Con ustedes señores de nuevo, el domesticador de pájaros!
Hoy voy a hacer algo impredecible pero predecible, hoy vamos a ir a lo impredecible
para hacerlo predecible ¿Se puede hacer? No sé, es impredecible. Vamos a volver predecible a un tero. Ya lo decía de mi
tía, no hay que hacerle caso a la propuesta del tero. Ella tenía un tero en la
granja que era el más engañador de todos, los tenía engañados a todos. Empezó haciéndole
creer que los huevos estaban en otros lados, después ya les hizo creer que era
la paloma de la paz, y finalmente les hacía creer que era el hijo que se había ido
de los Giménez.
¿Cuantas veces nos ha engañado el tero? ¿Cuantos engaños les
venimos soportando? Lo
peor es que eso no es una estrategia estimado público, es una enfermedad,
porque después se la creen ellos. Esta misma tía tenía un tero que se creía la
propia mentira, se creía que los huevos estaban adonde él se ponía, que no había
nada, y empollaba ahí, sobre el aire, como una especie de empolladura psicológica
Y acá tenemos estimado público, a ese mismo tero, que el
campo se llamaba Rejucilo, porque metía miedo como el rejucilo, y que yo
adopté y le puse Bonifacio, con el que vamos a hacer esta maravillosa prueba de
volverlo sincero.
Vamosssss a volver sincero a un tero, vamos a sacarle ese
vicio de ser escondedor. Pase Bonifacio
¿Qué trae Bonifacio en el pico? No pero esa es una hierva mía
que me fum… pero eso no es legal Bonifacio, no en esa cantidad. Llévelo. No
Bonifacio no lo muestre, cállese, no buchonee. Pero eso yo lo tenía bien
escondido. Siempre exagera las cosas Bonifacio, algunas cosas si hay que
esconderla, no se puede ser tan sincero ¡Viene la policía! Que lo tiro
Bonifacio sos un rejucilo, tero mañero. Te pasaste de vuelta, me saliste buchón
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