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martes, 7 de mayo de 2024

Diario de un argentino. Martes 7 de mayo

 

 Hoy es un día que extraño mucho a mi chiquito, Firulait. Desde que el murió yo no habito esta ciudad, la sobrevivo. Me acuerdo de un día que tirando de la correa estuvo cerca de morderme la mano, yo grité a propósito, como si me hubiese mordido, haciéndole un chiste y él se frenó y me miró preocupado, con una inteligencia, una ocupación y una preocupación que parecieron humanas. Después lo tranquilicé y le dije que le había hecho un chiste. Firulait era un santo y su temprana partida por una enfermedad infame que se agarró por mucha mala suerte es una de las cosas que jamás le voy a perdonar a estar ciudad, es la razón por la que me voy a ir de acá. Pero bueno, vamos a lo nuestro

Ayer me junté con un amigo a hacer un ejercicio del libro de los ángeles, un ejercicio poderoso y luminoso. Mientras lo estábamos haciendo me pareció conectar con el espíritu de Ganesha, vi una Ganesha ahí, la percibí, la sentí. Me sorprendió, nada tenía que hacer Ghanesa en ese ejercicio, o si, y uno no sabe demasiado sobre nada. Después, más tarde, en la meditación con el maestro de yoga sentí un gran calor repentino en el cuerpo, sobre todo en la frente. Me acuerdo aún, de la vez que tuve aquella imagen. Estaba en mi casa vieja, había terminado de hacer toda una serie de limpiezas guiado por una vos que me iba guiando. Acababa de prender fuego una gran escoba y partirla en el piso, y vi algo como de otra dimensión. Una especie de gran dona subiendo, de un tamaño bien grande. Redonda, parecía una visión de otra dimensión. Subía y se iba hacia el cielo. Una voz me dijo en el oído que estaba viendo a un arcángel, el arcángel Gabriel

Hoy los perros de la manada están adentro de la casa de mi tío, vienen todas las tardes a visitarlo y comer. Desde hace dos días entran a la casa y se pasan toda la tarde adentro. Hoy cuando entró Olivia entro con una alegría, era contagiosa, movía la cola y junto con la cola movía toda la parte de atrás del cuerpo y todo el cuerpo, se contorsionaba como un contorsionista. Era una alegría contagiosa.

El domingo logramos lo que parecía imposible, logre que el triste, que nunca entraba a ningún lado, entrara. Me puse en la puerta y le di confianza, lo invité a entrar con suavidad y de a poquito primero y con decisión después, se mandó. Después salieron todos los perros y el salió con ellos. Pero entró, rompió el límite de la puerta

Hoy me estoy acordando particularmente de mi madre, como a Firulait, también la extraño. Me hacia una comida que era un manjar, un arroz con calamares que se podía comer todos losplaros que uno quería, y que eran más ricos que las cazuelas de los restaurantes. Ponía todo el amor del mundo en esos platos

Recién ladró el triste en la calle, y la negrita y Olivia que estaban acá, también ladraron. Mi tío salió a abrirles, ahora casi toda la manada está en la calle. Pronto les va a dar de comer Cristina

El presidente que preside este país ahora está reunido con un foro de los empresarios más importantes del mundo, a los que tilda de héroes por enésima vez. A  él le gusta lo grande, una de las cosas que dijo fue que había hecho el ajuste más grande de la historia de la humanidad, lo dijo con orgullo eso, enamorado de sí mismo, casi riendo. No contó jamás que detrás de ese ajuste había muertos, hambreados, desesperados, entristecidos. Piensa en grande, hace en grande. Y eso no es menor, creo que la conexión que tienen muchos argentinos con el viene de ahí. Los argentinos, algunos, varios, piensan en grande, quieren todo grande, lo mejor, lo más grande del mundo. Hay una identificación en esa búsqueda de grandeza. Pero la verdad, lo verdadero, lo real, está en lo pequeño, la cotidianidad está hecha de pequeñas cosas. La grandilocuencia es una ficción. Y quizás este gobierno, por lo que dicen, por lo que hacen esté más cerca de la ficción que de lo real. Pero es una ficción que por identificación o lo que sea que esté sucediendo, odio quizás, confusión, manipulación, lo que sea, es una ficción que muchos compraron como un relato real. Y ahí estamos, y así estamos

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