En la página 21, el apartado 7
de su libro “Taller de corte y corrección” Marcelo Di Marco comenta sobre la
posibilidad de usar la síntesis: “Expresarse con la menor cantidad posible de
palabras. Se conciso. Tenemos un clásico ejemplo (y un ejemplo clásico) en la
frase de Julio Cesar Vine, vi, vencí..”
Y amplía en el párrafo posterior: “En 1943 Salvatore Quasimodo escribió un
vigoroso análisis de la condición humana, un estudio de la situación del hombre
en el universo, un profundísimo ensayo acerca de nuestra fragilidad, acerca de
la conciencia de nuestra finitud. Se titula -Y enseguida atardece-“Después de
eso pregunta a los lectores “¿Tienen unos segundos para leerlo?” Y acto seguido
publica el brevísimo ensayo: “Cada uno está solo en el corazón de le tierra,
traspasado por un rayo de sol: y enseguida atardece…”
Con esto Di Marco muestra la
belleza y la potencia de la síntesis
Solo con esta parte ya estaría
completa la mirada de esta nota, pero continuamos un poco más con lo que
propone Di Marco en la pagina 22 “Sin embargo escribimos un cuento, una carta,
un informe y –a veces inconscientemente- aparece la gran duda ¿Se entenderá lo
que digo? ¿no estaré siendo demasiado corto al expresar esta idea? Entonces
empezamos a enredarnos en las palabras, a escribir más de la cuenta, incluso a
escribir cosas que no hubiésemos querido escribir…”
Y en el párrafo siguiente da
una pequeña pista de uno de sus métodos de perfección del estilo “No importa:
sigamos escribiendo. Saquémonos de encima nuestros demonios, dejemos rugir a
los dragones. Ya habrá tiempo de corregir”
Con esto propone una de las técnicas ideales
en el método de perfección del estilo, desarrollo de la voz propia, y
corrección. Escribir libre, sin corregir, con el hemisferio creativo, soltarse,
y aplicar las técnicas en la segunda parte del texto, la corrección
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