Como habíamos quedado en el pacto subí a la terraza e hice la
forma 8 del taichí (habíamos quedado en la forma de la espada, pero habían pasado
algunas cosas en el día y yo no estaba
para la forma de la espada) La hice mal, rápido, pensando en cualquier cosa.
Fue una lástima estar en ese estado mental de desconexión porque en un momento había
tres luces violetas en el aire frente a la terraza ubicadas en disposición
perfecta de distancia entre una y otra, como si estuviesen preparadas para
entrenar (pero yo estaba en cualquier cosa mentalmente) Una de las luces me
dijo telepáticamente “Soy Fabricio, nuestro planeta es un planeta pequeño,
alejado de todo, lleno de ríos y mares. Vinimos a ayudar a los humanos subiéndole
la vibración a las plantas”
Ahora me hablaban seres de un planeta distinto al primero,
pero seguían siendo luces azules y violetas, verdes y rosas, las que venía
viendo hacia más de cuatro meses. No dije nada, no indagué, no estaba para
hacerlo. Solo cumplir nuestro acuerdo, taichí por charla
Cumplido el compromiso bajé
Fue curioso que me dijera lo de las plantas porque justo cuando estábamos en la radio más
temprano con un amigo vi un chorro de energía entre celeste y gris salir de una
planta. Y después vi salir mucha energía azul oscura para arriba, con un
estuario de luz azul oscura, del piso hacia el cielo
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