Cuando vamos al gimnasio nos encontramos con varios problemas. Primero están las mujeres bailando al lado. Si nos ponemos a contar las repeticiones que tenemos que hacer, terminamoss levantando cuatro glúteos, seis pechos, ocho elongaciones de la del medio, seis flexiones de la enrulada. Y cuando llegamos a nuestra casa y nos preguntan ¿Cuánto hiciste hoy? Les decimos "Hice once morochas, cuatro espaldas de la pelirroja y dos pechos de la de la punta"
Después esta el problema, de que para algunos de nosotros el cuerpo no registra el paso del tiempo. Pasan dos años y sigue igual que el primer día. Parece que fuese el de wolverine de los X-Men, le hacen lo que sea y vuelve a ser el mismo de antes. Ahí estamos todos los wolverine que hace tres años que vamos al gimnasio y estamos siempre igual. Las pesas no nos afectan, somos los inmunes a las pesas y las rutinas de los profesores. El gimnasio es una máquina del tiempo para nosotros, que hace que volvamos siempre al primer día de gimnacio. Sufrimos una desobediencia de los músculos, y da la impresión que hagamos lo que hagamos nuestro cuerpo nos ignora. Y a juzgar por como está, nos desprecia;al menos nos boicotea
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