Vamos a
hablar de lo que dicen es el futbol. Dicen que un equipo son sus pequeñas
asociaciones más que nada, aun más que sus multinacionales. Por multinacionales
entendemos a una estrella que viene de afuera., una construcción. Por pequeña
asociación entendemos las asociaciones que se dan entre jugadores. Bueno, la
asociación que tenían nuestro dos y nuestro seis, si es que se puede explicar
lo que tenían, era una pequeña asociación, ilícita. Primero hay que saber
entender que a veces entre dos personas se raras se produce una química rara,
donde se construye un ambiente raro ¿Cuántas familias hay así? La televisión les
dice los Productores de hechos. Nuestro
dos y nuestros seis eran algo de eso. Si eran productores de hechos eran
productores de hechos luctuosos. O más bien de desechos ¿Porque alguien llega a ser un villano en un
equipo donde todos quieren ser la estrella? ¿Lo quiere? ¿O la vida lo pone ahí
y desarrolla su rol? Jamás vamos a entender esas mentes. Como Morales, nuestros dos, un simposio de la
trampa gratuito. Cuando Morales se retiró por supuesto se sumo a un partido de
derecha y empezó a dar cursos sobre actitud a empresarios aburridos, que
esperaban más financiar una guerra que arreglar unos problemas. Y de actitud,
tenía mucho Morales. Se comenta que los echaron del hospital porque cuando
nació no lloró, puteó al partero un rato
largo. Y no lloró para no darles el
gusto. Los padres ocultaron la historia
de su primera palabra, pero la primera palabras que dijo fue “Forros” Morales
tenía actitud. No gateo porque nunca iba a estar de rodillas, así que a las
pocos meses cuando todos los otros bebes gateaban, el se paraba y los miraba con
desprecio. Pasó de estar acostado a estar parado sin pasar por el arrastrarse
ante los más grandes, o andar de rodillas frente a ellos. Se cuenta, y no lo
creemos serio, que pateaba a los que gateaban y ahí les despunto su gusto por
el futbol, si es que eso se puede llamar futbol, y Morales puede tener gustos.
El primer diente que le salió, y esto si puede entrar en el terreno del mito,
fue un colmillo. Y dicen que no salió solo, fue una decisión de él. De chiquito
tenia de peluche un Aliens, se cuenta que aun lo guarda. Y su primera mascota
fue un tejón salvaje. Cuando los chicos debatían si Papá Noel eran o no eran
los padres él se preguntaba si era o no era matable. Pero no amasijó a palos a
Papa Noel, no, porque era uno solo, y el tenia un buen concepto de él, y un
poco de paciencia, apenas un poco. Esperó unos días más y amasijó a los reyes magos, que él había
escuchado en la canción que eran tres. Y si eran Melchor, Gaspar y el negro
Baltasar, eso quedó en la nebulosa porque después de la paliza ni ellos se
acordaban cómo se llamaban. Tenía
actitud Morales, lo que piden ahora los técnicos. El primer día en el jardín de
sus compañeros fue el último de él (y es que si no lo era, era el último de
ellos) Dicen que cambió la voz en la
panza, y pegó el estirón solamente porque se trataba de pegar, sino seguía petizo
y retacón.
Hombre de
los de antes, que no pasan por la niñez, no queman etapas y son hombres ya de chicos. A los siete años
tenía unos mostachos tipo Luques, que daban miedo y se veían de lejos (pensaban
que era hijo de la mujer barbuda del circo) a los siete jugaba de dos en Villa
Dálmine, estaba casado con una señora de cuarenta y tenía un Torino.
Lo operaron
de apendicitis a los nueve, tuvo problemas de la próstata a los once, a los
catorce años estaba canoso, y a los veintiuno estaba en tiempo de jubilarse. A
esa edad de sumó a nuestro equipo
Bueno,
Morales, ese Morales, se enamoró del dos, Giménez
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