Empieza diciembre, camina por
mi ciudad, andar por la ciudad es conectarse con distintas postales de tu país.
Una frase se le viene a la cabeza: Administramos carencia. Pero la deja por ahí
resonando en el aura, guardada ahí, y sigue. Se encuentra con un amigo, charlan
en una esquina. Ese día se van a cruzar muchas personas de realidades que se
cruzan, que se chocan, que se acercan, y que tienen que estacionar despacio
entre ellas como naves intergalácticas de lujo, que es lo que son. Hablan de
todo un poco, el amigo le da información muy valiosa de lo que tiene que hacer
para conectarme mejor con su entorno, agradece esa información muy útil y la va
a usar. Pero además le dice que están diciendo que en algunos años un asteroide
va a caer en el planeta, que no se sabe donde, le habla de 3 o 4 años. Se
saludan y se van uno por cara lado. Va volviendo y a siete cuadras de su casa
es donde le empiezan a informar. Le hacen depositar los ojos en una imagen de
estrella de Belén o Cometa Halley que hay en un cartel para saludar por
navidad. Después en el cartel de calle que dice España. Después le dicen en el oído
“Cinco años” Después le hacen mirar la inscripción urbana, de un colectivo que
pasa. Y eso es lo que está diciendo, que va a caer un comete en cinco años, en
España, en una zona urbana. Se lo dice a su amigo en un mensaje y sigue
caminando. Va hasta su casa, entra, sale, y pregunta si ese Asteroide que va a
caer entre nosotros no se puede desviar, como han hecho con otros ya. Le dicen
que sí. Lo pide, por todos. Le dicen que ya está hecho. Ahora ya le dicen que
el asteroide ya no va a pegar. Vuelve a su casa y lee un texto que había
escrito antes, el amigo del texto que escribió, es el mismo amigo de la experiencia
que acaba de pasar
Salgo a caminar por la ciudad,
me encuentro un amigo que me pregunta por un pariente, si soy pariente de él.
Le digo que si. Mientras mi amigo me está hablando y me dice que ve la imagen
de alguien que me genera un daño, se me viene un nombre todo el tiempo a la
cabeza. Es el nombre de un amigo de mi papá, pero es un buen amigo, no puede
ser. Ese mismo día varias veces se me viene a la cabeza un apellido, también
del universo laboral de mi padre, de la nada. No tiene ninguna relación
conmigo. Son tres identidades, no son parte de mi universo, pero ahí están,
viniendo. Esa madrugada, con el grupo de wasap que tenemos con nuestros amigos,
uno de ellos hace una llamada. Ya al otro día, una amiga publica una foto con
lavandas. Son cosas aisladas, no tienen nada que ver. Al otro día almorzando
con mi papá, empezamos a hablar de lo simbólico y lo espiritual. Concluimos que
mi papá y yo somos dos líneas de tiempo similares con el mismo síntoma a
tratar, el relegamiento personal. Empezamos a indagar, lo buscamos en la
familia, llegamos hasta él abuelo de él. El nombre que se me venía a la cabeza
el día anterior es el nombre de la persona por la que se había regalado el
abuelo de él. El amigo que había llamado a la madrugada es pariente de ese
familiar. El familiar por el que me había preguntado mi amigo el día anterior
es hijo del familiar por el que se había relegado el padre de él. Toda la
información que necesitaba para bucear en la charla con mi papá me había sido
suministrada por el universo el día anterior. Esa noche hago una
autobiodecodificacion autoguiada, vuelvo, me meto en los parientes, en las
situaciones, converso, digo, aúno, corto, propongo, sano quizás, no lo eso esto
último. Uso un sahumerio para acompañarme en sesión, es sahumerio de lavanda.
Lavanda es la imagen que le había visto a mi amiga el día anterior.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario