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viernes, 1 de marzo de 2013

La nona y las voces


La nona y las voces

 

Bien se dice que hay dos tipos de conocimiento, por intuición o por racionalización. En el primero uno se escucha a uno, lo que uno mismo se dice, y se hace caso.  Bueno, en casa lo que se sufre es lo que se dice de una sordera interna. No es escuchan. Claro, negados como fueron siempre para las ampliaciones y las ayudas, con eso de no escucharse a sí mismo, siempre se jactaron de que no escuchaban voces “Los que se escuchan a sí mismos, escuchan voces” “¿Y la voz de la conciencia que es? Una voz”   Y aun en algún momento lo llevaron más lejos, y eran de apagar la radio, más que nada por eso de no escuchar voces.

Y acá viene la cuestión de la nona. Porque la nona decía que escuchaba voces, la voz de Fioravamti, Víctor Hugo, la voz de Gardel cantando un tango. Y con esa problemática se presentó al psicólogo “Escucho voces, pero son voces ordenadas, Fernando Bravo de una a cuatro de la tarde. Víctor Hugo Morales entre las nueve y las doce. Ya arranco temprano, escuchando a Magdalena Ruiz Guiñasú. Eso me deja tranquila, son voces ordenadas. Siempre a la misma hora, las mismas voces, y  te informan” Le dijo .No pudo el psicólogo aclararle que escucha a AM Continental que estaba puesta en la cocina, porque la Nona le aventuro “O sufro algún tipo de trastorno, o soy un elegida, que me están transmitiendo cosas. Por ejemplo que está trabado el transito a la altura del puente Pueyrredon por un corte de calle” Porque bien sabia este psicólogo que en casa todos necesitan tener algún problema especial. Y la nona, una tana de las de antes, no tenía ninguno. Así empezó la relación entre el terapeuta de la familia y la nona. Ella lo llamaba y le decía “Fui a la cancha y escuche una voz, que decía Cambio En Argentinos, sale Cambiazo, entre Giménez” Y él no le decía que era la voz del estadio.

Ahí sigue la nona en casa, escuchando voces. Ahora son un poco distintas, lo dijo ella “Algo están pasando, las voces están desordenadas, escucho voces, pero son otras voces” Alguien le corrió el dial de la radio y está escuchando La red. Y enseguida te enumera “Jorge Rial me habla de nueve a una, y unos muchachos que hablan de  futbol, me hablan de doce a dos. Me contaron de los líos que hay en Boca con Riquelme. Por algo me lo dijeron, tengo que arreglarlo”

Ahí está la nona, la última vez que la vi, esta mañana, hace un rato, había salido, no sé si para el psicólogo o para La boca

 

jueves, 28 de febrero de 2013

Circulos y cuadrados


Círculos y cuadrados

 

Uno de los físicos más importantes en la actualidad  dice que hay dos tipos de conocimientos, el racional de la ciencia y el intuitivo de la mística. Ambos tipos de conocimientos, enfrentados desde hace tiempo, se están dando la mano.
Dice también que no se puede comprender de modo racional, porque la mente comprende a través de palabras, de modo direccional, lineal, a una cosa por vez, y en el universo las cosas actúan todas juntas. El universo es circular  y nuestra comprensión es lineal. Con lo que hemos caído en el viejo juego de los niños  ¿Cómo ponemos un cuadrado en un cubo? ¿Cómo ponemos nuestra racionalidad el universo?

Y cuenta que por suerte también está el conocimiento intuitivo, que funciona por conexión y no por comprensión, por pertenencia y no por división, por internalización y no por externalización

Concluye entonces que es extraño ver como hemos tratado de comprender lo que somos, abandonando lo que somos

En este momento, corrientes de la mística y la física, trabajan en conjunto para crear un nuevo paradigma de conocimiento aunando los dos modos de conocer el conocimiento

lunes, 25 de febrero de 2013

Tío y caida


Tío y caída

 

Ahora está de moda el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) Está bueno que un trastorno tenga nombre musical, o de golpe, o de caída de algo, o de puerta llamada. Pero además es un gran tema para conocer a alguien. Tengo problemas con el TOC, bueno, algo no le funciona, a ver como lo arreglamos

Y de cómo se interprete eso, depende de cómo es uno, como diría un profesor, el sentido de las cosas tiene que ver con el contexto. Si dijera yo “Tengo problemas con el TOC” responderían “Le falta un golpe de horno” Si lo dijera Mayra, mi prima, que tiene fobia a las visitas “Tengo problemas con el TOC” pensarían “Pánico a que le golpeen la puerta” Si lo hiciera mi tío Alberto, que es como el país, se cae cada tanto, diagnosticarían problemas de caída, serios problemas de caída. Porque las caídas del tío son un espectáculo, toda su humanidad desparramada, lo mas desparramada posible de desparramo. No son caídas, son derrumbes. Tan es así que mi tía invento un nuevo concepto para sus caídas “Despatasarmado” porque es una mezcla de despatarrado, desparramado y desarmado. Y desarmado, no solo porque parece que ese cuerpo se desarma en el piso, sino porque se le desarma el alma. De la manera que cae, como los payasos de antes, como si antes no le hubiese pasado, como si no le fuese a volver a suceder. Porque hay caídas muy expresivas. Parece un gato cayendo del séptimo piso, un pájaro que perdió el equilibrio en el aire, un equilibrista que vio un agujero en la red mientras va cayendo, la tardecita, la explosión de un tsunami cuando rompe. Por eso si dijera mi tío “Tengo problemas como el TOC” le recetarían algo para la caída. Todo queremos ver una caída del tío,  no es una caída, es una rompiente. La ONU la declaro una de las siete maravillas de la expresión. Cuando el cae, los veinte clowns que tiene adentro se despiertan y caen con él. Es como si callera la economía nacional. Es una metáfora de la caída que siempre vamos a tener. Y verlo caer, las sensaciones que despiertan caen en cuenta, primero una ganas de querer que caiga, de empujarlo con la mirada, de imaginarlo en el piso, después una leve sensación plena, como la que te hacen sentir algunos artistas, de haber compartido un hecho completo, y después una ganas de agarrarlo, de evitárselo. Y finalmente, como cuando vemos alguien una caído, un enorme deseo de ayudarlo a juntar los pedacitos de sí mismos desparramados en el hecho.

Porque hay que saber caer sin saber caer y sin querer para nada caer, como los payasos, no sé si me entienden. El después de la caída del tío, queda como una escena de crimen (nadie quiere tocar nada y más de uno le pregunta si le dispararon) con la sensación de una bar de madrugada, ya cerrado, y un sentimiento de poste guerra de reconstrucción de Europa, con la certeza de no creer, de saber, de haber aprendido mas, de que una persona pueda tener tantas cosas que se desparraman por el piso cuando cae, tantas partes del cuerpo que cayeron y se desarmaron. Porque tío es expresivo, porque tío no sabe caer, pero sabe caer, no sé si me entiende. Se desarma todo tío en el piso al caer, como si estuviese hecho de ladrillitos. Uno ve fémur, los kilómetros de venas, omoplato, tobillo, sorpresa, dignidad, relaciones rotas, besos, ausencias, alguna plata, un boleto, todo caído y mezclado, en eso que ya no es tío, sino un accidente de cosas sin esencia, que uno tiene miedo que se pierdan y se vayan por cualquier lado, que se pierda una parte de tío antes que vuelva a ser tío. Entonces cuando tío se levanta, todos esos clowns que tiene tío, en ese mismo acto vuelve a recuperar toda la esencia en una misma cosa: él. Se levanta la dignidad, se levanta Europa después de la guerra, y un poco nos levantamos todos con él. Cuando tío se levanta es una bandada de pájaros huyendo asustada, es un boxeador recién derribado, una bailarina tropezada, pero también es un presidente dándote a entender que va a arreglar todo. Cuando tío se levanta, y esto realmente sucede, uno confía en él, en que no va a caer nunca más, pero sabe por dentro que en la próxima cuadra va a volver a caer. Cuando tío se levanta uno cae y se levanta con él. Y en ese preciso instante las cosas tienen sentido, como cuando uno ve una verdadera obra de arte, el desarrollo de un hecho en el presente, en plenitud, y si está atento, si aprovecha ese breve instante, entra en el mundo con el