“Estoy en la terraza, veo
pasar un calquín, atrás de él viene un pájaro de mal, el calquín que puede
volar mucho más alto vuela a su altura, el pájaro del mal lo pica en un ala con
un topetazo incluido, pasan bajo, cerca mío, es increíble, escucho el ruido. No
van tan bajo como para que lo escuche, no escucho tanto como para escuchar,
pero escucho. Se dice que puedo ver y escuchar
bastante. Ahí me doy cuenta que el universo me quería decir algo. Es la tercera
vez en la semana que veo la misma escena, las y tres distintas, las tres me hablaron
de cosas que me estaban pasando. Le primera el calquín pasó volando bajo seguido
por un pájaro de mal, lo ahuyentaba, pero no llegaba a picarlo, por la
velocidad. En esa época yo peleaba con los de siempre pero como era muy rápido en
mis acciones no me alcanzaban. La segunda vez enseguida de esa el calquín pasó
volando más alto y más rápido y el pájaro del mal abajo. Ese mismo día yo había
estado haciendo acciones que tenían que ver con no pelear y concentrarme en lo
lindo, algo que había aprendido de mi maestro”
Y la tercera ahora que el
chimango lo picaba, pero no lo bajaba, solo lo movía un poco “Y era lo que había
pasado, yo había caído en las trampas y las redes tendidas”
Terminó de escribir y se puso
a pensar. Pensaba el bruto y las imágenes que esa última imagen que había escuchado
había sido distinta. Y después se dio cuenta por qué. Ya llevaba mucho tiempo conversando
con las imágenes, es un estado de sincronía perpetua, constante, pero es imagen
con ese ruido le hizo un clic. Fue algo más que antes, la imagen y el ruido,
ese ruido que el escuchó lo metió en la imagen, y la imagen con ese ruido ilógico
se volvieron una sola cosa se fusionaron en la misma cosa y eso abrió la última
llave, el ruido. A partir de ahí el y el mundo fueron la misma cosa, porque
entró por el ruido, fue sincronía, conversación, dialogo más sonido, ese sonido
rompió las barreras que quedaban entre su mundo y el mundo. Ahora él pasó esa
barrera y se dio cuenta que él era todo y todo era él. Ese calquín pasó por el
mundo de él, pero el pasó por ellos, y más que nada él y ellos eran los mismo,
un presente perpetuo, una totalidad. El bruto de las imágenes había tenido un
acercamiento a esto cuando en su libro de los Ángeles “Descubre a tus ángeles”.
En el primer ejercicio había hecho un ejercicio de conexión con los Ángeles y
se había sentido fusionado en una sola cosa. Pensaba el bruto de las imágenes
que la fusión total era fácil, era tan simple como dejar que el universo
abriera algunos cerrojos, ver escuchar aceptar creer. Y después creer en el concepto
de fusión de total, después experimentarlo una sola vez, en fusión, concentración
dispersión a la vez. Y después de pasar por la experiencia tenerlo en el cuerpo
y ya tenerlo para siempre.
“Era concentrarse en un objeto
sabiendo que ese objeto me está dando un dato que esta puesto ahí por el
universo para mí, y desde la energía de concentración en ese objeto, desde ahí,
ese mensaje abrirse desde esa energía o la relación con ese objeto a, mundo. Concentración
en un objeto desde el mensaje que me tira, por ejemplo ¿Qué está pensando de mi
la chica de la miel? Y entonces mis ojos van a las flores que tengo de centro
de mesa, los jazmines. Ahí hay un mensaje, y desde los jazmines sin abandonar
la energía de ese mensaje me abro a los otros objetos. Y entonces todo me
habla. Y después de abrirse a los otros objetos desde esa energía, quedarse en
la energía de conexión total y abandonar los objetos, dejar de mirarlo, y ya
tenemos la sensación de conexión total adentro nuestro. Y ahí, en es dispersión,
en lo que viene después, están las imágenes de otras dimensiones, otras vidas,
otras acciones, con la misma situación. Y después vuelvo a este mundo desde ahí”
Y la última imagen que pensó el
loco de la calesita, la última cosa que le mostraron fue en el techo la palabra
cala formada con las silabas de dos palabras, y la ca la es la palabra que los
identifica porque es una flor en común. Y ahí pensó el loco de la calesita que
el camino se repetía pero la fusión de uno con el todo se hace después de mucho tiempo. No para mañana, no para ayer,
pero se van viendo cosas de a poco, y hay que entrenarlas con los maestros
todos los días. Entonces pensó el loco de la calesita que daba vueltas y sonreía
y silbaba bajo por no molestar, que la combinación
variada y experimental entre concentración y dispersión, era la clave de todo.
Y dejo de escribir
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