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domingo, 28 de noviembre de 2010

Oto más (Ficción)

 
 
Oto más- Hola, soy Oto Más, el nuevo ministro de economía extranjero del país. Oto más. No, no soy uno nuevo, no otro más. No no, otro más no. Oto Más me llamo, Oto de Oto Bismark, y Más de Pinino Más. Mi madre era descendiente de Bismark y mi padre primo del Pinino Más
Me mandó el FMI… No, no. Bajen las armas, no me apunten. Señor, usted con el misil, no active eso. Caramba, me dijeron que estos foráneos eran dóciles, como los nativos de Australia, los Australiopitecus,  que nos esperaban vivos cuando descubrimos Australia, no en un estado de fosilización, y tuvimos que matarlos a todos
Yo soy su nuevo ministro de economía, me mandó el FMI. No, no me apunten. ¡Epa! ¡Que cañonazo! No ¡Esperen! ¿De donde salió esa hacha? Que hachazo, son locos
¡Caramba! Me dijeron que estos nativos Argentinos, estos Argentinopitecus eran cordiales e ignorantes. Me voy a presentar de nuevo, por ahí no me entendieron. Yo soy Oto Más. No, no otro más. Que difícil. Ya se que vinieron otros. Si, soy Oto Más, pero no otro más ¡Como te odié padre el día que me pusiste ese nombre! Soy el nuevo ministro de economía, me manda el Banco Mundial ¡Epa! ¿Y ese flechazo? Me manda el banco mundial ¡Y esas salvas de ametralladora! Epa, que pegaron cerquita. Paren con eso. ¿Porque dije Banco Mundial? Ha, la mierda el lanzazo. Uy, me dio en la pierna
Bueno,  no les voy a decir que me manda ni el FMI ni el Banco Mundial. ¡Bueno basta! Me están tirando con gente con catapulta ¿No tienen municiones? ¿Ya se las vendió todas Menem?  Les decía Soy Oto Más ¡No! ¡Uno nuevo no! ¡Uno diferente! ¡No otro más! Padre como te odié el día que me pusiste el nombre. Soy su nuevo ministro de economía ¡Epa! ¡Que casi me pegan! ¿Qué pasa ahora? Si no dije ni FMI ni Banco Mundial…. Como les decía, soy su nuevo ministro de economía ¡Che! ¡El arponazó pegó al lado! ¡Que me pueden matar che! Entonces no se puede decir ministro de economía tampoco
¡Ay! ¿Dije yo que me pongan dinamita en las piernas! ¿Qué soy? ¿Una mina? No soy una mina, soy el administrador extranjero. Y para se queden tranquilos les voy a decir que estuve estudiando sus costumbres y aprendiendo su idioma, así que manejo su idioma malditos y sucios sudacas ¡Epa! ¡No se enojen! ¿Qué pasa ahora?  Ah, sori. Lo que pasa es que esa son las palabras que decíamos con mis compañeros  que estudiamos castellano en la escuela de Chicago. Malditos y sucios sudacas. Se me escapó, se me escapó. Me disculpo, sudacas
Soy su nuevo ministro de economía, como ustedes no se pueden administrar,  asquerosos sudacas populistas de porquería. Perdón, perdón, es la costumbre, es mi castellano, el que aprendí en la Escuela de Chicago. Maldito castellano, y malditos y sucios sudacas. Perdón, perdón. No se que me pasa
Como no se pueden administrar, me mandaron a administrarlos a mí, el varón Oto Más. Los que me mandaron fueron los acreedores extranjeros ¡Uy! Eso me pegó ¿Quién me tiró ese aro arrojadizo? ¿Qué dije ahora? ¿Acreedores extranjeros?
Bueno, me cansé, soy el varón Oto Más, los vengo a administrar porque ustedes no lo pueden hacer, me mandaron el FMI, el Banco Mundial y los acreedores extranjeros y soy su nuevo ministro de economía,  malditos, asquerosos y olorosos sudacas fak fak sudacas ¿Esa pared se les está cayendo? Tienen las paredes flojas acá. Debe estar mal de cimientos. Se está cayendo hacia a mí. Me va a pegar de lleno ¿Se dieron cuenta que me va a pegar de lleno? Ah, se dieron cuenta ¡Se me viene encima!  Malditos sudacas!!!

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