Corre el ultimo día del año,
se encuentra de casualidad compilando un montón de textos sobre dragones, canalizando
información sobre ellos, poniéndole un nombre de dragón a su ultima gata, la
pequeña Chimuela, que es hija de una gata que también tiene nombre de dragón,
Sapirha. La canalización le dice que va a ver dragones ese mismo día, como
sorpresa, como regale de fin de año, un dragón en el cielo. Escribe canalizando
dos poemas sobre dragones en el cielo. Y esa tardecita se anticipa la tormenta
que estaba anunciada para la mañana del otro día, se llena de nubes en el
cielo. Y mientras él está haciendo ejercicios en la terraza, frente al sin
buscarlo, sin pensarlo, de hecho pensado que ya se había presentado el dragón
antes y que nada tenía que presentarse, ve una nube con la forma perfecta de un
dragón. Primero la cabeza, atrás la cola larga, uno de los dragones chinos y
japoneses, de los largos, los marinos. Lo observa, entiende sobre el regalo, lo
saluda. Pero la cosa no termina ahí, más tarde, en otro lado de la terraza ve
otra nube con la forma perfecta de un dragón, enorme arriba de él. Saluda también.
Al otro día va al parque, hace taichí, una forma del Qi Gong, Las ocho joyas
del brocal, la pasan dos o tres cosas mágicas mientras está haciendo formas en
el parque y cuando vuelve caminando, ve una escalera de entra a la casa, la
baranda, es un dragón tallado, perfecto, de los chinos. Una pieza artística muy
bella, con la perfecta cabeza de dragón marino tallada
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