3 ACTOS-
5 PERSONAJES
Personajes: Cayetano viste un pantalón negro,
camisa celeste de nailon, con una de las puntas afuera del pantalón y una
campera de tipo deportivo verde. Tiene dientes exageradamente grandes y
amarillos. Pelo largo y desarreglado
-Beethoven usa el pelo largo, casi le llega a
los hombros, una gorra visera, la que se saca permanentemente para rascarse la
cabeza con el dedo meñique de la misma mano que sostiene dicha gorra. Camisa
blanca, un pullover oscuro sobre los hombros y jean.
-Roberto Andalucía camisa a cuadros con muchos
colores prendida hasta el último botón, campera y pantalón de jean azul. Se
rasca la nariz seguido, y nunca está quieto, camina alrededor de su ocasional
interlocutor.
Señor del auto, pantalón, camisa blanca y
corbata
QUÉ HACE CAYETANO AHÍ
En una esquina del centro del pueblo, Beethoven
está parado dejando pasar el tiempo y llega Roberto apurado, mirando para el
lugar desde dónde viene. En la otra
esquina, pero en dirección opuesta, un tipo está apoyado en palo del alumbrado)
(Beethoven)- ¿Qué miras Roberto?
(Roberto Andalucía)¿Qué haces Beethoven parado
acá? Algo raro estás tramando, yo te conozco. (Lo señala agitando el dedo
índice)
(Beethoven)- ¿Todo tenés qué saber? Porqué
camino, si camino, si me paro, porqué me paro. Sacate esa costumbre de querer
saber todo. (Se acomoda la gorra)
(Roberto
Andalucía)(Señalando a un auto que está estacionado a la media cuadra)¡Es
Cayetano!, Cayetano Sapetti, ¿qué hace Cayetano ahí? Sordo decime, ¿qué carajo
hace el Caye en ese auto? ¿De dónde salió Sapetti con auto? ¿Habrá comprado esa
nave? Se puso de pinta, hasta corbata tiene puesta.
-(Beethoven) (Se rasca
la frente) ¿Te volviste loco? ¿El Caye de corbata? ¿A sí?, de corbata, ¿no te
fijaste si tenía un bandoneón? Por ahí se hizo tanguero. Rajá. Bajá un cambio
flaco. ¿Dónde está Cayetano?
(R A) Allá, en ese
auto marrón. (Señala con la mano en dirección del auto) Cayetano en auto japonés,
¿qué me contas? Es un peligro manejando… si se duerme, se duerme parado,
imaginate en la ruta… una dormida y chau, (Se pasa la mano, con un movimiento
seco, en posición plana por el cuello)fuiste Cayetano.
(B) Deja de llamar a
la desgracia. ¿No podés pensar en otra cosa? Cómo vas decir; fuiste Cayetano…
pobre Cayetano. Andaluz,
¿estás seguro que es Cayetano? El Cayetano no tiene auto.
(Andalucía) ¡Ah!, claro, vos sí podés tener una
movilidad, vos sos rico, Cayetano y yo no porque somospobres.(Con las dos manos
en los bolsillos y acomodándose)
(Beethoven)-No digas pavadas. Una chatita del
año de ñaupa me pude comprar. Capaz que compró. Haciendo trabajos de plomería
debe haber hecho un resto. ¿Le viste la marca?
(Andalucía)-Sí pero no séqué dice, debe ser
japonesa o coreana la marca. (Mete las manos en los bolsillos y se rasca)
(B) (Pone las manos en jarra y hace un
movimiento con la pera hacia adelante) ¿Qué haces? No seas ordinario.
(RA)- En la ruta debe
manejar la Pocha, (Sin sacar las manos de los bolsillos) no creo que a Sapetti
le den el carnet, con esa enfermedad re chota que tiene, si le dan una
autorización, aunque sea provisoria, es por acomodo. ¿Vos que decís Sordo?
(El tipo del palo se
bambolea)
(B) Para un poco
Flaco. (Se saca la gorra y se rasca la frente) ¿El que está en ese auto, frente
a la casa de la directora es Cayetano? No te aceleres, contame despacio.
(R A) Sí, sí, (Hace el
ademán de un juramento con un dedo sobre la boca y camina alrededor de
Beethoven) y te digo más, está dormido contra el volante, viste que tiene esa
enfermedad de mierda, que no sé cómo cuernos se llama, la somnolencia le digo
yo. (No deja las manos quietas)
(B) Narcolepsia se
llama esa enfermedad, y no es de mierda, es una enfermedad como otras que
Cayetano tendrá que tratarse algún día. (Se cruza de brazos) Pero… ¿estás seguro que es Cayetano?, mira andaluz,
no hagas lo de siempre, vos sos un arrebatado y en un montón de cosas le has
errado por bruto nomás. (Descruza los brazos)
(RA) Atendeme, (Le
pone la mano derecha en el hombro a Beethoven y saca pecho) escuchame bien,
viste que él, Cayetano digo, es fanático del perro ese que tiene, ese, marca
perro, aunque él lo crea de exposición y el gato pedorro, bueno, (Le saca la
mano del hombro y ahora señala nuevamente al auto) en el asiento de atrás del
auto tiene una foto de los bichos.
(Beethoven se levanta
la gorra y se rasca la parte superior de la frente)Entonces… es capaz de ser Cayetano.
(RA)- (Camina en
semicírculo)¿Y qué te dije? (Abre los brazos)Seguro que el fotógrafo, ese que
viene de afuera y se las rebusca retratando gente, les ha sacado una fotito a
las mascotas y se las trajo.
(B) Nooo… (Con las
manos en los bolsillos y hundiendo el cuello) mira que Cayetano va a contratar
un fotógrafo para las mascotas.
(RA) Cosas de la
Pocha, (Hace la señal de que está loca con el índice sobre su sien) clavado. A
mí no me molesta, que hagan lo que quieran con su plata. Es un laburito piolón
el del tipo eh. Pasas, te tomas unos mates con la Pocha y con la excusa de
traer la fotito la semana siguiente repetís la visita. Yo quisiera tener un
curro así, aliviado, muy aliviado.
-(B) No te vayas por
las ramas, contame de Cayetano. (Se ahuyenta un bichito de la cara)
-(RA) Están bravos
mosquitos eh y eso que no llueve. No hay humedad, que si no… te quiero ver.
(B) ¿Y? A Cayetano se
lo morfaron los mosquitos. Dejate de joder, habla de una vez
(RA) Bueno,el tema es
que está dormido, como te dije, lleno de vapor el auto… y nada…yo no lo iba a
despertar. (Abre los brazos y los deja caer)
-(B) Es raro, (Se
rasca la pera) ¿te fijaste bien que no sea humo?, mira que el Caye tiene ese
problema de fumador empedernido, es medio boludo, yo no sé cómo no se da cuenta
que se está matando.
(Andalucía)- ¡Ah! El que llama a la desgracia
soy yo. ¿Qué clase de amigo sos? que te lo pasas contándole las costillas al
Caye. Problemas, problemas tenemos todos, ¿acaso vos no tenés el de la sordera?,
(Hace montoncito con los dedos hacia arriba) no te acordás.
(Beethoven)-Por eso me dicen Beethoven. (Hunde
el cuello entre los hombros)
-(RA) Lo que me llamó
la atención es la nave, ¿se habrá comprado eso? (Vuelve a señalar el auto) ¿No
será mucho para Sapetti?
-(B) Ni idea che. (Se
acomoda la gorra)
(Andalucía)-La Pocha debe estar como loca con
auto en la puerta. Ahora cuando lo raje de la casa, a la tardecita, el Caye va
a salir a dar la vuelta del perro con el codo afuera-, (Hace la pose con el
codo y con la mano derecha simula que maneja) -Y la Pocha feliz que el marido
se vaya por ahí, (Hace gestos de rondas con las manos) viste vos. ¿No te parece Beethoven?
-(B) A mí no me
parece, (Niega con la cabeza) yo no sé nada. Eso es de chusma, cerra un poco la
jeta. ¿Qué tenés que meterte en la vida de los demás?
(El tipo que está
apoyado en la columna del alumbrado parece que se cae, pero con sacrificio mantiene
la vertical)
-(RA) Está bien, Pero dice la gente que el jefe
nuevo del ferrocarril le pidió a la Pocha, la señora de Cayetano.
(B) Sí, ya sé quién es la Pocha. (Mueve varias
veces la cabeza afirmativamente)
(RA) Bueno,(Pone ambas manos abiertas a la
altura de los hombros) dicen… que le pidió que le lave y le planche la ropa y
que tal vez sea cierto eh, pero sabes bien como es la gente del pueblo.
(B) (Diciendo que no con la cabeza) Después
dicen de la chusma, vos andaluz les pasas el trapo a todas.
(RA) (Niega
con el índice) No, yo no soy así. A la chusma se le ocurre algo de la vida
privada de los demás y lo larga como una fija. Yo no soy así, (Repite el
movimiento del dedo) pero conozco la verdad, la posta es que le da vía libre
porque ella se junta con las amigas a jugar a las cartas, deben sacar el cuero
también y de algún que otro asuntito deben chamuyar.
-(B) Qué puterío,viejo, (Se acomoda la gorra)
sos peor que las minas.
(RA) ¿Vos te crees que no hablan de machos?, sí
que hablan, como nosotros hablamos de mujeres ellas lo hacen con los tipos.
(El hombre del palo estuvo a punto de caerse nuevamente
en una de esas bamboleadas, sin que Beethoven y Roberto lo vean)
-(B) Pará con tanto conventillo.
(RA) –Hablando de conventillo… te cuento una,
pero jurame que vas a guardar el secreto. (Beethoven dice que sí con la cabeza
y le presta mayor atención).
(RA)La vez pasada, en una de esas que voy y
vengo a buscar a Cayetano, la Pocha estaba sola… (Se aprieta con ambas manos
las mejillas) y casi la encaro, pero no me salió nada, me puse nervioso. Tenía
una remera escotada, (Simula una “V” en el pecho) estaba para el infarto, había
puesto toda la carne al asador, pero ya te digo, me quedé mudo.
(B) Te iba a decir que no, (Abre los ojos bien
grandes, levanta las cejas y abre los brazos) a mí me dijo que era imposible
por nuestra entrañable amistad con Cayetano. Tampoco me parece que esté tan
buena eh. ¿Vos flaco estás seguro de que es Cayetano el del auto?
-(RA) Mira, te dije que tenía como una cortina
de vapor, pero, sí, sí, es Sapetti, más te digo, me pareció que estaba medio
dormido.
-(B) ¿Cómo que te pareció que estaba medio
dormido? Recién aseguraste que está dormido
-(RA) Bueno, ponele, puede ser, viste que a él
le pasó eso de que le agarra una somnolencia, nunca me va salir cómo se llama
esa enfermedad.
-(B) Te repito, pareces un nene, narcolepsia se
llama, cualquier cosa que te interese aprender llamame que te explico.
(RA) ¡Ah!, el explicador.(Se ríe) ¿Por qué mejor
no me explicas como le quisiste comer el caracú a la Pocha)
(El hombre del palo estira los brazos hacia
ambos costados)
(B)- Che Rober, dejate de romper las pelotas. Yo
no tendría que haber abierto la boca ¿Estás seguro que Cayetano está bien?¿Y si
llamamos al médico?¿No será que al pobre le agarró un patatús? ¿A ver si por no
meternos después terminamos arrepentidos?
(El hombre sigue apoyado en el poste, mira hacia
la posición de Roberto y de Beethoven)
-(RA) No… se le pasa. Te dije que tiene eso, no
sé cómo cuernos es el nombre, ya fue a muchos especialistas, pero le aclararon
que nadie se murió por dicha enfermedad, sólo que en una de esas lo ves a
Cayetano apoyado en una planta dormido y nada más.
-(B) ¿Así que fue a otros lugares a hacerse ver?
Me preocupa la salud de Cayetano.
-(RA) Sí, claro,te preocupa la viudez de la
Pocha a vos. (Mira al público, le guiña un ojo y se ríe mientras se frota las
manos)
-(B) ¡Qué tipo estúpido qué sos, andaluz! (Mira
al público y junta los dedos de las manos preguntándose) ¿Para qué mierda le
habré dicho?
-(RA) ¿No sabias vos Beethoven que lo llevaron a
Buenos Aires? (Se rasca la nariz) y a no sé cuántos lados más lo llevaron. En
uno de esos lugares le descubrieron pie plano, que pensándolo fríamente lo debe
joder para cuando se duerme parado y mantener el equilibrio con la pata redonda
y dormido debe ser difícil, pobre Cayetano.
(El hombre ahora con la espalda apoyada en el
palo y sentado en el suelo, sigue con la vista fija hacia el mismo lado, se
hace visera con una mano)
(B) Ya se prendieron las luces de las calles,
flaco. ¿Cayetano tendrá que volverse a su casa? ¿Así dormido va a manejar? Es
un peligro y aparte lo puede rozar contra un árbol, lo va estropear, tanto
sacrificio que habrá hecho para juntar pesitos sobre pesitos.
(RA) ¿Y el carnet? Cayetano no tiene
habilitación para manejar. Lo único que le faltaría es que le hicieran una
multa.
(B) Pueda ser que no lo hayan cagado, que el
auto esté en condiciones, viste que depende a quién uno se lo compre, hay cada
chanta.
(RA) Y… hay que cuidarse de todo el mundo,
cuando te descuidas la gente te traiciona.
(El hombre del palo del alumbrado continúa
haciéndose visera, ahora con la mano izquierda)
(B)- Los gitanos tienen la fama, pero hay de
todo en la viña del señor. Detalles de pintura tiene, y parece ser un auto
modelo viejo. El dueño anterior mucho no lo ha cuidado aparentemente.
- (RA) Pobre Cayetano Sapetti, nunca antes tuvo
coche, espero que tenga suerte, que pueda disfrutarlo. Qué esté bueno de motor.
Calculá, el pobre infeliz trabajó toda la vida y nunca guardó un mango o en una
de esas los tenía encanutados, no sé… y ahora los largó. Vos sordo, ¿cuánto
hace que te compraste la chatita?
-(B) Qué sé yo, no me acuerdo, para un mundial
era, anda a saber para cuál. Dios quiera que esté bien de todos lados, los
frenos y la batería, la batería es importante que esté siempre bien cargada
para no sacrificar al burro.
-(RA) ¿Queres matar al asno, Beethoven?... envidioso.
(Se ríe a carcajadas)
-(B) No seas estúpido que estoy hablando enserio.
(Lo señala enérgico)
-(RA) Che Beethoven, ¿y si vamos a ver qué le
pasa?, ahora que me acuerdo Cayetano también es asmático, se sabe quedar sin
aire. Corramos, mira si se ahogó con el asma y nosotros paveando.
(B) Corramos…
(Señor del auto) ¡Epa! ¿Qué pasa? Me van a
arrancar la puerta del auto, ¿es un robo?, yo plata no tengo, ¿qué necesitan? ¿Quiénes
son ustedes?
(B) Disculpe señor, nosotros pensamos…
(El señor del auto tiene la corbata corrida
hacia el costado derecho, los pelos revueltos con un mechón en la frente y se
refriega los ojos)
(Señor del auto) Pensamos, pensamos, me parece
que no piensan demasiado. ¿Les interesa saber quién soy?
(RA) Sí, claro. (Se acomoda el pantalón)
(B) No te metas, Dejalo hablar, ya bastante
metiste la pata. (Se saca la gorra y se rasca la cabeza)
(Señor del auto) Yo vendo libros y estoy
esperando que llegue la directora para entregarle este fascículo de “Como perro
y gato”, (Les muestra el librito) es parte de una colección. Pero ustedes… ¿qué
están buscando?
(Beethoven y Roberto se miraron, miraron al
libro y volvieron a mirarse)
(B) (Ahora mirando al Sr. Del auto) No, nada
señor, ha sido solo una confusión, Mi amigo lo confundió. Siga nomás en lo suyo
y mil perdones.
(Cayetano abandona el palo que lo sostuvo
dormido durante un largo rato y decide ir al encuentro con los amigos)
(Cayetano) Muchachos, muchachos, ¿qué les pasó
que salieron corriendo? ¿Lo conocen al Sr.?
(Señor del auto) Tengan cuidado con las
equivocaciones ustedes, suelo andar armado. ¿Este es otro mafioso de la banda?
(Pregunta enfocándolo con la mirada a Cayetano)
(B) Sí, sí señor, no, no señor, chau señor.
(Los tres amigos vuelven a la posición que
tenían Roberto y Beethoven)
(Cayetano) ¿Por qué lo fueron a despertar al
señor?
(RA) Che Cayetano, sos igualito al tipo del auto
¿Te fijaste Beethoven? Son un calco.
(B) ¡Flaco y la madre que te parió!, (Hace la
seña con las manos que le va a apretar el cuello)¿todavía querés tener razón?
Tengo una vergüenza, soy un pelotudo que conociéndote como te conozco te doy bola.
En este momento para mí sos la peor mugre que existe en la tierra.
(RA) Vos porque sos terco y no querés dar el
brazo a torcer, pero son dos gotas de agua.
(B) Rajá porque te mato. Si anduviera en la
chata saco la llave de apretar las ruedas y te parto el mate.
(RA) Qué carácter de mierda che…
(Cayetano) Bueno, ¡basta de gritos carajo! ¿Me
van a explicar por qué discuten?
(B) – Discutimos porque él es un bruto, un arrebatado,
imbécil, que siempre se manda alguna cagada, y yo soy el mismo estúpido que no
piensa antes de darle bola a este perejil, caído del catre.
(RA) Dice tantas pavadas porque el perejil es
él, yo sólo confundí al tipo del auto con vos. Por un rato tuviste auto
Cayetano. Ponete contento Caye. (Lo abraza) Creí que te habías comprado esa
nave.
(Cayetano) No entiendo, pero es común no
entenderlos a ustedes. (Se revuelve el pelo rascándose)Igual, somos amigos, no
peleen. Venga un abrazo y que la paz venga a vosotros y nunca los abandone.
(Se abrazan los tres y se apagan las luces)
SEGUNDA PARTE
VISITA AL CONSULTORIO DEL Dr. PICHI
(Cayetano, Beethoven y Roberto esperan en el
consultorio del especialista)
Cayetano viste un pantalón negro, camisa de muchos colores y con una
mancha de grasa en la panza, está con el pelo achatado, peinado con fijador,
muy brilloso.
-Beethoven, como de costumbre usa una gorra
visera, la que se saca permanentemente para rascarse la cabeza con el dedo
meñique de la misma mano que sostiene la gorra. Camisa blanca, un pullover
oscuro sobre los hombros y jean.
-Roberto Andalucía camisa negra, prendida hasta
el último botón, campera y pantalón de jean azul. Mantiene esa costumbre de rascarse
la nariz seguido y nunca está quieto, se sienta, se para, camina. Repite los
movimientos varias veces.
El Dr. Pichi tiene el pelo crespo, largo y
revuelto. Usa guardapolvo blanco, usado, y anteojitos chiquitos con el marco un
tanto flojo, que se saca permanentemente, los limpia con el aliento, secándolo
con una punta del guardapolvo
Roberto y Beethoven están parados pendientes de la
estabilidad de Cayetano que está sentado en una silla, por supuesto, dormido.
Se encienden las luces
(RA) Beethoven, yo sé que el otro día me apresuré, que
debí haberme fijado mejor, pero el problema está, míralo a Cayetano. Ya sabemos
de la narcolepsia, esa rara enfermedad como le dice la Pocha.
(B)- Esas raras actitudes tuyas son el resultado de lo
bruto y atropellado que sos, y yo debería fijarme como te comportas para
corregirte.
(RA)Yo ya sé que exageré un poco cuando me pareció que
el del auto era Caye, pero un poco nomás.
(B) ¿Te parece que exageraste un poco nomás? Mirá vos
che. Hasta las fotos del perro y del gato de Cayetano viste en el auto. ¡Qué
tipo bestia, por Dios!, (Le palmea la mejilla) y yo un ciego que te da pelota.
(Cayetano) Ssssss, hagan silencio, dejen dormir.
(Cayetano recostando en el respaldar de una silla y con ambos brazos colgados
para mantener el equilibrio)
(Roberto y Beethoven se sonrieron, pero disimularon)
(RA)Lo que pasa es que nunca había escuchado que un
tipo se duerma caminando o apoyado en un árbol, (Se apoya en Beethoven y se
hace el dormido) vos sabes, cuando se duerme a la sombra hasta cuesta
despertarlo.
(Cayetano, dormido se despereza)
(B) Si, ya sé, a todo eso contáselo al especialista.
(Se lo saca de encima)
(RA)Estoy contento Beethoven, hemos dado el gran paso,
(Intenta abrazarlo, pero Beethoven se retira) nosotros que somos amigos, damos
la vida por Cayetano y aquí estamos. ¿Cierto que tengo razón? Mirá como duerme
esperando al Dr.
(Beethoven, que no hace mucho descubrió la palabra
hipocresía, lo mira a Roberto, mueve la cabeza, se muerde el labio inferior y
sonríe)
(B) Siii, dijo la Pocha que nuestra amistad es
entrañable. (Vuelve a sonreír) Pareces un político, enumerando algunas acciones,
pasando facturas y olvidándote de otras que no te favorecerían.
(RA) Bueno Beethoven, ahora a otra cosa. (Le pone la
mano en el hombro) Esperemos que nos atienda el Dr. ¿Lo conoces al Dr. Pichi?
(Cayetano se despereza y bosteza)
(B) (Sostiene a Cayetano) ¿De dónde sacaste a este
médico?, ¿es nuevo?, ¿es especialista en enfermedades de este tipo?
(RA) Exactamente, vos lo has dicho querido Beethoven,
especialista en no sé cuántas cosas más.
(Beethoven abre los brazos, pone las palmas de las
manos hacia adelante y hace movimientos de negación con la cabeza)
(B) No, yo no dije nada, sólo pregunté. ¿Por qué no
tiene ningún diploma colgado de la pared, de ninguna universidad?
(Cayetano) (Abre un ojo y pone sus manos en las
rodillas, encorvándose) ¿Otra vez discuten ustedes?, ya son grandes, termínenla.
(RA) No, no discutimos (Sosteniéndolo a Cayetano). Te
decía Beethoven, el Dr. Es nuevo, nuevito en el barrio, todavía no se terminó
de instalar, se está mudando.
(Cayetano) (Se despereza) ¿Y cuándo me va a atender?
Porque yo tengo sueño.
(RA) Ahí está el Dr. Pichi. Buenas tardes Dr. Pichi.
(El Dr. Pichi, con la melena revuelta, apoya una mano
en el parante de la puerta y el cuerpo en el otro, los mira por sobre los
anteojitos)
(Dr. Pichi) ¿Quién es el paciente? ¿Cuál de ustedes es
Cayetano Sapetti?
(Roberto y Beethoven saludan levantando la mano, pero
el que habla es Roberto)
(RA) Él, (Señalándolo a Cayetano) pero entramos los
tres porque somos como hermanos.
(Cayetano se tira en la camilla)
(Dr. Pichi) (Sacude un brazo de Cayetano) No, no se
acueste Cayetano, si se acuesta se me duerme. Haber cuénteme.
(Cayetano) ¿Qué quiere que le cuente? (Ahora sentado
en la camilla) Yo viene, bah, nosotros vinimos para que nos diga que es lo que
tengo.
(Beethoven se saca la gorra y se rasca la frente)
(RA) Sueño tenés, por eso estamos acá. (Roberto se ríe
burlándose de Cayetano)
(Cayetano mete el cuello entre los hombros)
(B) Pará un poco, no seas animal, cómo te vas a reír
de él adelante del Dr. (Se saca la gorra y se rasca la cabeza, como cada vez
que se pone nervioso)
(Dr. Pichi) Bueno, bueno, (Acomoda la pata del lente, que
está floja. Busca con la mirada en el piso al tornillito que se cayó) mejor no,
no me diga nada porque este tipo de enfermedades se manifiestan de formas
similares en la mayoría de los casos (Se coloca el anteojo) y regularmente los
tratamientos son todos iguales. No obstante, lo evaluaré durante el mismo. (Se
saca los lentes, exhala el vapor sobre los vidrios y los seca con el borde del
guardapolvo.
(Cayetano abre la boca bien grande y bosteza
largamente)
(Dr. Pichi) No bostece Cayetano, no es necesario que
abra así la boca, yo me quedo afuera, (Los mira a Roberto y a Beethoven, los tres
sonríen disimuladamente) esos dientes intimidan eh. Diga 33, (El Dr. arrima su
oreja a la espalda de Cayetano) aja, aja,capaz que los pulmones estén un
poquito cargados de tanto estar acostado, pero no es relevante. Van a tener que
volver la semana que viene.
(B)(Le toca el hombro al Dr.) Pero Dr., ¿no le va a
dar nada para que tome? (Beethoven se pone serio, se saca la gorra y se rasca
la cabeza)
(Dr. Pichi) (Sonríe) Vemos, la semana que viene por
ahí tenemos resultados válidos, veremos cómo evoluciona. (Los mira a los tres
por sobre los anteojos) Muchas veces la sola presencia de un profesional hace
que la recuperación se manifieste de manera positiva. Está en los libros (Se
frota las manos). Reacciones psicológicas le llaman algunos. (Le pone una mano
en el hombro a Cayetano)
(Cayetano) (Lo mira) La semana que viene vuelvo Dr.,
¿se va acordar de mí?
(Roberto mira al techo y Beethoven se rasca la cabeza)
Dr. Pichi) Siii, de su dentadura no me olvido más.
(RA) Muchas gracias Dr. Pichi
(Dr. Pichi) Por el temita de los pulmones, si dormís
parado Cayetano, mejor. Así no se aprietan.
(Cayetano) Tengo pie plano y me bamboleo, ¿y si me
caigo?
(Dr. Pichi) Cuantos problemas, viejo, cuantos
problemas, (Pone los brazos en jarra) ¿vos sos siempre así? Continuamente con
un pero estás.
(Por un instante se apaga la luz)
… y 7 días después, voz en off.
(Cayetano y Beethoven esperan en la sala que aparezca
el Dr. Pichi)
(El Dr. Pichi abre la puerta del consultorio y los
invita a pasar)
(B) Volvimos Dr. Qué rápido se pasó la semana. (Le
extiende la mano)
(Dr. Pichi) Usted, ¿cuál de los dos amigos es? (Le
devuelve el saludo)
(B) Beethoven Dr., me dicen así porque soy sordo.
(Dr. Pichi) Me dijo mi secretaria que la semana pasada
se fueron sin pagar, hoy tienen que poner el doble. (El Dr. Se golpea varias
veces la palma de la mano izquierda con el puño cerrado de la derecha) Esto es
así.
(B) ¡Flaco Andalucía y la puta que lo parió!, (Mira al
público y después a Cayetano, da golpes con el pie en el piso) por eso hoy no
te acompañó, viste Cayetano, se te quedó con la plata de la visita. (Se saca la
gorra y se rasca la cabeza)
(Cayetano) (Un poco más despabilado) ¿Sabe lo que
tengo Dr.?
(Dr. Pichi-Mirá Cayetano, el caso no es común, tampoco
es que nunca se dio. En la isla de Fiji hubo un caso de características
parecidas, capaz que hay más casos, no sé, y el hombre, de unos cuarenta años,
(Abre la mano con los dedos bien abiertos y la rota varias veces) entre
cuarenta y cincuenta, se curó haciéndose paños de hojas de Baka, sumándole una
infusión diaria de leche de higo, que es el fruto de la misma planta.
(Beethoven lo mira fijo al Dr.)
(B)-Disculpe Dr. Le repito, yo soy Beethoven, Vine con
él y el otro amigo hace siete días. ¿Usted dice que ese tratamiento es eficaz?
(Dr. Pichi)(Con autosuficiencia se golpea el pecho) Si
claro estimado Beethoven.
(B)-¿A eso, adónde la compramos?, ¿se consigue en una
herboristería? ¿Quizás en una farmacia?
(Dr. Pichi)-Mmmmm, (Mirando al techo) a esta medicina
milenaria la importamos de Fiji. Yo, (Se apunta el pecho con el índice) pertenezco
a la comunidad exportadora de hojas e higos de Baka. No, no creo que las
consiga en otro lado, les será difícil. ¡Cayetano, no se duerma!
(B)-¡Ah!, no es una medicina que prepara usted.
(Dr. Pichi) No, no, (Sigue mirando el techo) por
supuesto que no, mi querido Mozart.
(B)-Beethoven, Dr., Beethoven, porque soy sordo, ya le
conté.
(Cayetano) (Sentado en la camilla mueve las piernas y
estira los brazos) ¿Ycuánto me va a costar esa medicación? -
(Dr. Pichi) Esa costumbre de desperezarse
continuamente la va a tener que ir dejando de lado estimado Cayetano, es parte
de la terapia. ¿Sí?, ¿qué me había preguntado, amigo?
(Cayetano) ¿Qué cuánto vale la medicina?
(Dr. Pichi) (Mira para varios lados) Ay, espere que le
ajusto la patita al anteojo, cada vez vienen más ordinarios. Por acá tenía un
destornillador chiquito, pero vaya uno a saber dónde está. (Busca debajo de la
camilla) Yo conocí a un viejo relojero (Ahora mirándolos) que tenía miles de
destornilladores chiquitos, pero siempre se le perdía el que necesitaba en ese
momento. Él, le echaba la culpa a los duendes.
(Cayetano se sonríe en el entresueño)
(B)(Resopla, como molesto) Y… ¿Cuánto duelen los higos
y las hojas?
(Dr. Pichi) ¿Ustedes creen en los duendes? ¡No se
duerma Cayetano! (Vuelve a sacudirle un brazo)-En la isla también los va a
encontrar y mucho más baratos. Ay, se me desarman estos lentes que le compré al
chino son una porquería, también, lo que los pagué. En la isla se compran, ¿me
entendió?
(B) Dr. Pichi, díganos cuanto sale el tratamiento.
(Dr. Pichi) Les decía, nunca le compren anteojos a los
chinos, yo reniego mucho. Eh… 3000 dólares semanales, (Habla apurado)dólar
papel, dólar papel.
(Cayetano)- ¿En qué isla se conseguirían baratos? ¿La
isla de los duendes? Yo muchas veces sueño con duendes, me hacen cosas los
duendes, me hacen reír, no son malos. Cuando le cuento a mi mujer lo que soñé,
que los duendes y qué sé yo, me dice que soy medio pelotudo, que los duendes no
existen.
Dr. Pichi) -Fiji, en la isla de Fiji,ahí, regalados se
consiguen los cajones de higos de Baka. (Les da la espalda y hace que mira por
la ventana)Famosos, muy famosos son. Sí, se lo venden por cajones. No se
olviden de reclamar las hojas para hacerse los paños tibios.
(Cayetano) Es largo el viaje, ¿no?
(B) Espere Dr. Espere, ¿3000 dólares semanales? Es una
animalada.
(Cayetano) -¿Hay que ir a buscarlo hasta allá? ¿Cerca
de Japón? No… es muy lejos.
(Dr. Pichi)- (Se pone serio) ¿De qué estamos hablando
Cayetano?, ¿te queres curar o estamos perdiendo el tiempo? Primero lo mío no es
tan caro, podemos conversarlos, por ahí les hago un diez por ciento.
(B) Esto es joda
(Dr. Pichi) A vos te hablo Cayetano, no te querés
molestar para traerlos vos y no queres pagar tampoco, ¿estamos para la chacota?
(Pega un golpe de puño sobre la camilla)Los vuelos están muy baratos y ahora
que estamos en temporada baja son un regalo. ¡No me hagas enojar Cayetano!(Cierra
la ventana)
(B) -Dr., nosotros venimos por una recomendación. Una
tal Marisa, que tira las cartas, le dio su dirección a Andalucía, Roberto
Andalucía, el amigo nuestro, ese fue a hacerse tirar las cartas con la Sra., él
le comentó sobre el caso de Cayetano y ella le dio la tarjetita suya, $5000 se
la cobró. Mire que sacarle un mango al flaco Andalucía es difícil, pero ella le
hizo 5 lucardas.
(Dr. Pichi) ¿Adónde habré dejado el recetario?, ¿no lo
vieron ustedes? (Busca por debajo de la camilla) Acá más cerca, en un mercadito
de la vuelta, se pueden conseguir higos de tuna. Igual, a la visita me la tiene
que pagar, la anterior y esta. Pero hay que tener cuidado con los higos esos,
las espinas suelen ser nocivas para el intestino, fundamentalmente el delgado
es el más afectado, bah, el grueso también, una espinita a la salida debe ser
jodido eh. (Sonríe) ¿Ustedes ya le pagaron a mi secretaria?
(B) Dr. Pichi, ¿usted habla enserio?, nos vio cara de
giles?, ¿se cree que somos boludos? ¿Adónde estudió? Especialista en medicina
ilegal es usted, no nos joda.
(Dr. Pichi) No se confunda Beethoven, (Camina
alrededor de la camilla y golpea la palma de la mano izquierda con una lapicera
que sostiene con la derecha) sólo son distintas maneras de entender a la
ciencia. ¿Beethoven o Mozart es usted?, ahora el confundido soy yo.
(B) Despertate Cayetano, vámonos, este tipo es un
charlatán. El flaco Roberto Andalucía, él, solamente él, puede encontrara chantas
así.
(Cayetano y Beethoven cruzan la puerta deliberadamente
y sin saludar)
(Dr. Pichi) Esperen, esperen, se olvidan la gorra. (Ahora
mirando al público) Esta Marisa. ¿5 lucas les hizo? Es hábil, es muy hábil,
siempre me manda alguno.
(Se apagan las luces)
TERCERA PARTE
EL VIAJE A Bs. As.
(Beethoven, Roberto Andalucía y Cayetano viajan a Bs.
As. En la chatita de Beethoven, para consultar a un especialista en
enfermedades especiales. Todos vestidos con la misma ropa que tenían puesta
cuando fueron a ver al Dr. Pichi, salvo Cayetano que se había cambiado la
camisa)
Se encienden las luces
-(RA) ¡Ah!, ¿vieron?, ustedes que dicen que soy un
charlatán, pero… ¿quién consiguió el turno en el IDEE, Instituto de
enfermedades especiales, y en el centro de Buenos Aires. Para el jueves, a las
17,30 horas, en punto. Presentarse con DNI. (Intenta hacer ademanes con las
manos, pero se dificulta por el poco espacio)
-(Cayetano) Hoy es jueves. Gracias flaco, si no fuera
por vos no sé qué sería de mí.
(B) (Mira para adelante)¡Ah… pero lo tuyo Cayetano es
para pegarte una patada en el orto! ¿Quién puso la camioneta?, ¿en qué estamos
viajando? En la camionetita vieja, pero en condiciones de llegar a Buenos Aires
y volver. ¡Ah!, me olvidaba… y guiarlos también, (Hace la seña de dos con los
dedos) porque ustedes solos en la capital se pierden. Placa roja de crónica: “Dos
gauchos, con olor a bosta, perdidos en la City”. (Resopla)
(RA) Sí, la verdad que parece una catramina, pero
anda. ¡No te duermas Cayetano! Bajá el vidrio así el vientito te desvela.
(B) El colmo, (Golpea el volante) yo con la calefacción
prendida y para que no se duerma el tipo, vos no dejas que suba el vidrio.
(RA) Está bien, está bien, subí, subí el vidrio
Cayetano. Despacio con la manija, acordate que se sale. Studebaker, ¿cuánto
hace que no vienen más estas reliquias? Son alemanes los fierros estos. Se
durmió Cayetano.
(Cayetano cabecea)
(B) No, no son alemanas, son norteamericanas. Dejalo
que duerma tranquilo, así no jode.
(RA) No te conté, ayer cuando le fui a avisar que
viajábamos lo encontré dormido contra el ombú ese que está a la vuelta de casa.
(B) Pobre. ¿Lo llevaste a la casa?, ¿qué dijo la
Pocha?
(RA) A la Pocha le importa un huevo, ¿sabes qué me preguntó?,
si la traíamos a ella porque quería conocer Buenos Aires. ¿Adónde la íbamos a
meter?, si los tres acá parecemos sardinas en una lata.
(B) (Beethoven transforma la cara) A veces dudo entre
meterte una patada en los dientes o dejarte pasar, no sé sí me estás cargando o
enserio vas disconforme con la camioneta, camioneta que te está haciendo
ahorrar unos cuantos pesos del colectivo.
(RA) No te calentes, (Como puede abre las manos por
que tiene los brazos apretados entre Beethoven y Cayetano) es una joda, ¿qué
querés, ¿qué vayamos todo el camino lamentando lo de Cayetano?
(B) A propósito, me contó el panadero que Cayetano lo
quiso pelear, dormido lo quiso pelear, supuestamente el bueno de Sapetti se
encontró en la vereda de la panadería con un monstruo y lo puteó y todo. Lo
tuvo que frenar de un bolsazo en la frente y un baldazo de agua. Dice que
parecía una bola de engrudo.
(Beethoven y el flaco se ríen)
(RA) Sí, Caye me contó y me pidió que lo llevara de
nuevo a ver al Dr. Pichi. No, ni loco, le dije.
(B) No, claro, ni empedo.
(RA) Por eso busqué este instituto. Dicen que es lo
mejor que hay en el país, y el médico que nos está esperando… ¡una eminencia!
Eso sí, cuando saqué el turno me dijeron que fuéramos puntuales, que el Dr. es
muy estricto con los horarios. Bueno, ahora no me sale como se llama el médico,
no importa, tenemos que llegar a tiempo. No le aflojes al acelerador.
(Cayetano) (Habla en el sueño y trata de mover las
manos) Lucía, quereme Lucía.
(B) ¿Qué está haciendo?
(Cayetano) -Quiero ser yo quién alumbre tu oscuridad.
(RA) –(Le empuja la mano a Cayetano) ¿Estás loco
Cayetano? Saca la mano
(B) -Te está encarando, como cuando vos te encaraste a
la Pocha. (Se ríe)
(RA) ¿Qué decís? Yo no me la alcance a encarar, pero
vos sí.
(B) Bajá la voz, pelotudo.
(Cayetano) ¿Qué nos está pasando Lucía?
(B) Lucía te clavó, ¿tiene un fato?
(RA) ¡Cayetano!, te despertas o te doy un sopapo.
(Cayetano) Quiero recorrer tu figura de sur a norte y
llegar al puerto de tu corazón. (Refriega la sien contra el hombro de Roberto)
-(RA) No te hagas el loco por que te emboco un
mamporro.
(B) Esperá Roberto, no le pegues. ¿Freno y lo
refrescamos?
(RA) No podemos estar parando cada vez que este dice
una estupidez cuando duerme.
(B) ¡Muy bien flaco, no lo querés despertar!, ¿te
están gustando lo mimos? (Se ríe nuevamente)
(RA) ¡No seas estúpido vos y maneja con cuidado!
(Cayetano) Lucía, sos la luz para mis días nublados.
(B)Saca la mano de ahí Cayetano. Éste, aparte de la
porquería esa que tiene, ¿habrá tomado alcohol anoche?
(RA) Cuidado el pozo Beethoven. Si se mamó no sería el
problema, el asunto es si se hizo gay y justo se las quiere agarrar conmigo.
(Cayetano)Nunca dejará de alumbrarme el sol de tu
mirada, déjame acariciar tu cuello.
(RA) Yo, te voy a agarrar del cogote si no aflojas con
esa pelotudez.
(B) Serenate Robert, no es gay… por ahí rasguñó el
paquete, (Otra carcajada) desde hoy que está nombrando a una mina, esa tal
Lucía.
(RA) ¡Ah sí! ¿Y se le da por los dos caminos?
(B) (Se ríe). Debes estar orgulloso que te eligió.
(RA) ¿De qué te reís? Boludo
(Cayetano) Lucía, Lucía.
(RA) ¿Quién carajo es Lucía?
(Cayetano) Para mí esto es un sueño, Lucía, Lucía.
(RA) ¡Claro qué es un sueño, gil! ¿Qué no te vas a
despertar? Ahí va un aviso. (Le tira agua con una botellita)
(Cayetano) (Sacude la cabeza) ¿Estamos de joda, por
qué me echaron agua?
(B)(Golpea el volante con la mano derecha) ¿Sos o te
haces? ¡Qué pedazo de ganso!, que estúpido que sos andaluz. El agua para tomar
las pastillas me tiraste y mojaste el asiento. Sos tan bobo como él.
(RA) Bueno, paramos en una estación de servicios y
listo, ¿tanto problema? Cinco mil años tiene esta catramina y el señor se
ofende porque el asiento está un poquito mojado.
(B) (Golpea el torpedo) Te juro que tengo una bronca
que los dejaría a los dos tirados en el medio de la ruta. Este otro porque está
enfermo y vos flaco te estás poniendo igual. Tiene razón la Pocha, son dos
pelotudos. Igual te estás poniendo.
(RA)¡Ah!, mirá como tiemblo. ¡Sacame la mano del
hombro Cayetano! Beethoven, ¿pensaste lo qué decís? Qué me vas a dejar en la
ruta si en Buenos Aires te perdes.
(B)¡Ah mira, el googlemaps! Que no se puede retirar
más de dos cuadras de la bajada de la autopista porque se le da vuelta el sol.
(RA) Mirá para adelante, que por hacerte el gracioso
le pasas cerquita a los camiones.
(Cayetano) Lucía, dueña de mis días.
(RA) Che sordo, ¿alguna vez vos sospechaste que este
infeliz tendría un canuto?
(B) Pará, cómo infeliz, somos sus amigos… pero con esa
cara es difícil encanutar a una minita. ¿Qué le habrá visto la Pocha?
(Cayetano) La luna se está peinando en el espejo del
río, y el toro la está mirando entre la jara escondido.
(B) ¡Ah! ¿Desde cuándo canta?
(RA) ¿No sé sí somos tan amigos? Hay cosas de él que
desconocemos Sordo.
(B) ¿Y de la minita, qué sabes de la mina esa?
(RA) Deben ser cosas del sueño nada más. De este
mameluco nunca se escuchó nada. De la Pocha sí; algunas cositas, detallecitos
que despiertan sospechas… antes le lavaba la ropa al jefe del correo, ahora al
del ferrocarril. ¿Habrá algún mandamás de otra repartición pública con ropa sucia?
(B) (Se pone el dedo índice cruzando los labios)
Callate boludo, que te va escuchar.
(Cayetano) Ese toro enamorado de la luna…
(RA) ¡Sacá la mano Cayetano!¡Pará Sordo, pará!, no lo
aguanto más.
(B) No, si paramos no llegamos más. ¿A quién acaricia
Cayetano? (Se ríe) Para él, ahora sos Lucía. ¿Quién carajo será Lucía? ¿Será el
segundo nombre de la Pocha?
(RA) ¿Vos pensas reírte todo el camino de esas
pelotudeces? ¿Quién es Lucía? Algo debe haber. Bueno, cosas de él, nosotros
solo somos sus amigos que lo estamos trayendo para que se cure… aunque las
posibilidades de que salga de esto son pocas, ¿no?
(B) ¿Quién te dijo, el Dr. Pichi?, (Más risas).
(RA) No me hagas acordar de ese hijo de puta. Como nos
cagó el muy turro.
(B) Vos te tomaste la revancha con la guita de la
primera visita. Ya falta menos Flaquito. Parece que se tranquilizó el Caye.
(RA) Callate, no abras la boca, no sea cosas que
empiece a joder otra vez con las manos. Te lo juro que me dan ganas de llevarlo
en la caja. ¿Vos decís que se llama Pocha Lucía?
(B) Qué poca calle tenés por Dios, Pocha es el
sobrenombre, animal.
(Cayetano) Lucía, soy el toro que está en el espejo del
río.
(RA) Sonamos. Te dije que no hablaras, sordo mete
pata.
(B) Buenooo,¡pará vos ahora!, qué, no puedo decir una
palabra, qué culpa tengo, ¿eh? ¿Trajiste el papelito con el turno? No vamos a
seguir discutiendo boludeces.
(RA) Sesee. ¿Quién está al mando del operativo rescate
de Cayetano?, el gran Andalucía, porque amigos somos los dos, ¿pero quién se
calentó por conseguir el turno?
(B) Si sos mejor amigo te lo hubieras traído en
colectivo, en lugar de decirme si podíamos venir en la camioneta. ¿Adónde tenés
el papel?
(RA) ¿Qué papel?
(B) El del turno, no me hagas calentar.
(Cayetano) Vuela esta canción para ti, Lucía. La más
bella historia de amor que tuve y tendré
(B) Agregó letra a la canción, un fenómeno el
Cayetano, el cantor dormido, el sonámbulo de la canción. Che andaluz, ¿y si no
lo hacemos curar una mierda y salimos a currar por los escenarios del barrio?
Lindo nombre artístico se me ocurrió, “el sonámbulo de la canción, el soñador
de la cumbia”. Andaría eh.
(RA) Así, ¿y el pie plano?
(B9 ¿Y qué tiene que ver el pie plano?
(RA) Con el pie plano se nos caga a golpes, sabes como
se bambolea.
(B) Hablemos enserio, dejémonos de pavadas, ¿el
papelito con el turno?
(Cayetano) Ese toro enamo… No peguen che…
(B)¡Cheee! Déjense de joder, me van a cansar, son
grandes ya. Vos Flaco, tranquilízate. A qué hora tenemos el turno, ya nos falta
poco. ¿Quieren que paremos y estiramos las piernas?
(RA)Dale pará y busco el papelito, lo debo tener por
acá, o capaz que lo puse con los documentos, yo todo lo importante lo guardo
junto. ¡No te duermas Cayetano!
(B) ¿Adónde lo guardaste? ¿Tenés que ir al baño para
encontrarlo? ¿Vamos a una estación de servicio?
(RA) Dejá de decir pavadas, me pones nervioso.
(Cayetano) Muchachos, gracias, miles de gracias y
disculpen por las molestias que les ocasiono, no sé si lo merezco.
(B) ¿Qué decís Caye?, ¿cómo no te vamos a acompañar?
¿Encontraste el pelpa del turno, Roberto?
(RA) No, pero muy lejos no debe andar… (Se toca la
cintura) yo lo tenía en la riñonera, ese es un lugar seguro. Capaz que cuando
dejé la plata grande… ahí se me mezcló. (Busca en el bolsillo de atrás)
(Cayetano)(Junta los dedos hacia arriba y mueve la
mano rapidito)Dejate de joder, como si tuvieras tanta plata grande, ¡qué
chamuyero!
(RA) ¿Chamuyero me decís?, desagradecido, (Se rasca la
nariz) así te pagan, con una patada en el culo te pagan.
(B) Flaco, ¿encontraste el papelito?, dale,
asíseguimos. Pocos minutos de viaje nos restan.
(RA) Ya va Sordo, ya va, en algún bolsillo debe estar.
(Busca en todos los bolsillos)
(Cayetano)¿Lo habrás dejado en tu casa? (Se rasca la cabeza)
(B) (Revolea el brazo fingiendo pagarle a Roberto)Lo
mato con la llave de apretar las ruedas.
(RA) Todo negativos son los dos, (Camina alrededor de
Cayetano y se agarra la pera como pensativo) qué poca confianza tienen en el
hacedor del viaje, ¿o no? Les recuerdo que estamos acá porque el flaco, el
andaluz, Robert o como cuernos me quieran llamar, (Vuelve a rascarse la nariz)
gestionó todo, porque a ustedes ni un pelo que se le mueve. (Patea un
cascotito)
(Cayetano) ¿Y el papelito?
-(RA) El maldito papel debe estar en la mochila, ya lo
encontraré. (Abre la mochila y revuelve)
(B) Mientras tanto pasa la hora y nos atrasamos. (Se
acomoda la gorra) Después yo no voy a andar fierro a fondo. ¡No te duermas
Cayetano!
(Cayetano) No importa que no esté el papelito, si
igual debo figurar como que el Dr. me espera, así que llegamos voy a mesa de
entrada, presento mi documento y listo.
(RA) ¿Escuchaste eso Beethoven? (Levanta los brazos
apuntando al cielo) ¿Prestaste atención? (Se para frente a Cayetano y con el
índice le golpea el pecho) Increíble e inesperada reflexión de Sapetti.
(Gritando) Esto no pasa todos los días. Una sobre dosis de coherencia.¡Hay luz
al final del túnel!
(B) Bueno che, subamos, (Se pasa las manos por los
glúteos como limpiándose) se nos va a hacer tarde y según dijiste el tordo ese
no jode con la puntualidad.
(RA) ¡Momentito compañeros!, momentito, (Levanta el
brazo izquierdo con la mano abierta en señal de pare y agita el papelito, que
estaba en la mochila, con la diestra) acá está el famoso papelito que ustedes
dieron por perdido sin tener la más mínima paciencia, ¡acá lo tienen! (Trata de
pasárselo a ambos por las narices)
(Cayetano) Dámelo a mí… (Cayetano se queda con el
papel, inmóvil y boquiabierto)¡Beethoven, mirá!, no entiendo, no entiendo. Está
loco, hijo de puta. Andaluz hijo de puta.
(RA) ¿Qué te pasa?, te despertaste. Volvimos a la
normalidad, que no entiendas algo vos es cosa de todos los días.
(B) Dame ese papel Cayetano… (Beethoven repite el
gesto de Cayetano) ¡No puede ser! Andaluz, ¿Te mato ahora o te mato cuando
lleguemos a casa? No podés ser tan analfabeto.
(RA) ¿Qué decís? Analfabeto, ¿por qué analfabeto? Te
sale espuma por la comisura, secate. (Hace la seña como que él se seca la pera)
(B) Qué secate ni secate. (Se saca la gorra y amaga
con pegarle un gorrazo en la cabeza a Roberto) No doy más de la rabia que
tengo. ¿Sabes para cuando es el turno?, no lo miraste, nooo, que los vas a
mirar. Para dentro de dos meses es el turno, ¡Infeliz! 60 días faltan para ese
jueves, jueves 17,30, jueves 17,30, hay que ser puntuales. ¡Qué ganas de cagarte
a trompadas!, por Dios. Vos me sacas, me sacas, y siempre digo lo mismo, ¡que
pelotudo que soy! ¿Por qué te doy pelota? Te partiría acá mismo la cabeza con
la llave cruz. No podés ser así. ¿Adónde hay una estación de servicio? Me tengo
que refrescar. Tengo ganas de ahorcarte andaluz.
(RA) No te calentes sordo, que todavía nos falta y
volver. Perdón, perdón, Cayetano, no reparé en la fecha, a veces algunos
detalles se me escapan-.
(B) ¡Ah!, perdón Cayetano y mí que me parta un rayo,
¡qué te re parió!
(Cayetano) Tranquilizate Beethoven. Dame la llave
cruz, yo la llevo, quedate tranquilo.
(B)¡Yo, yo tengo la culpa!, ¿porqué lo sigo al
arrebatado y pelotudo éste? Siempre sos el mismo, ¿te acordas el día que le
abrimos la puerta del auto a un desconocido?, sólo por que se te ocurrió ver lo
que no estaba.
(RA) Ese día me pareció que la foto era del gato y del
perro de Caye.
(B) Agarralo que se cae, serví para algo andaluz.
Cayetano está otra vez con los ojos cerrados.
(RA) Volvamos, yo me siento contra la puerta, no viajo
más al lado tuyo.
(B) Vos te sentas como estabas, (Lo sostiene del
cuello de la camisa) y si no te volves a pie. Cayetano se duerme, se me tira encima
y no me deja manejar.
(RA)(Intenta abrazar a Beethoven y éste se niega) Hagamos
como que no ha pasado nada, que fue un paseo, una nueva experiencia de tres
amigos inseparables, una experiencia que se contará en los asados durante los
siguientes 30 años
(B) Y todos se me cagaran de risa. Amigos inseparables
las pelotas, no doy más del dolor de cintura. Ustedes se agarraron todo el
asiento y yo vengo haciendo equilibrio. ¡Cómo me duele la cintura! y vos me
tiraste el agua para tomar la pastilla.
(RA) Bueno, convengamos que muy cómoda no es la
Studebaker.
(B) ¡Ah, pero que flor de turro! Paro y te dejo tirado
por desagradecido. ¡Mal parido!
(Cayetano)(Estira el cuello y los mira a ambos) ¿Ya
llegamos? No vamos nada a Buenos Aires, ¿no? Hace rato que no los escucho
pelear, ¿les pasa algo?
(B) Contestale, hacete cargo vos, andaluz. Son unos
piolas barbaros ustedes, bah, ustedes no, a Caye no lo cuento. Vos te haces el
caliente, vas alunado y no abrís la boca, qué queres, que me agarre el
aburrimiento a mí y empiece a los cabezazos.
(RA) No tenemos nada de qué hablar, (Hablándole a
Beethoven, pero mirando a Cayetano)o sí, hablemos de qué fui amenazado por un
exaltado conductor qué no sé supo conducir. (Señala repetidas veces el aire agitando
el índice)
(B) ¡Ah!, filosófico te pusiste, más bien te hubieras
puesto los lentes para mirar el papelito, pelotudo.
(RA) Cambiemos de tema, total no me vas a matar con la
llave de las ruedas.
(B) Pero tengo ganas. (Lo mira con rabia y se acomoda
la gorra) Otra vez se durmió Cayetano, fijate si trabó la puerta.
(RA) Ya sé, ya está, listo, pensemos: ¿Cuánto hace que
lo conocemos a Cayetano, vos te acordas sordo?
(B)Desde que éramos chicos ¿y a qué viene la pregunta?
(RA)¿De dónde sacó a esa Lucía?
(B) Te dije que hables despacio, te va a escuchar.
(RA) Contestame la pregunta.
(B) No sé Robert, ¿vos crees que puede tener un
escondite? Cuando la mina le dice que lo quiere ya está dormido.
(Cayetano) No empujen che, no somos vacas.
(Roberto mira a Beethoven y se estira el parpado inferior
con el dedo hacia abajo)
(RA)Capaz que sea algo de antes, viste que hay
enfermedades que el chabón se acuerda de hace mucho tiempo y de ahora nada.
(B)Olvidate flaco, éste nunca tuvo otra que la Pocha,
y la cazó cuando andaba regalada.
(Cayetano) Lucía, Lucía.
(RA) Pará Beethoven, pará, lo llevamos atrás.
(B) Nooo. Las posibilidades de que lo perdamos en el
camino son muchas, y después no lo encontramos más.
(RA) ¿Y para que lo queres? Dejalo que se las arregle.
(B) Así, y nunca nos enteraremos quién es o era Lucía.
(RA) Qué sabia reflexión. ¿Y la Pocha? ¿Qué le decimos
a la Pocha?
(B)¿Y vos decís que la jermu lo va a extrañar?
(RA) Ella no sé, pero nosotros sí, es nuestro amigo.
(B) Las caricias, lo que vas a extrañar vos son las caricias.
(RA) (Levanta la voz) No sigas con eso sordo que no me
gusta. ¿Quién será Lucía?
(B) Viene tranqui ahora, pero a Lucía no le deja eh.
(RA) Yo le tuve que sacar la mano de mi pierna un par
de veces.
(B) ¡Apaaa!
(RA) Beethoven, estoy cansado.
(B) Y yo no doy más del dolor de cintura y no tengo
agua para tomar la pastilla. El que viaja descansado es Cayetano
(RA) Lucía, ¿quién carajo será Lucía?
(B) Andaluz, ¿te pusiste a pensar que no servís para
investigador?
(RA) A vos sordo te está faltando la pastilla que no
tomaste cuando teníamos agua, ¿qué te pasa con la investigación?… ¿investigar
qué?
(B) El fato de Cayetano, ¿Quién es Lucía?
(Cayetano) Qué pasó, ¿de dónde sacaste ese nombre?
¿Dormí mucho?
(RA) Dijiste más estupideces de lo común.
(B) ¿No era que te gustaban las cosas que te decía?
(Vuelve a reírse)
(RA) Estás más tarado de lo normal, bah, no sé si sos
tan normal sordo vos.
(Cayetano) No se peleen chicos, ¿dormí mucho? Me duele
el cuello como si me hubieran apretado como para ahorcarme.
(B) Sí, el flaco te agarró del cogote porque le
pasabas la manito y te lo estabas chamuyando. (Otra carcajada)
(RA) A mí me llama la atención una cosa, Sordo, vos no
te das cuenta, pero te reís de cada boludez.
(B) Mirá que fino le hecho al camión. (Y otra
risotada)
(RA)¡Maneja con cuidado estúpido! No le des pelota
Cayetano, después lo hablamos más tranquilos.
(B) Claro, cuando estén solitos. (Se sacó la gorra y
se la puso a Roberto)
(RA) (Se sacó la gorra y la dejó colgada de la palanca
de cambios) Che Beethoven, ¡que bobo sos cuando te pones en pelotudo!
(Cayetano) Chicos, Chicos, no peleen, somos buenos
amigos, nunca tenemos que pelearnos
(RA) Sí, somos buenos amigos, buenos amigos, pero vos
tenés un secreto y si fuéramos tan buenos amigos, no debería haberlo, entre
amigos no hay secretos, caballero.
(B) En esta coincido con mi amigo Roberto. ¿Quién es
Lucía?
(Cayetano) ¿Qué dije de Lucía?
(B) Cualquier pavada, creo que hasta le regalaste un
toro, (Repite la risa)
(RA) Dale, larga, ¿de dónde salió Lucía?
(Cayetano) Bueno, somos amigos y ya estamos entrando
en el pueblo. Se me hizo más corto el viaje de vuelta, ¿a ustedes también?
(B) y (RA) ¿Quién carajo es Lucía?
(Cayetano) Les decía, somos amigos, ¿ustedes han
tenido algún amor secreto o un intento amoroso en las sombras? Quizás que sí y
no me lo contaron, por ahí se han olvidado. ¡Qué chusmas hijos de putas que son!
(B) No te bajas hasta que no largues. Lucía, ¿fue una
noviecita de la adolescencia?
(Cayetano) Déjenme en la estación, a esta hora el jefe
está jugando al mus en el boliche. Lucía es la única que me quita el sueño.
(RA) ¿La
morocha de ojos azules? La que se pone esos pantalones y todo el mundo quiere
saber cómo hace, ¿esa es Lucía? Todo el pueblo la miró con ganas, es hermosa.
Es mucho para vos Cayetano.
(B) Demasiado. Tene cuidado Cayetano, por tu salud te
lo digo, y la recaída es peor. (Se ríe burlándose)
(Cayetano) Ella dice que soy su punto justo. Chau
amigos, ojo, (Se estira el parpado con el dedo) es un secreto eh. Recuérdenlo.Cierren
el pico y no se hagan ver con la Pocha, por lo menos por un buen rato, una
horita más o menos.
(B) Bajate Cayetano y que sueñes con los angelitos.
(RA) O con los duendes. (Se ríen Beethoven y Roberto
mientras se van los dos en la camioneta)
(Cayetano) (Los saluda con una mano a la distancia)
Gracias amigos por el viaje. (Ahora mira al público) Son buenos muchachos, pero
hablan muy fuerte, escuche casi todo. Siempre son así y yo a veces me hago el
dormido. Quisieron seducir a la Pocha, traidores. (Con voz enérgica) La Pocha
es de Cayetano. (Mira al piso y nuevamente al público) Qué cosa esta de la
amistad, ¿no? Nos deja pensando. El valor de la palabra amistad es inmenso, pero
en dicha inmensidad suelen ocultarse, a veces, realidades non sanctas, y a las
pruebas me remito. Ellos dicen ser amigos, (Se agarra las manos por detrás de
la cintura y mete el cuello entre los hombros) pero el objetivo está en las
caderas de la Pocha.Chantas (Mueve la cabeza negando). Cuando fuimos a ver al
Dr. Pichi decían;-damos la vida por Cayetano-, se golpearon el pecho honrando
la amistad y el andaluz se quedó con cuatro pesos sucios, los de la visita, y
después se rasgaron las vestiduras diciendo;-el Pichi ese es un caradura-. No
es lo que dice ser, dijo Beethoven, ¿y por casa cómo andamos? Siempre dije que
a los amigos no los iba a analizar, que los amigos son así, como los conocí,
defectos tenemos todos, pero los amigos se valorizan por la confianza, un amigo
es ese abrazo fraterno, ese que nos presta el oído, un confidente, y a estos
qué les voy a confiar, si no son de fiar. Se me escapó dormido lo de Lucía, ¡qué
lo parió! (Se rasca la cabeza) de ésta me tienen agarrado. La Pocha nunca me
dijo que estos hijos de putas la habían encarado, o sea que la Pocha tampoco me
cuenta todo. Qué mundo de hipocresías, por Dios. Yo de la Pocha estoy enamorado
y de Lucía también. Cada una en su momento izó la bandera del amor en este
corazón despierto,siempre está bien despierto, que culpa tengo si nací así. (Hace
un recorrido por su cuerpo con la mano derecha de la cabeza a los pies) Ventajas
que da el querer cuando el cristiano es buen mozo. Yo una partecita del Martín
Fierro leí eh. Me voy para adentro de la estación, Lucía está levantando la
señal, y cuando pasa el tren hay que subirse.
Fin
(Se apagan las luces del escenario, se encienden
nuevamente y aparecen los actores para el saludo al público)
Omar Arruiz
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