Ayer me junté con un amigo a hacer un ejercicio del libro de los
ángeles, un ejercicio poderoso y luminoso. Mientras lo estábamos haciendo me pareció
conectar con el espíritu de Ganesha, vi una Ganesha ahí, la percibí, la sentí.
Me sorprendió, nada tenía que hacer Ghanesa en ese ejercicio, o si, y uno no
sabe demasiado sobre nada. Después, más tarde, en la meditación con el maestro
de yoga sentí un gran calor repentino en el cuerpo, sobre todo en la frente. Me
acuerdo aún, de la vez que tuve aquella imagen. Estaba en mi casa vieja, había
terminado de hacer toda una serie de limpiezas guiado por una vos que me iba
guiando. Acababa de prender fuego una gran escoba y partirla en el piso, y vi
algo como de otra dimensión. Una especie de gran dona subiendo, de un tamaño
bien grande. Redonda, parecía una visión de otra dimensión. Subía y se iba
hacia el cielo. Una voz me dijo en el oído que estaba viendo a un arcángel, el arcángel
Gabriel
Hoy los perros de la manada están adentro de la casa de mi tío,
vienen todas las tardes a visitarlo y comer. Desde hace dos días entran a la
casa y se pasan toda la tarde adentro. Hoy cuando entró Olivia entro con una alegría,
era contagiosa, movía la cola y junto con la cola movía toda la parte de atrás del
cuerpo y todo el cuerpo, se contorsionaba como un contorsionista. Era una alegría
contagiosa.
El domingo logramos lo que parecía imposible, logre que el
triste, que nunca entraba a ningún lado, entrara. Me puse en la puerta y le di
confianza, lo invité a entrar con suavidad y de a poquito primero y con decisión
después, se mandó. Después salieron todos los perros y el salió con ellos. Pero
entró, rompió el límite de la puerta
Hoy me estoy acordando particularmente de mi madre, como a
Firulait, también la extraño. Me hacia una comida que era un manjar, un arroz
con calamares que se podía comer todos losplaros que uno quería, y que eran más
ricos que las cazuelas de los restaurantes. Ponía todo el amor del mundo en
esos platos
Recién ladró el triste en la calle, y la negrita y Olivia que
estaban acá, también ladraron. Mi tío salió a abrirles, ahora casi toda la
manada está en la calle. Pronto les va a dar de comer Cristina
El presidente que preside este país ahora está reunido con un
foro de los empresarios más importantes del mundo, a los que tilda de héroes por
enésima vez. A él le gusta lo grande,
una de las cosas que dijo fue que había hecho el ajuste más grande de la
historia de la humanidad, lo dijo con orgullo eso, enamorado de sí mismo, casi
riendo. No contó jamás que detrás de ese ajuste había muertos, hambreados,
desesperados, entristecidos. Piensa en grande, hace en grande. Y eso no es
menor, creo que la conexión que tienen muchos argentinos con el viene de ahí.
Los argentinos, algunos, varios, piensan en grande, quieren todo grande, lo
mejor, lo más grande del mundo. Hay una identificación en esa búsqueda de
grandeza. Pero la verdad, lo verdadero, lo real, está en lo pequeño, la
cotidianidad está hecha de pequeñas cosas. La grandilocuencia es una ficción. Y
quizás este gobierno, por lo que dicen, por lo que hacen esté más cerca de la ficción
que de lo real. Pero es una ficción que por identificación o lo que sea que esté
sucediendo, odio quizás, confusión, manipulación, lo que sea, es una ficción que
muchos compraron como un relato real. Y ahí estamos, y así estamos
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