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miércoles, 21 de junio de 2023

El insólito mundo de Escutilia (de Marcelo Maggiolo)

 

A mí, me costaba mucho, adivinar con cuál de sus dos ojos me estaba mirando. Es que, pobre uno de ellos se movía de arriba hacia abajo, en cambio el otro ojo, lo hacía en todas direcciones. Era como si con uno te estuviese mirando y luego con el otro te repasaba como un escáner.

Se vestía de acuerdo a la temporada, en invierno combinaba negro y marrón, y en verano azul marino con bordo. Su cabello corto, siempre teñido de oscuro dejaba entrever una pincita o un rulero los días sábados. Mientras caminaba se quejaba de su escasa visión y de los dolores óseos de su cuerpo.

Preocupada siempre por el orden, la limpieza, el perfeccionismo, el control de sí misma y las situaciones había conformado su día a día con una serie de rituales y trastornos obsesivos compulsivos.

Atenta a esos detalles, procedimientos y listas comenzaba a las seis de la mañana preparando el desayuno para su hijo.

Junto con el mate y el pan tostado, Escutilia le contaba las noticias de la radio y el estado del tiempo;

 _ Ay Higinio, bañate antes de que corten el agua , parece que se viene una sequía alarmante, ,,,yo pienso en las pobres vacas y animales del campo….en la radio ( refiriéndose a la tv) dicen que este año el clima esta dado vuelta , primero va a faltar el agua y después da lluvias de 300 mm por hora, no , si yo digo,,,,el clima está loco….bueno, no sé de qué me extraño…la gente también está loca……les robaron el auto a una pareja de jubilados cuando iban a internarse en el hospital……parece que al hombre le iban a poner una pierna ortopédica …y ahora se llevaron el auto con la prótesis en el baúl . te imaginas pobre gente….en el Pami encima le dicen que no tienen piernas de repuesto porque el señor mide 1,80 y las que mandan de afuera son para personas de 1,70 . así que no saben qué hacer…si esperar un tiempo o cortarle la que le queda y ponerle dos iguales…….y si…va a quedar más bajo pero bueno ….la gente se achica con la edad.

Antes de volver del campo, no te olvides de cerrar regar la araucaria. Acá te dejo el paraguas, el alcohol en gel, y el desinfectante. Seguís con los problemas de intestino.? tráeme la cinta que te curo el empacho.

Claro, como no vas a tener acidez si estas hasta acá de atacado (mientras le tocaba la frente con la mano) …por una semana arroz blanco. Ya mismo estoy avisando que mañana no vamos a ir a la cena de la comisión parroquial. Uno ya está grande para salir de noche.

Si mamá. contesto resignado Higinio. Nos vemos cuando llego del campo.

Cuidado en la ruta, está llena de camiones y maquinas por la cosecha…..y no te olvides de traer las pilas nuevas para la linterna. Si se llega a cortar la luz en el edificio yo me pongo nerviosa. No andan los ascensores y encima a oscuras.

Higinio se sintió culpable de haber mudado a su madre a los departamentos de la calle Italia. Luego se consoló pensando que dejarla sola por las noches en el campo era más preocupante,

 

La vida de Escutilia era un lamento eterno y esto tenía una explicación, ahora se las voy a contar

 

 

Nacida en 1935 en el paraje de Alfonso, fue victima de la mala suerte.

El Dr. Leopoldo Salvatierra, asistió a su madre en un parto difícil, de seis horas.,

El padre de Escutilia caminaba por los pasillos de la clínica preocupado y con el Jesús en la boca hizo una promesa,…. dejaría de fumar si a cambio la criatura y la madre resultaran sanas y salvas.

Agotado y con una tolla enrollada en el cuello, el Dr. salió de la habitación.

Felicitaciones, acaba de ser papá de una hermosa niña. Están las dos bien con su mamá, están descansando…venga acompáñeme al jardín que nos vamos a fumar un puro los dos para festejar.

El padre de Escutilia lo acompañó, pero declinó la invitación. – Mire Dr. yo hice una promesa, cuando nazca la mía hija non prendo más un toscano. Mientras se puso un palito en la boca para no perder la costumbre ignorando que era una ramita de adelfa… (una especie de laurel de flor de alta toxicidad), que le produjo un edema de glotis fatal. Eso si cumplió con la palabra empeñada como todo hombre de bien. No fumó mas,

 

Su madre, ahora viuda y con una beba recién nacida se mudó a trabajar la casa del Sr Enzweiler, un alemán relojero que había sido tripulante de buques de guerra y que había migrado a la Argentina ocultando su pasado nazi y también un gran tesoro  

El sr Enzweiler prácticamente no hablaba ….solo monosílabos ; ja ( si ) y nein (no) era lo único que salía de su boca.

A Escutilia le daba un poco de miedo vivir en esa casa, dormía junto a su madre en un refugio antibombas …un bunker instalado en el sótano, provisto de agua mineral y raciones de comida militar en lata.

 Todas las noches el Sr Enzweiler se vestía con su uniforme militar   y desde la azotea del techo montaba guardia con su Handy de guerra y sus binoculares mirando el cielo   y de tanto en tanto hacía sonar una alarma.

 Otras veces, luego de cenar organizaba un simulacro de guerra, y mientras daba órdenes e instrucciones en alemán, Escutilia y su madre se tiraban cuerpo a tierra hasta que volviese la calma.

 

Por las noches se encerraba en una habitación donde había un viejo cucú, fabricado en la ciudad de Triberg . Era un pequeño reloj de pared de unos 58 cm  de la marca Rombach & Hass al que todos los días daba cuerda.

Tallado, en madera de tilo luego barnizado en marrón oscuro, adornado con ciervos, follajes y la clásica puertita donde asoma el pájaro mecánico.  El  Sr Enzweiler lo llamaba el Goldene Frau porque en el reverso tenia un sello de fabricación con el rostro de una mujer en dorado.

La habitación siempre estaba cerrada con doble llave. Escutilia y su madre tenían terminantemente prohibido entrar y mucho menos pararse frente al pequeño reloj con forma de chalecito alpino.

Cuando fue creciendo, Escutilia comenzó a colaborar en las tareas domésticas…entre ello pasear en la silla de ruedas con una banderita esvástica al Sr Enzweiler que había sido victima de una apoplejía y estaba cuadripléjico. Ella lo empujaba corriendo  por el patio ,mientras el anciano disparaba balas de cebita, a las aves del gallinero, al grito de ¡ larga vida al Tercer Reich !

Otras veces lo dejaba sentado al sol y se dedicaba al mantenimiento del jardín. Una tarde mientras pasaba la máquina de cortar césped Escutilia sintió un golpe seco y siguió cortando, mientras a varios metros el Sr Enzweiler recibìa un contundente golpe en la sien que lo dejó agonizando.

El Dr. Salvatierra extendió su certificado de defunción, muerte accidental provocada por” tortuga voladora”. A pesar que el Sr Enzweiler juraba en su agonía  que había sido provocada por una granada arrojada por sus enemigos .

 

Con la muerte del viejo alemán Escutila y su madre cumplieron con orden prusiano el protocolo que les había enseñado el Sr Enzweiler.

Una semana mas tarde recibían la visita de dos ex compañeros de batalla …..el capitán Kober y el doble agente Robert Engemann.

 Luego de indemnizar generosamente a la familia de Escutilia, con las escrituras del campo, cremar el cadáver ,esparcir las  cenizas en su Leipzing natal ,contactar al inventor del Goldene Frau y ponerlo en custodia en la Embajada.

 

Las mujeres se mudaron  a un convento de Matter Dei de monjas alemanas y depositaron el oro en la caja de seguridad del Deutchebank.

 

Ni el capitán Kober ni el agente Engemann pensaban regresar a su país con las manos vacías, sabían que el Goldene Frau era el lugar donde el viejo relojero escondía la clave para abrir una caja de seguridad en Suiza.

 Durante la noche, mientras el capitán Kober curaba su pierna de una horrible infección secuela de la guerra, Herr Emgeman pergeñó un maquiavélico plan.

Obligaría al Herr Kober a desarmar el reloj , obtener la clave que estaba  escrita con tinta roja en un lienzo enrollado y luego fugarse , acusando al capitán Kober de traidor.

Por su parte el capitán Kober tenía pensado envenenar con arsénico a Herr Engemann y luego incendiar la casa llevándose el Goldene Frau como botín.

Herr Engemann padecía de terribles calambres en las piernas, por lo que todas las noches por consejo de su médico consumía una banana. Antes de acostarse volviendo de la cocina, paso por la habitación

del capitán Kober para confirmar que estuviese profundamente dormido. Acto seguido entró sigilosamente a la habitación, pasó más de quince minutos parado inmóvil frente al reloj. Sin darse cuenta que

 había activado el mecanismo secreto. A las 12 en punto de la medianoche entre campanadas y campanadas se abrió la puertecilla y se asomó un pequeño revolver que disparó con precisión matemática abatiendo al doble agente

El capitán Kober escucho los disparos y cuando entró a la sala encontró el cuerpo sin vida de Herr Engemann, con un pequeño rollo de tela en sus manos. Cegado por la codicia creyó tener el mundo a sus pies, pero la clave se había mimetizado con la sangre de Engemann.

Preso de un ataque de ira empezó a blasfemar , maldijo al reloj y lo apunto con su máuser karabine 98 Kurz . El disparo fue certero y golpeò en una de las astas del ciervo que lo adornaba, pero luego

rebotó en la pared y volvió con toda su furia hacia el capitán atravesándolo de lado a lado. El Goldene Frau se había cobrado a su segunda víctima.

 

En el convento alemán de la calle Italia, Escutilia tuvo sus primeras amigas, le gustaba compartir la vida con las chicas pupilas mientras su madre trabajaba en el mismo lugar también con cama adentro.

Aprendió corte y confección, labores, y también a cocinar speatzles o ñoquis húngaros, y repostería alemana. Una tarde luego de una indigestión por comer ella sola una torta selva negra sufrió un ataque que le dejo para siempre un ojo torcido.

Los años pasaron entre clases y rezos. En el convento se hacían muchas peregrinaciones y tanto Escutilia como las monjas gastaban continuamente sus zapatos. Mocasín va mocasín viene, entre cambios de media suela y pomadas gastadas Escutilia se enamorò de Tercilio, el zapatero de la calle Italia.

Se casaron mediante una sencilla ceremonia. La Iglesia del convento estaba llena de flores blancas, El Dr Salvatierra, ofició de padrino. Tercilio estaba nervioso y se acomodaba el riguroso smocking,

 mientras la mamá de Escutilia emocionada lucía un chemise de seda natural con un larguísimo fular de organza color rosa Dior que le llegaba hasta los pies.

En las filas de adelante su amiga Clotilde, y su hermano Coto se sentaron junto a los padres de Tercilio que habían viajado desde Chile .

Luego de la cena, los novios se prepararon para su viaje de luna de miel, pero nuevamente la desgracia se superponía a los momentos felices. El chofer del colectivo se agarraba la cabeza, cuando luego de haber manejado cinco cuadras y alarmado por los gritos de los invitados detuvo el vehículo.

El pañuelo de la madrina se había enredado en una de las ruedas y la había arrastrado durante el recorrido provocando una muerte por asfixia.

 El primer piso de la torta lo sirvieron junto al café en la casa velatoria.

 

El bonsái de araucaria, regalo de los familiares de Tercilio fue plantado para crecer en libertad en el campo que Escutilia y su madre habían heredado del Sr Enzweiler. Y ahí esparcieron las cenizas de la reciente fallecida.

El fruto del amor no tardó en llegar y nació Higinio .

Cierto día, mientras Tercilio estaba armando un par de zapatos para una familia adinerada, Escutilia pensó que era una buena ocasión para agasajar a su esposo y pensó en sorprenderlo cocinando pollo a la pimienta, al espolvorear el molinillo, una suave brisa esparció el condimento y el pobre Tercilio, que tenía 32 clavitos sostenidos con la boca, no resistió el estornudo. Muerte por objetos punzantes en su garganta.

 Otra vez sola y con su hijo a cargo se obsesionó en los cuidados y prevenciones. Se llenó de pensamientos obsesivos y compulsivos. Ejemplo tenía miedo por la integridad física de su hijo, al punto de llevarlo todos los días al hospital.

A medida que pasaban los años este síntoma fue aumentando y volviéndose repetitivo. Higinio empezó a sufrir de asma solo de pensar en esa madre que lo ahogaba con sus temores todo el tiempo

 

Hasta acá la historia que les estaba contando, pero, quieren saber lo que sucedió luego.?

 

Una tarde de septiembre Escutilia y su hijo reciben una invitación de la embajada de Alemania para festejar el Oktoberfest en villa General Belgrano. Los pasajes y la estadía paga en una hostería en Los Reartes , paraje cercano a la villa. En la carta le agradecían a Escutilia por los cuidados a soldados retirados que habian prestado servicio al estado. Destacando su labor con el sr Enzweiler. Escutlia recibió la condecoración de la cruz de hierro.

En esas circunstancias Higinio conoció a la Sta. Roselyn Heydric, , una joven y blonda mujer que trabajaba en la cancillería.

 

En la gala ofrecida por la embajada, los invitados disfrutaron concierto de música clásica de Bach, Schumann, Wagner y otros compositores alemanes, seguido por el folklore típico de las polcas y el lanndler de Baviera.

 

En la cena se sirvió Rouladen , los típicos brezel , Kartoffel nodel  (albóndigas de papas). Toda clase de salchichas Wurst a la parrilla y otras delicias. La mesa dulce a un costado con Strudel de manzana, torta de ciruelas con crumble, el Sacher de chocolate alpino. Por supuesto todo acompañado por abundante cerveza.

 

 La Señorita Roselyn dedicó unas bellas palabras a Escutilia y su hijo.  Tanta amabilidad, reconocimientos y bellos momentos hicieron propicio el nacimiento del romance entre la Sta. Roselyn e Higinio. La estadía durò una semana.

Antes de despedirse prometieron volver a verse con la intención de formalizar el compromiso y vivir juntos hasta que la muerte los separe.

Escutilia entendió que ya era hora que se hijo Higinio, iniciara su propia vida , a los 47 años ya era un hombre hecho y derecho- Sin embargo, había algo en esa mujer que no le gustaba.

Aprovechando la excursión de despedida en La Cumbrecita creyó necesario instruir a la Sta. Roselyn acerca de las obligaciones de una mujer casada. Pasó horas explicando cómo se debían planchar las sabanas y las camisas, la higiene de la casa, el comportamiento social de una dama y temas similares.

Habiéndose puesto de acuerdo en varios puntos, la Sta. Roselyn recibió de parte de Escutilla un obsequio. Una hermosa planta de aloe vera o sábila como también se conoce. Mientras daban un paseo por las sierras Escutilia seguía enumerando las propiedades de la planta: baja el colesterol, previene el estreñimiento, ayuda a depurar el cuerpo, es excelente para hacer la digestión, ayuda a adelgazar

 y es peligrosamente resbaladiza dijo la Sta. Roselyn , …… de donde sacó eso pregunto Escutilia.

Compruébelo usted misma, (mientras aprovechando un momento de distracción de Higinio, le daba un inesperado empujón a la vieja que caia hacia el precipicio)

. De no haber tenido las manos llenas de untuoso aloe vera la hubiese podido socorrer.

Nuevamente la fatalidad y la felicidad irían de la mano.  luego de la cremación, Higinio  pensó en poner las cenizas junto a las de su padre, debajo de la araucaria que se había transformado en un árbol inmenso. Acompañado por su prometida fueron al campo. Mientras Higinio hacia un profundo pozo de cinco metros, la señorita Roselyn sostenía la pequeña urna con las cenizas.

 Luego de enterrar la misma, la blonda apuntó a Higinio con una berza 45, revelándole su verdadera identidad; entrenada por Herta Steinle una guardia cárcel de un campo de concentración. Había jurado vengar la muerte de su abuelo… el capitán Kober. 

Le conto mientras lo apuntaba fríamente que su tío fue el relojero creador del Goldene Frau, y que su abuelo el capitán Kober vendió todos sus bienes para recuperar el reloj, abandonando a su hija y a sus nietos. Condenados a la miseria, su madre colgaba un hueso de vaca del techo con el que todos los días hacía un caldo para no morir de hambre. Llena de odio y de resentimientos soportó el hambre, el frio y la miseria hasta que   se enroló en el ejército para convertirse en una agente de inteligencia.

-Jure vengar a mi familia ejecutando a todos los herederos del Sr Enweiler y su maldito cucù

La Señorita Roselyn caminó cinco pasos hacia atrás para tomar distancia y ejecutar a Higinio, pero con su zapato pisó el rastrillo que estaba tirado y este al incorporarse le golpeó la cabeza, Higinio aprovecho para forcejear con la malvada Srta. Roselyn quien tenía el arma apuntando hacia arriba. Seguido del disparo, un pesado fruto de la araucaria cayó sobre ambos quitándoles la vida.

Con esta ultima muerte se cerró el ciclo de desgracias, la Sta. Roselyn cumplió la promesa de acompañar a Higinio hasta el final.

 

                                                                Así sucedieron las cosas, así me lo conto mi padre y así se los cuento a Uds.

 

                                                                                                   Dr Leopoldo Salvatierra  (hijo)

 

 


FIN

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