Los físicos ahora se están encontrando con el mismo problema con que se encontraron
los místicos orientales, y en algunos momentos los especialistas de las
ciencias sociales. El lenguaje humano no contiene la realidad, es limitado para
eso. Por eso los físicos tratan de meter la realidad en números, los psicólogos
trataron de buscarla debajo del lenguaje, en los fallos de la cadena, donde ven
una grieta en el discurso, y uno puede meterse a ver. Y los místicos orientales
en el quiebre del razonamiento. No buscan una fisura, la provocan. Uno de los métodos para provocar una fisura
en la cadena del razonamiento son los koanes. Adivinanzas del zen que no tienen
sentido, pero que te confunden y detienen la cadenas de especulaciones
mentales, frenan las palabras que fabrica la mente en un momento de confusión y
por ahí entra la realidad. Uno de los koanes conocidos es “¿Cuál es el rostro
original que tenias antes de nacer de tus padres?”
Los koanes son repentinos y rápidos, en ese momento las
palabras salen corriendo para todos lados, y la cadena de sentido se sale,
sufre una dislocación, en ese breve instante entra otra cosa, que está ahí
debajo
A todos deberían decirles unos algunos koanes alguna vez en
su vida
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