Uno por uno van cayendo sus
bastiones,
atrás de ellos se van a pique
los estandartes. con ellos
vuelan los espíritus,
se hacen humo las
aspiraciones,
las acusaciones de
aspiraciones son más cortas
que las patas de un ratón.
Las amenazas de falsos vicios espejan
y hacen espejo
de los dragones. Con la
paciencia del elefante
la araña teje la red de la
revolución,
el tigre mueve la cola
y el viento de la luna observa
y espera,
calla sus ramas.
Denuncias de toqueteos y
toquetones
que solo están en las cabezas
de los amenazantes
amenazadores.
El escorpio se pica solo,
y el sagitario no tiene que
ver con eso
porque está ocupado
en las estrellas
haciendo y viendo
constelaciones,
haciendo propias
y
viendo ajenas.
El Tigre saluda al chimpancé,
la abeja pica bajo en vuelo
bajo.
El roble es doble, es noble,
es del metal del que están
hechas las cosas,
el búho chista
a los ojos un
chistido absurdo
pero lleno
Y el gua moja en el fuego que levanta
entreveros a su sazón,
desazones,
y fuegos que brillan lejos.
Cada fueguito
es un poquito,
y no hay un fuero que sea el
veinteveo,
o quien escribe,
el bicho feo,
que no es el mal bicho del
fabuloso,
sino un feo mal bicho con
malas alianzas
de bastiones
a los que arrastra a los
inviernos oscuros de los apagones.
El sagitario,
ya bañado en el acuario,
da la luna
y el ojo de la cara a las
mieles de la miel,
de los bellos ojos de papel
sus ojos en el papel
mi papel
sus ojos de miel
Y el virgo de la pieza de ajedrez,
peón
de los de antes,
hace una alianza irrevocable
inclaudicable
con Andrés,
de una vez por mas,
ya todo
lavado el daño
del estofado que mete el guiso
en lo ajeno,
hay la cuchara rota por vez
del que sabe de no saber,
que ahora sabe que no es.
Y en la alianza del virgo ,
que es un Gabriel y no un Andrés
de una vez por mes,
que tanto van a equivocarse
los bastiones tristes de las horas largas
por el arte sin artemisa o
arteros ilusiones,
las alianzas del virgo y su maestro
máximo,
alianza de respiraciones nos
trae al carnero,
pero no el que creen,
sino
la cabra que se eleva,
que no tiene la culpa de sus
errores,
los de ustedes, todo suyo,
la cabra de tierra,
del capricornio con el Dios de
fuego
del sagitario,
ante la atenta vista de sus maestros,
el de él, de agua
y de fuego,
y de respiraciones,
la de ella, de rio,
de mar y de montaña,
y de realizaciones.
Su madre la de ella,
su padre el de él.
Caen bastiones,
se levantan guirnarlas y
esperanzas.
Cuanto más alto, más simple el
rito.
Poema de Alejandro Miguel y su amigo Andrés
Standapero
No hay comentarios.:
Publicar un comentario