Firulait 1
Tercer año de la pandemia, transcurre junio, entre mediados y finales.
Hago una limpieza energética que me fue pedida de una de las piezas de mi casa,
la que ahora ocupo, que fue indicada por algunas pistas que fui recibiendo,
incorporando, descifrando, corroborando. En
la limpieza me voy dejando llevar y hago lo que una voz que canalizo me
va indicando, con indicaciones concretas, directivas, simples, sin dudas. Cómo
cuando te habla una canalización. Hago, sumo mi conocimiento de reiki y
mantras. Mantro en un tono muy fino el segundo símbolo del reiki, el símbolo de
la relajación mental. El mantrado en un tono fino de ese símbolo, alargando y
conectando con el pecho, el chackra cardiaco, con otras energías que me dan
permiso para conectar es de una gran efectividad, para muchas cosas. Termino el
mantrado del segundo símbolo del reiki, termino el trabajo, limpio la pieza.
Salgo con una amigo hacia la calle a acompañarlo unas cuadras sacando a pasear
a mi perro Firulait. Apenas ponemos un pie en la calle algo cae al lado de mi
cabeza, no me pega por poco y va a dar contra el piso. Es mi gata Saphira que
estaba en el techo y parece hacer caído, una caída imposible. Yo interpreto que
la tiraron y que tiene que ver con la limpieza. Está asustada, se esconde
debajo de la camioneta de un vecino. Me enojo mucho, con lo que pasó. La voy a
buscar, la calmo, se deja agarrar, esta shoqueada. La subo a nuestra casa.
Bajo, mi amigo con el Firulait me esperan abajo. Lo acompañamos unas cuadras
con Firulait. Yo estoy enojado, lucho, devuelvo, hablo. Firulait pasea. Lo
acompañamos y volvemos. En casa miro como esta Saphira, tiene la boca un poco
lastimada y una patita que no apoya. Temo que se haya quebrado. Nos vamos a
dormir, dormimos los tres, Saphira, Firuliat y yo en la cama. Saphira sigue sin apoyar la patita, me da
lástima, me molesta, Le digo a Firulait que cure a su hermana. Firulait le mira
la pata que no apoya y sin que pueda saber que tiene algo ahí, porque no hay
sangre ni lastimadura, le lame un rato esa pata en el aire. Antes de dormir yo
le hago reiki de Saphira. Al otro día Saphira amanece con la pata normal, la
apoya, corre, vuelve a trepar. Firulait, que es todo amor, tiene en el cuerpo
un sanador. Firulait tiene magia en el cuerpo, no solo se ven luces azules y
verdes que le recorren el cuerpo cuando está contento sino que también sabe lo
que no puede saber porque no se ve, que la patita de Saphira está lastimada. Y
simple cómo es él, la lame, y la sana
Firulait 2
Una de las últimas veces que le vi luces a Firulait, habia venido a
buscarlo su valiente paseadora, yo lo habia llevado hasta adonde lo pasaba
buscar ella. Cuando se lo estaba dando, le estaba pasando la correa a ella, a
Firulait le salieron dos rayitos verdes, bien finitos, de un verde clarito, del
tamaño de un alfiler, del cuerpo. Le dije a ella. Ahora le están saliendo
rayitos verdes de la parte de la espalda. A Firulait le salen lucesitas, es un
perro mágico
Mientras escribo esto Firulait hace dos cosas, primero viene a comer
porque estoy comiendo lenguitas que me trajo antes de ayer un amigo, y siempre
le comparto. Y después ve que me pongo a escribir y se va a la ventana a seguir
mirando a su amiga Dora, que está abajo, en la calle, esperándolo. Firulait
tiene cierta voracidad para comer, pero es voraz de una manera cómica. Antes de
esta vida, debe haber sido catador o probador de comida de los reyes. Primero
huele la comida, con mucho cuidado. Si la comida no pasa ese primer cateo, se
va a quedar quieto y no va a hacer nada. Si tiene una primera aprobación, se la
va a llevar a la boca. Y ahí le va a tantear el gusto, sin morderla, quedándose
casi quieto. Si la comida no pasa ese segundo cateo la va a dejar con la boca
en el piso y no va a volver a aceptar nada de ese tipo de comida. Si pasa, la
va a comer, y después ya no va a volver a catar ese tipo de comida, va a pasar
derecho. Eso hizo con las lenguitas, que pasaron el cateo y comió un par
conmigo, Cuando vio que me habia puesto a escribir de nuevo se fue a sus
contemplaciones. Firulait me deja escribir
Ese dia, cuando le vi los rayitos verdes por primera vez a Firulait,
cuando volvía a mi casa ya sin él, cuando subia del garaje a mi casa por la
escalera, los rayitos verdes que le habia visto a Firulait los tenía yo en las
manos
Firulait 3
Primer dia de regreso en la casa de mi vieja, la estamos limpiando, Yo
estoy barriendo la pieza de ella. Firulait va a agarrar cosas a la pieza de al
lado y me la trae. Un poco limpia también, a su manera. Pero como habíamos
dicho Firulait es un maestro de la casualidad, al igual que su hermana gata Saphira.
De golpe me trae un pequeño cofre rojo con la boca, me lo da. Era un pequeño
cofre de mi mamá. Lo abro y el cofre tiene adentro una mariposa, un prendedeor
de mariposa. Dos años antes, enseguida después de haberse ido mi mamá, yo tenia
en la otra casa una maceta que era de ella. En invierno, en esa maseta se había
apoyado dos o tres veces una mariposa. Lo había visto dos o tres veces con una muy
buena amiga, un ser luminoso, que tomaba mates conmigo. Habíamos hablado que la
mariposa, justo en esa maseta, justo en invierno, podría representar a mi
madre. Firulait, el perro que me regaló ella, limpiando la casa de mi mamá, lo
primero que hizo fue traerme su mariposa. Firulait es un maestro de la
casualidad, y mamá, creo que acompañada por divinidades femeninas, que se me
han ido apareciendo estos días, la Virgen,
Ganesha, La Tara verde, se ha vuelto una especie de espíritu guardian
que acompaña, comunica y protege. Tiene un hijlo que hace dos meses ha
aprendido a leer. El segundo aprendizaje, ahora sabe leer el mundo. Y ella sabe
decir. Firulait, como siempre, sigue siendo el maestro de la casualidad. Y la
casualidad también un maestro
Firulait 4
Hace meses que noto que todo el universo quiere que me levante a las 6
de la mañana, como escribo y estudio las dos horas que quedan después de las
doce de la noche y me estoy durmiendo entre las 2 de la mañana y las 3, cuando
llega las seis de la mañana y me despiertan dormí solo cuatro horas, y con esas
horas hay cosas que tengo que hacer al otro día que no puedo hacer, así que me
permito dormir dos horas mas hasta reunir las 6 ¿Y quienes son los que me
despiertan? Saphira y Firulait. Desde hace una semana, en ese momento hacen algún
ruido, y cuando me despierto están los dos paraditos, la lado de la cama, con
la puerta de la pieza atrás, uno al lado del otro mirándome, como formados en
una fila de escuela. Es una imagen cómica porque es una imagen atípica y
repetitiva. Esto viene sucediendo hace varios días. Ya había hecho algo
parecido a eso Firualit, un momento en que estaba en la otra casa y no podía
arrancar. Me levantaba tarde y estaba mal energéticamente por una serie de
cosas que pasaban. Un día me había despertado y Firulait estaba al lado de la
cama, sentado, mirándome con una media en la boca. la que me estaba alcanzado a
mí, como diciéndome, ponete las medias, calzate y arranquemos. Ese fue el exacto
momento en que arranqué.
Firulait es un maestro de la casualidad con manejo de algunas cuestiones,
entre ellas la telepatía. Cada vez que estoy comiendo y le separo lo ultimo de
lo que yo como, cuando estoy preparando el plato para él, cortándole,
condimentando, él viene solo de la pieza sin que lo llame y se dispone al lado
mío. El escucha mis intenciones cuando en silencio empiezo a preparar sus comidas.
En alguna sesión de reiki ha aparecido y con alguna acción casual me ha marcado
que tenía que trabajar algo que me faltaba. En una sesión difícil con una amiga
a la que le habían hecho muchas cosas, con canalización y percepción iban
detectando lo que le habían hecho y yo iba canalizando como desarmarlo, hasta
qué en un momento, Firulait, en el gabinete de reiki, hizo algo que no había
hecho nunca. Trajo un hueso suyo, y lo dejó al lado de la camilla, del lado
izquierdo, y se fue. Nunca Firualit me había dejado un hueso en el gabinete de
reiki, así que pregunté. Firulait me dejó un hueso ahí y eso es atípico ¿Te
pasó algo con un hueso? Sí, me dijo, le pasó algo grave con un hueso ayer. En
ese momento canalice y me dijeron que ese hueso había sido intervenido, tenía
un trabajo en contra de ella, y lo tenia que tirar. Firuliat estaba diciendo:
No se olviden del hueso
Problemas míos en la oreja, en el ojo, habían pasado de manera automática
a Firualit, y se habían resuelto, hasta que yo lo había desautorizado a que tomara mis problemas o lo
que me tiraban. Fue el momento justo, en
ese momento me tiraron algo tan grande que le hubiese hecho mucho daño a
Firulait, y lo tomó un viejo perro de la familia que había sido de mi madre.
Ahora ya nadie toma lo que me tiran, yo me ocupo, me sobran herramientas para
jugar con esa energía y direccionarla hacia el amor
El día que nos mudamos a nuestra casa de ahora, en medio de una especie
de persecución energética, Firuliat contento, entusiasmado (era la casa donde
había pasado sus primeros 30 días) pasó de largo y se cayó de la terraza al
patio de la casa de al lado, en el camino de dio vuelta y pegó en el exacto
lugar del cuerpo donde no se iba a hacer nada, un lugar de la espalda donde
tenia mucha grasa y no tenia cerca ningún hueso. Firulait había caído de un
piso y pico. Cuando lo fui a buscar a la casa de la vuelta había salido
moviendo la cola. Firulait es fuerte, y despreocupado. El mismo día pasábamos por
la casa a la que había caído y Firualait contento y moviendo la cola había
querido volver a entrar. Ya se había hecho amigo del dueño y asiduo visitante
de ese jardín al que había entrado por el techo y de espaldas. Algunas cosas no son
los que parecen, son más fuertes, más simples y más amorosas
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