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martes, 20 de septiembre de 2022

80. Capítulo 5. Ganesha y Shiva

 Ganesha y Shiva 1

 

Corre tercer año de pandemia, llegando al final, me estoy bañando pensando en los animales de poder que tengo, es una parte de la formación del reiki chamánico, mientras me baño y pienso esto me salen dos brazos de color azul de debajo de los otros brazos, es una imagen real, me sorprenden, duran un ratito, y se van. Un tiempo antes, también bañándome, se me había venido la imagen de Ganesha de la nada, en un momento en que la necesitábamos, nunca había pensado en Ganesha. Concluyo que el animal de poder que tengo es el elefante. Cuando me voy de la casa que no puedo sostener más y estoy en mi nueva casa, en una pared que tengo cosas escritas por mí en años anteriores, mandalas hechos por mi vieja, laminas, dibujos, apenas estamos en la cama por dormir, yo y todos mis compañeros, mis ojos se depositan en tres imágenes, un mandala de elefante que dibujó y me regaló mi vieja hace algunos años, un elefante que hay en una lámina en la pared, y el palo de hockey Elefant negro, que tengo de la última vez que jugué al hockey en la primera de Sarmiento de Junín. Casi siempre jugué al hockey con palos Elefant. El elefante, mi animal de poder, hace mucho que se viene manifestando. A veces las cosas ya se están manifestando desde que somos chicos, pero nosotros lo podemos comprender, primero cuando aprendemos el concepto, y después cuando lo incorporamos. En esta lucha conocimiento de intuición y conocimiento conceptual, en este nuevo tiempo, o creo que en todos, pero este es un  momento de luz, de ver, no son excluyentes, coexisten formando algo nuevo. Se empieza por la intuición, se conoce lo intuido por lo conceptual sin saber que fue intuido, se vuelve a intuir desde el concepto, y en ese momento es intuición y concepto a la vez, y eso es conocimiento, el cuerpo y la mente, o conocimiento en cuerpo y mente. Nuevos tiempos, principio de coexistencia en donde había dualidad

 

 

Ganesha y Shiva 2                                                                         

 

Voy a comprar cosas para mi altar a la casa de un chico que vende cosas espirituales y por lo que puedo ver es masajista, tiene su gabinete ahí atrás. Adelante tiene su negocio donde tiene una delicia de cosas para altares, limpiar, armonizar, acompañar procesos espirituales. Esta puesto como a pedido a dos cuadras de mi casa. Yo había pasado varias veces por ahí, lo había visto, había olido el aroma, pero nunca había entrado aunque siempre había tenido ganas. Pero si hay algo que tiene este universo es que espera y se mantiene constante ante un espíritu que ronda alrededor de la posibilidad de su crecimiento espiritual. Nos han enseñado durante mucho tiempo una frase un poco cruel para nosotros y bastante poco lógica a ojos vista. El colectivo del éxito pasa una sola vez, si no te subís los perdés. O algo así. Eso lógicamente querría decir que poseemos personas que están abajo del universo, viviendo vaya uno a saber donde, con un universo que solo pasa una vez en la vida cerca de las personas y les da la posibilidad de que suban. Las personas viven en el universo rondando alrededor de su crecimiento espiritual a la que van llegando alrededor de procesos, largos, ininterrumpidos, complejos, en espirales circulares. El colectivo del éxito no pasa una sola vez en la vida, las personas viven en el colectivo del éxito, porque el colectivo del éxito es el universo

Finalmente ya no fui al negocio, pero el día que decidí ir al negocio, que decidí que iba a entrar ahí a comprar, el negocio vino a mi antes, nos encontramos en la mitad. Fui a un kiosco enfrente del negocio, al que solía ir, a comprar cosas, y el dueño del negocio el mismo día, minutos antes que pasara por su negocio yo, a llevar un colgante a la dueña del kiosco, una conocida. Le pregunte a ella, me recomendó unos sahumerios para pedirle. Entre al negocio a comprar ese día, y me lleve unas cuentas cosas. Yo ya tenía la costumbre en ese momento de comprar escuchando, lo primero que veían los ojos era algo que estaba canalizando que necesitaba comprar, así que en ese momento compre escuchando con los ojos dos o tres cosas, y me fui a casa

A los días, en medio de trabajos de macumbas en contra y limpieza en mi casa, de las macumbas y otras cosas, volví al lugar a comprar. Yo ya sabia que necesitaba una Ganesha, porque había sintonizado a la Ganesha un par ve veces, y sabia que el elefante era mi animal de poder junto con el calquín,  pero apenas entre al negocio vi un Shiva plateado hermoso que me convoco. Le pregunte  al chico si era Ganesha, me dijo que era Shiva, el papa de Ganesha. Le pregunte si el hinduismo había empezado con él, me dijo que si. Lo compre, Me dijo que lo llevara con mucho cuidado porque era artesanal y se podía romper. Lo lleva a mi casa con cuidado. No estuvo mucho tiempo en mi casa, a los días mude, quizás ayudado por el Shiva, que desde que lo puse en la casa nunca dejo de tener una presencia poderosa, y lo lleva a mi otra casa. Recuerdo que fue casi la primera cosa que mude. Cuando lo saque, paso lo vaticinado, se le lesiono una de sus alas, en el omoplato izquierdo. A los días cuando fui a comprar mas cosas a los del chico, me pregunto por el Shiva y le dije que se había lesionado un ala. Me miro con cierta desazón y le explique, lo que pasa es que yo Haciendo trabajo de limpieza energética y rescatando a mi gatita de la casa de abajo, tuve que bajar y trepar y en la trepada me lesione el hombro izquierdo, en el marco de esa limpieza, y desde ese día este hombro no se recupera, el Shiva tiene la lesión en el mismo lado, creo que me avisa de mi lesión. Me miro y me dijo, te aviso que tenés que seguir trabajando tu lesión, es hermoso eso. Te dijo que te tenés que ocupar de eso. Me pregunto por la lesión, le conté, y como era kinesiólogo o masajista o algo de eso, además de bastante mágico, me trato ahí nomas el hombro, encontró la fisura de adelante y de atrás, y con unos movimientos al hombro me la curo. Ya esta me dijo. Yo me había ido a llevar tres lechuzas para acompañar al Shiva en su altar. Una que se tapa la boca, otra los oídos, y otra los ojos. Pero eso día yo hable, escuche y vi, con los ojos, la boca, los oídos.

 

Ganesha y Shiva 3

 

Corre tercer año de la pandemia, aun vivo en la casa vieja. Cerca hay un lugar donde se compran todas cosas de un valor celestial. Lo descubro y voy a comprar dos o tres veces cosas ahí, con las cosas que voy comprando ahí voy armando el pequeño altar que tengo en la sala de reiki. Compro con un sistema con que había empezado a comprar. No compro lo que quiero, compro lo que canalizo o el objeto que me llama. El método es fácil, el objeto que me llama reclama mi atención como si tuviera vida (la tiene) Y si voy a otro objeto que no me llama, y vuelvo al que me llama, el que me llama sigue vibrando con más intensidad. Es una vibración que el objeto emite hacia mí, y yo la detecto. Lo empecé a detectar prestándole atención y creyéndole, Es simple, la atención y la anergia, son los dos movimientos. Después veo la cara del vendedor cuando le pido ese objeto y detecto por algún gesto o acto que él hace que acerté. Quizás no se da cuenta y yo percibo su inconsciente, aunque canalizo que sí se dan cuenta. O sea que el objeto tanto me llama a mí para que lo compre, como lo llama a él para que me lo venda. A veces el mundo es más amplio de lo que creemos. Entro buscando una Ganesha y me llama la atención un Shiva hermoso de color plateado que hay. Llevo el Shiva, el mismo del hombro. No entiendo porque para un gabinete de reiki llevo un Shiva. Lo entiendo un mes después cuando estudiando el libro de reiki de Diane Stein, me entero que es Shiva el que nos trae el reiki a esta dimensión y nos lo obsequia a nosotros. Nosotros tenemos el reiki por Shiva. La parte exterior de mi no conocía la información, pero en mío superficie navegaba feliz y me hizo llevarlo. O escuchar el vínculo sin conocerlo, lo que no es lo mismo, pero es parecido



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