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sábado, 2 de julio de 2011

¡Un taller sobre el consumo inteligente de medios a la derecha!


Me vine unos meses al sur, abandoné Junín un tiempito. Al irme me quedé afuera del ritmo, las situaciones y las agendas de Junín. Quizás también, porque el sur no es tan el país, del país. Digo, estamos un poco lejos. Algunos gobiernos argentinos centralistas hicieron todo lo posible por darle el sur a algún otro país (como si pudieran decidir sobre algo que no es de nadie, la tierra es de si misma, estaba acá mucho antes de que estuviéramos nosotros y lo va a estar mucho después que nos vayamos. Es hasta una torpeza tierna pensar que uno es dueño de algo que está de antes de que estuvieras y va a estar después. Esto va para todos los que construyen su propiedad alrededor de la propiedad de la tierra ¿De que son dueños? ¿De ese pequeño espacio de tiempo en que están en la tierra? Entonces son dueños del tiempo en que están en la tierra, no de la tierra. Pero el tiempo tampoco tiene dueños, está acá desde antes que nosotros y va a estar después ¿Entonces de que son dueños? Hay muchas cosas que uno no entiende de las cosas)
Decía, quedar afuera de Junín me hizo quedar afuera de la agenda, no enterarme, no vivenciar el día a día, y no ser parte de esa construcción colectiva. Y eso lleva a uno a  pensar el concepto de agenda. Si uno queda afuera de la agenda al no consumirla más (en mi caso por estar en otro lugar) entonces lo mejor que se puede hacer con aquellos que te marcan la agenda (te hacen leer, oír y mirar lo que quieren porque les conviene económicamente – esto es el corazón de los medios privados, y no otra cosa, y algunos que no son privados también) es directamente no consumir la agenda. Apagar, tomar otros estímulos. Pero con inteligencia. No como quien va del contenido al vacío como si pudiese sostener ese vacío. Sino sabiendo de qué se trata. El apagado total muchas veces no se puede sostener y uno vuelve a la vieja costumbre de mirar y oír lo que le sirven en bandeja, y a lo que está acostumbrado. Hacerlo sabiendo que los medios tienen especialistas que trabajan muchas horas por día todos los días pensando en nosotros, en como atraparnos, seducirnos y manipularnos, en como obtener la atención. Nosotros somos la atención que muchos especialistas de muchos medios pagados con mucho dinero tiene que captar, y que con el tiempo se han especializado en nosotros. Hay especialistas en nosotros trabajando sobre nosotros en este momento ¿Esto significa que jamás vamos a poder escapar? No, sino que no vamos a poder hacerlo sin pensar la situación (si es que queremos hacerlo) Primero hay un trabajo a largo plazo, de reculturación más amplio, que tiene que ver con ampliar la cultura, el contenido y los medios, y darle más opciones a la gente. En ese sentido la Ley de medios es de lo que mejor que se ha hecho en este país para las libertades de las personas. Y lo digo sin exagerar, este gobierno debería recibir un premio a la libertad de expresión por eso.  Se van a dar cuenta más adelante si esa ley no cae y se aplica como se debe aplicar. Es una ley para otra historia de país, no para la historia que tenemos. Y hasta diría es una ley para otro país, quizás para el país que va a construir la ley. Y en eso mucho tienen que ver los medios alternativos, comunitarios, barriales, la comunicación universitaria. En comunicación social de la UBA hay una especialización, que es comunicación comunitaria, que algo tiene que ver con esto.
Y en lo inmediato quizás la manera de escapar de esa construcción de agenda sobre nosotros, sobre nuestras mentes y nuestros cuerpos, sea hacerlo de manera gradual. Es complejo y no podría dar una mirada. O quizás tomando talleres de consumo de medios. No se sí se dan, pero ya deberían estar dando talleres de consumo de medios, para darle herramientas al consumidor sobre las propuestas de los medios, y emparejar un poco esa lucha de poder desigual (que siempre la va a haber pero que se está ampliando) entre el consumidor y el productor

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