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martes, 22 de noviembre de 2022

Los tres chakras laríngeos y la vibración para la quinta dimensión al alcance de la voluntad. El astronauta y la luz. Capítulo 32

 

 

“Estamos a 3300 metros abajo del mar, en un estuario, en la Bahía San Sebastián, o Bahía San Borombón o Cabo cañaveral, así eran las tres zonas de exclusión que se erguían acá. La subida de esos 3300 metros abajo del mar se daba solo y nada más que por la vibración, había que elevarse, o levarse, o elevar la vibración hasta poder saltar por arriba la trampa del mar. Esto es había que subir como las burbujas de la respiración, porque la respiración sin burbujas no hace al mar. Esos tres lugares donde estábamos eran zonas de exclusión o de reclusión de un viejo antiguo reino del mar del que vienen los Atlantes con la Atlántida. Lo importante para saber es que la reclusión no era física sino mental, y que la salida no era física sino mental. Y que el apriete de la presión del mar se daba en las emociones no en la presión del aire, las emociones aplacaba las vibraciones y las enterraban, y alteraban todo el mecanismo de sanación. Para elevarse, para levar, para subir había que encontrar su propio ritmo y manejarlo, subir de acuerdo al ritmo y la particularidad, esto una mezcla brillante del chakra plexo solar y el cardiaco reflejado en el laríngeo. Esto es que el chakra plexo solar que definía el ritmo tenía que aliarse con el cardiaco que era el camino de amor en el mundo, y ese ritmo personal llevado con amor o puesto al servicio del amor, que al caso era muy mucho los mismo, tenía que ser puesto al servicio del chakra de la garganta el tercer chackra laríngeo de arriba para abajo, que era el chakra Anacta, que conectaba con la divinidad y era un chakra ahora desaparecido en la consideración, el chakra que estaba justo donde termina la craquea y empezábamos. Ese chakra que conectaba con la divi9nidadf pertenecía a un sistema de 3 chakras de garganta, donde el primero conectaba con la glándula pineal y la luz, el segundo con la particularidad del ser en la tierra o donde vaya a estar, y el tercero la conexión con los seres de vibración más alta en función de la particularidad y el ritmo de cada ser. Siendo ese medio en que se encontraban dos sistemas, el ritmo con el amor, la particularidad y la conexión con la divinidad. Y estar ahí, y vibrar en ese chakra esa resolución y esa acción, era el acto de la divinidad o pasar a la quinta diminución…”

 

El orador de la plaza termino de gritar esto, AS tomo algunas anotaciones y se fue a su casa, pensando en pasarle a los maestros toda esa nueva información sobre vibraciones, divinidades y chakras a ver cuánta verdad podía haber ahí, en ese sistema y esa canalización.

Recién llegado a su casa puso la música y Catupecu Machu empezó a sonar un tema que hablaba de un infierno, y de resetear, la necesidad de resetear, o sea, de nuevo la música le hablaba de lo que acaba de escuchar. Y arrancaba con el próximo tema que decía “Te vuelves… te vuelves…”

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