Amaestrador de pájaros-¿Usted me pregunta por esa voz que
viene de la cocina? Ese es el tero. Nooo, el tero es engañador. No hay que creer en el tero. Bueno,
lo que le paso a la Ludmila, la vecina. Le creyó, le apareció un tero, primero
le hizo creer que era un cisne. No conforme con eso, le hizo creer que era un
cachorro de labrador. Cuando fue creciendo se fue volviendo más tero, más
engañador, además fue sumando en el grado de complejidad, no le alcanzaba ya con lo logrado. Le hizo creer que era
un viejo novio que volvía, Rubén. Ahí ya nos parecía que se le iba a la
mano. Vivió como un año con el haciendose pasar por Rubén. Y ya en un momento, creo
que en una etapa de problemas económicos de ese tero, le hizo creer que era el cobrador de
impuestos. No solo a la Ludmila, a todos nosotros. Y nos cobro el impuesto a la
ganancia, al cheque, al ingreso bruto, no dejo pelados. No hay que creerle nada
al tero, ni siquiera que es un tero
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