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martes, 15 de noviembre de 2022

El bruto de las imágenes. Capítulo 2. Conexión y dispersión. La clave de todo

 


“Estoy en la terraza, veo pasar un calquín, atrás de él viene un pájaro de mal, el calquín que puede volar mucho más alto vuela a su altura, el pájaro del mal lo pica en un ala con un topetazo incluido, pasan bajo, cerca mío, es increíble, escucho el ruido. No van tan bajo como para que lo escuche, no escucho tanto como para escuchar, pero escucho. Se dice que puedo ver  y escuchar bastante. Ahí me doy cuenta que el universo me quería decir algo. Es la tercera vez en la semana que veo la misma escena, las y tres distintas, las tres me hablaron de cosas que me estaban pasando. Le primera el calquín pasó volando bajo seguido por un pájaro de mal, lo ahuyentaba, pero no llegaba a picarlo, por la velocidad. En esa época yo peleaba con los de siempre pero como era muy rápido en mis acciones no me alcanzaban. La segunda vez enseguida de esa el calquín pasó volando más alto y más rápido y el pájaro del mal abajo. Ese mismo día yo había estado haciendo acciones que tenían que ver con no pelear y concentrarme en lo lindo, algo que había aprendido de mi maestro”

Y la tercera ahora que el chimango lo picaba, pero no lo bajaba, solo lo movía un poco “Y era lo que había pasado, yo había caído en las trampas y las redes tendidas”

Terminó de escribir y se puso a pensar. Pensaba el bruto y las imágenes que esa última imagen que había escuchado había sido distinta. Y después se dio cuenta por qué. Ya llevaba mucho tiempo conversando con las imágenes, es un estado de sincronía perpetua, constante, pero es imagen con ese ruido le hizo un clic. Fue algo más que antes, la imagen y el ruido, ese ruido que el escuchó lo metió en la imagen, y la imagen con ese ruido ilógico se volvieron una sola cosa se fusionaron en la misma cosa y eso abrió la última llave, el ruido. A partir de ahí el y el mundo fueron la misma cosa, porque entró por el ruido, fue sincronía, conversación, dialogo más sonido, ese sonido rompió las barreras que quedaban entre su mundo y el mundo. Ahora él pasó esa barrera y se dio cuenta que él era todo y todo era él. Ese calquín pasó por el mundo de él, pero el pasó por ellos, y más que nada él y ellos eran los mismo, un presente perpetuo, una totalidad. El bruto de las imágenes había tenido un acercamiento a esto cuando en su libro de los Ángeles “Descubre a tus ángeles”. En el primer ejercicio había hecho un ejercicio de conexión con los Ángeles y se había sentido fusionado en una sola cosa. Pensaba el bruto de las imágenes que la fusión total era fácil, era tan simple como dejar que el universo abriera algunos cerrojos, ver escuchar aceptar creer. Y después creer en el concepto de fusión de total, después experimentarlo una sola vez, en fusión, concentración dispersión a la vez. Y después de pasar por la experiencia tenerlo en el cuerpo y ya tenerlo para siempre.

“Era concentrarse en un objeto sabiendo que ese objeto me está dando un dato que esta puesto ahí por el universo para mí, y desde la energía de concentración en ese objeto, desde ahí, ese mensaje abrirse desde esa energía o la relación con ese objeto a, mundo. Concentración en un objeto desde el mensaje que me tira, por ejemplo ¿Qué está pensando de mi la chica de la miel? Y entonces mis ojos van a las flores que tengo de centro de mesa, los jazmines. Ahí hay un mensaje, y desde los jazmines sin abandonar la energía de ese mensaje me abro a los otros objetos. Y entonces todo me habla. Y después de abrirse a los otros objetos desde esa energía, quedarse en la energía de conexión total y abandonar los objetos, dejar de mirarlo, y ya tenemos la sensación de conexión total adentro nuestro. Y ahí, en es dispersión, en lo que viene después, están las imágenes de otras dimensiones, otras vidas, otras acciones, con la misma situación. Y después vuelvo a este mundo desde ahí”

Y la última imagen que pensó el loco de la calesita, la última cosa que le mostraron fue en el techo la palabra cala formada con las silabas de dos palabras, y la ca la es la palabra que los identifica porque es una flor en común. Y ahí pensó el loco de la calesita que el camino se repetía pero la fusión de uno con el todo se hace después de  mucho tiempo. No para mañana, no para ayer, pero se van viendo cosas de a poco, y hay que entrenarlas con los maestros todos los días. Entonces pensó el loco de la calesita que daba vueltas y sonreía y silbaba bajo por no  molestar, que la combinación variada y experimental entre concentración y dispersión, era la clave de todo. Y dejo de escribir

 

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