Publico los textos de Shiva y Ganesha, uno dos, tres y cuatro. Los estoy
compilando, busco una imagen de ambos para ilustrar la nota y entre todas las imágenes
que saltan mis ojos se depositan solo en la imagen de Shiva, Ganesha con Parvati,
la compañera de Shiva, la mama de Ganesha, que solo conocía de oídas. La foto
me llama entre todas las fotos, sé que esa es la imagen que quiero. Trato de
buscar la atención a las otras imágenes, pero esa imagen es tan fuerte, tan
solicitante que ni me deja mirar las otras. A veces lo que es, lo que debe ser,
tiene un peso energético tan potente, que neutraliza todo lo otro, es como un
embudo. Hay veces que el universo dice con tanta fuerza que algo tiene que ser,
que es una gran batalla caer en los vicios que nos impiden escucharlo. Y aunque
los vicios son fuertes, porque tienen la voz de lo tóxico, la luz es mucho más
fuerte, porque la luz es otra vibración. Guardo esa imagen, y la uso para
ilustrar la nota en mi blog. Me queda resonando el nombre Parvati, no se nada
de ella, solo que es la mama de Ganesha, pero me gusta la sonoridad de su
nombre. Me voy a yoga a lo de mi maestro, y la olvido. Cuando estoy en yoga,
apenas entro al buffet que hay en el lugar me empieza a sonar en la cabeza,
sola, Parvati. Paso al salón de yoga y en toda la clase me queda sonando el
nombre Parvati, que viene solo. Ya me ha pasado eso en yoga, me vienen nombres
de energías con las que conecto o canalizo. La repetición del nombre no es como
cualquier otra repetición, no es un recuerdo, no es un tic fonético, es otra
cosa. El nombre se repite solo en la mente como una palabra canalizada. No soy
yo el que lo repite, no es mi mente, no es mi inconsciente, es el nombre que se
repite a si mismo. Termina la clase, estoy en la relajación, mi maestro hace
durante la relajación unas respiraciones especiales, yo en esas respiraciones
siento un chucho de frio en el cuerpo y se me pone la piel como de gallina, al típico
estilo de cuando esta cambiando de vibración personal o sintonizando con otra
vibración. Es la tercera o cuarta vez que me pasa en el espacio en los últimos meses.
Ahora mismo mientras escribo me pasa lo mismo, siento esa sensación de chucho
de frio, en la espalda, las piernas, los hombros, el cuello, es como una sintonización.
Si me conecto mucho con la sensación, eso aumenta y es como si una briza se
levantara y me pasara por las piernas, los tobillos, las pantorrillas, la
espalda. Es una sensación grandiosa, primero es relajante, y después da la sensación
no solo de cambiar mi vibración sino la del ambiente que me rodea, porque ese
vientito que parece levantarse viene del ambiente que me rodea, pero empieza en
mi cuerpo que modifica su vibración con el recuerdo, o con la conexión con el
recuerdo, el ambiente que me rodea modifica su vibración, y la mía, y la mía
vuelve a modificar la del ambiente que me rodea. Y eso empieza antes, en el
mantrado o la respiración de mi maestro y la energía del espacio en coordinación
con la energía de los compañeros con lo que hacemos yoga, y la energía de Shiva
y Parvati que están presentes ahí. Es un movimiento ascendente de retroalimentación
es espiral. Sigo con la relajación del espacio. Antes de seguir escribiendo
sobre la relajación miro la pared y me muestra la palabra “fe” Es algo que
tengo bastante. Para muchos lo que más tengo. Para algunos la base de mis
experiencias. Después de las respiraciones mi maestro mantra un mantra hermoso
que canta muy bien, y que siempre que lo hace a mí me hace conectar con otras
vibraciones y me proyecta a otros espacios. Con los ojos cerrados conecto con
lo que ve mi tercer ojo. Está Parvati, enorme, colorida, observadora, llena de
paz, me mira. Entro como a un reino, hay
como un castillo, y esta Parvati ahí, está Ganesha. Hay más cosas y pasan más cosas, todas de
luz, pero ahora que escribo la experiencia solo me puedo acordar que está
Parvati. El viento fresco que se levanta con mi vibración, que escribiendo
recuerda la experiencia de la relajación de hoy ma acaricia como una briza en
pie izquierdo. Aun tengo la vibración vibrándome en la espalda. Termino de
contar esto y comento que me gusta haber conectado con Parvati. Siempre me
gusta conectar, conocer a una alta vibración nueva, maestros elevados que nos
ayudan y nos acompañan. Es como ir a una casa nueva y conocer a una
persona nueva. Mientras escribió esto,
analizo, quizás me equivoco, que hablo de Shiva y Ganesha y la briza la siento
en la espalda, los hombros, debajo de los brazos, y los pies, como si es ese
lugar sintiera la sensación de nuevos brazos, y pies mas anchos, como los de
Ganesha y Shiva. Escribo esto y en la pared veo las palabras “Verdad absoluta”
y “Realidad” Para cerrar el texto analizo sin saber pero me doy permiso. Es
posible que nosotros conectemos con la vieja vibración de lo que fuimos en otra
vida, en la que quizás fuimos seres como Shiva o Ganesha, de muchos brazos. Y esa
memoria aun existente en el recuerdo o en nosotros mismos, o se haga presente
en el presente de ahora y del pasado porque el tiempo no es el tiempo. O
estamos viviendo en un tiempo sin tiempo, o en un tiempo donde todo el tiempo
es el tiempo. O sea que estamos ahora, pero ahora mismo estamos en el momento
en que teníamos muchos brazos. A través del puente que es la mente, el cuerpo,
lo simbólico, la relajación, y el permiso de la dirección y la acción correcta
en el momento justo, esto es, ser, estar y escuchar. Escuchar en el cuerpo que
habla, quien habla, de donde y de cuando. Como me vienen diciendo mis maestros
de yoga y de taichí, como ultima cosa propongo que escuchemos el cuerpo. Dejo
de escribir
No hay comentarios.:
Publicar un comentario