectar una infinidad de tormentas y calmas de acá para atrás ¿Cómo se vuelve a repetir una conducta social una y otra vez si no es una estructura mental? Sin ir a la real y compleja interpretación que no conocemos bien,  de que las personas se meten en energías que andan dando vueltas en el aire y esas energías las llevan con sus lógicas, el rol de los medios en esto es fundamental. Pero hay un problema que podemos analizar, que es la falta de registro de las personas de lo que sucede en realidad. Solo ante personas que no tenemos registro de lo que nos está sucediendo, los mecanismos de construcción de lo simbólico que los manipulan pueden meternos en sus temas y climas, sus construcciones y sus trampas ¿De quién es la culpa de la falta de registro? De las instituciones por un lado y algunos medios privados por otro que dañaron la manera de pensar y de vivir de las personas

Lo que está bien



En algunas ciudades las personas les tienen miedo a las condenas sociales, o sea a lo que un grupo de personas puede decir de ellos. Eso forma mucho más realidades que el deseo. Elijen tal carrera porque se acepta, tal persona porque se acepta, tal acción porque se acepta. Y sobre todo no elijen tal otra porque no se acepta. Cuando una persona sale de sí misma y elije su realidad en función de lo que quieren otros y no su deseo, de raíz ya se compro un problema. Las sanciones sociales han formado más personas que las escuelas. Cuando un grupo de personas se forma en función de un temor (tengo que hacer esto porque sino que van a decir de mi) no se puede esperar una sociedad feliz. El temor no trae felicidad, la causa construye la consecuencia
Ahora ¿Que es lo que decide que está bien en una sociedad? ¿Cómo se forma una regla de comportamiento social? No se ha investigado mucho eso. Una se imagina que un grupo de personas decide que algo está bien porque le conviene, sobre todo porque les conviene económicamente, y decide manipular a los demás para que hagan eso. Y a medida que van apareciendo personas nuevas con deseos nuevos y posibilidades de tránsitos nuevas, los educan, persiguen y manipulan para que abandonen sus deseos y se adapten a lo que se hace, que no es una ley universal, sino lo que decidió un grupo anterior de personas que se hiciera porque le convenía económicamente. Lo que las sociedades dicen que está bien es lo que un grupo de personas anterior decidió que estaba bien porque les servia así. Lo que está bien para una persona es lo que la intuición siente que está bien, no lo que propone su entorno. Los entornos no escuchan a las personas, las adaptan a sus necesidades
Traduzcamos entonces, cuando un grupo de personas te dice: Esto es lo que está bien. En realidad te está diciendo: Esto es lo que nos conviene. Si fueran sinceros y lo dijeran de esa manera ya no podrían manipular, la verdad no manipula y libera, no solo al que la recibe sino también al que la dice. Eso deberían aprender también los poderosos regionales, los mecanismos de la trampa hacen caer en la trampa también al que manipula el mecanismo



sábado, 28 de marzo de 2015

Día internacional del teatro. El arte de no ser (Como ser artista en tu ciudad)



En la edad media había dos penas capitales para una persona, matarlo  o desterrarlo, era el máximo daño que se le podía hacer. Desterrarlo era sacarlo de la tierra, echarlo de su aldea, era sacarlo del mundo, las personas vienen a estar en mundo. Hoy existe otro tipo de destierro, sigue siendo una de las peores cosas que le podes hacer a una persona, pero es de otra manera, el destierro simbólico, sacar a alguien de su mundo simbólico, hay quien dice que la locura es eso, no estar en el mundo, un destierro simbólico. Pero el debate es ¿Cuál es el mundo simbólico? Es difícil saber cuál es el mundo simbólico pero los orientales tienen una pista, tu mundo simbólico es aquel en el que querés estar, o sea ser el que querés ser, es lo que te da felicidad, contención, lo que o te hace no luchar contra esa actividad. La intuición sabe donde querés estar. Hoy hay un montón de mecanismos gruesos para los destierros simbólicos de las personas, medios, partidos políticos, instituciones, pero hay mecanismos muy sutiles y muy poderosos también, la opinión de los otros transformadas en una tendencia, que por un error de interpretación se vuelve una ley. Casi nunca las tendencias representan la verdad, sino lo que opinan un grupo de personas sobre una cosa, manipuladas por un grupo de personas anterior. Vivimos en un mundo de desterrados simbólicos, semi desterrados simbólicos, casi desterrados simbólicos, gente que está al borde de caer de su mundo, gente que fue sacada de la realidad, de su realidad
En este mundo simbólico ser artista en algunos lugares es difícil. Los artistas cargan con el peso de no ser, en un mundo donde es importante ser. Por las construcciones de los otros en el artista hay un no ser, no haberse realizado, no haber madurado. Y está en esta simple lucha, donde desde el afuera le viene al artista que ser artista es no ser y desde adentro le viene que la única manera de ser es ser artista. Es  imposible satisfacer a las dos fuerzas, no hay negociación ahí, y lo único que le queda es priorizarse a sí mismo, después de todo uno es uno y no el afuera, y ser artista.
Pero vamos a pensar porque se dice que el artista no trabaja cuando está trabajando, la misma frase indica el error del que lo está diciendo. No se saben los mecanismo de porque una sociedad considera que lo que es trabajar no es trabajar, en todo caso se puede hablar de mecanismo individuales. La verdad que trabajar es poner una cantidad de horas de esfuerzo en una actividad y solamente eso, no depende de la actividad que sea trabajo o no. No es poner una cantidad de horas en una actividad particular, sino en una actividad, No hay actividades que sean no trabajar, no existe eso. Pero algunas sociedades suelen decir que trabajar es poner una cantidad de horas de esfuerzo en una actividad y no en otro, o sea, suelen decir que trabajar en una cosa es no trabajar, oponer una cantidad de esfuerzo en una cosa es no poner una cantidad de esfuerzo en una cosa. No existe eso. Una cantidad de horas de esfuerzo en una actividad es trabajar, y nada más
Esta interpretación de las cosas, hace que haya cada vez menos artistas pero sobre todo que a los artistas les cueste cobrar por su trabajo, y aun peor, que a los otros les cueste pagar por el trabajo del artista,