En el apartado 52, en la página 97, en el subtítulo que dice “La santa tijera” Marcelo Di Marco dice “¿Cómo saber cuándo y como debemos borrar? ¿Quién se atreve a pedirle a un autor que resigne un buen momento de su literatura?” Y lo amplia un poco más adelante “…Serán el contexto, el tramado, la misma estructura del conjunto lo que reclamaran la tijera a gritos…” “El corte es una actividad esencial en el arte de corregir, y tal vez la más dolorosa…” “…A la hora de corregir hay que desconfiar (siempre siempre siempre) de nuestros cuentos y poemas – inspirados- consecuentemente, debemos volver a ellos una y otra vez, en frio y tijera en mano”
Lo que el dice es que hay que
corregir, sintetizar, recortar, pero más que nada lo que dice es que en todo
eso la importancia fundamental la va a tener el contexto del texto. Y
enseguida, en el párrafo siguiente suma una línea brillante “Y concentrándonos ante
todo en el comienzo…” Di Marco nos pide que pongamos central atención en
corregir bien el comienzo, o tener bien claro cuál es el comienzo del texto ¿Por
qué propone esto? El plantea que a veces podemos estar escribiendo alguna
paginas hasta que aparece el real comienzo, o sea, hasta que aparece el relato.
Significa que todo lo demás, lo anterior, y a veces hasta lo posterior lo
tenemos que descartar. Porque ahí está donde la piedra se convirtió en David,
donde está el relato. Sobre el final de la página 101 dice “…Encontrar el
verdadero comienzo fue difícil…”
Entre la página 102 y 103 da
un elemento para trabajar esto. Propone: “…Elijan un texto propio y subrayen
todo lo que no conduzca al impacto general. Concéntrese preferentemente en el
comienzo – Marquen en su texto el punto donde noten que empieza la historia o
el poema, y trabájenlo en consecuencia –Vean los elementos que les sirven del
material a eliminar, e inclúyanlos en la nueva versión. Recuerden que un
material sirve solo si agrega algo a la historia, a la atmosfera, al ambiente o
a los personajes”
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