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lunes, 26 de septiembre de 2022

80. Capítulo 24. Jesús

 

 

Jesús 1

 

Llego de la iglesia de preguntar que tengo que hacer, me estoy bañando. El baño, por mi relación con el agua, siempre es un momento donde recibo las mejores palabras, bajan las mejores ideas y se me aclaran las cosas. Conecto con la voz de Jesús, que ya había conectado en la puerta de la iglesias, y con una voz directiva, directa, concreta me responde. Le pregunto por el hijo que tengo que tener, me dice que son dos hijos, uno con mi alma gemela, otra con una vieja compañera de yoga de la que yo había estado enamorado muchas veces. Numéricamente esta bastante cerca a mi. Su nombre empieza igual que el mío. Dos hijos, me dice Jesús, uno con cada una, después me van a decir finalmente que son dos hijas. El nombre de cada uno de  nosotros empieza con a. En ese momento no me estoy hablando con ninguna de las dos. En medio del agua y del baño vuelvo a ver lucecitas en el aire, de una color blanco. Cada vez que me baño y me concentro en medio del baño veo luces

 

 

 

Jesús 2

 

Corre el tercer año de la pandemia, acabo de venir de la iglesia de escuchar a Jesús y la virgen sobre mi mandato, tengo que escribir todo, es una misión. Tengo que tener un hijo, me dice, segunda misión. Estoy en mi casa, me estoy duchando, y en medio de la ducha, me conecto con Jesús. Le pregunto si tengo que tener un hijo, dos me dice, uno con cada una. Uno con mi alma gemela, y otro con mi antigua compañera de yoga, ahora profesora. Le digo que bueno, me sigo duchando. Durante esos días varias veces mas iba a conectar con Jesús, todo el tiempo mis ojos iban a buscar la estampita que tengo de Jesús indicándome que está presente. A los días entiendo todo. Asocio, leo lo que me estaban mostrando. Una de mis vecinas se llama Eva. No sabia el nombre, pero uno de mis vecinos que se llama Pablo, un día me preguntó por el nombre y me puse atento a que tenia que saberlo. Un día de casualidad cruzo a Eva, con la que tenia un trato de saludo, con un hombre que le dice su nombre, Eva, como la primera mujer. Me acabo de mudar de nuevo a mi casa vieja, la vieja casa de mi abuela, mi tío Carlos tiene de segundo nombre Adán,. Como el primer hombre. Eva saca a pasear a dos perros, que son amigos de mi perro, un macho y una hembra, en el lenguaje humano, son sus hijos. La Eva bíblica tuvo dos hijos con Adán, Caín y Abel, ya conocemos el resto de la historia, pero los dos hijos fueron varones. Esta Eva tiene dos hijos, un macho y una hembra. Yo tengo que tener dos hijos, con dos mujeres distintas, dos mujeres. Se está reescribiendo la historia, no se si en cada uno de nosotros, conozco solo mi historia, pero al menos en mi si. Caín mató a Abel con una roca. Yo acabo de terminar una obra de teatro sobre una roca que se usó para matar a alguien y después para el bien. Ayer mi alma gemela publicó algo sobre Roca, la localidad, General Roca. Se busca reescribir la historia desde el presente, por una cuestión, el tiempo es relativo, cualquier cosa que se sane en cualquier momento, se sana para adelante y para atrás, o para atrás y para adelante. O definitivamente para si misma, ya que no hay tiempo. O se reescribe toda la historia o distintas partes de la historia en cada uno de nosotros. Es cuestión de leer, leerse, ver, verse


 

Jesús 3


Decido irme abruptamente de mi casa por una serie de trabajos que me plantan en la puerta, que como el tema sueño con serpientes, va creciendo con los días y amaga a no parar jamás. Lo primero que hago es ir hasta la casa nueva, a ver si tengo bien las llaves. Lo segundo volver a buscar a mis compañeros animales y llevarlos hasta la casa. Después mudo un par de cosas más, caminando, llevando las cosas en las manos. En uno de esos viajes llevo el colchón, que es de una plaza y media y es pesado. Lo llevo cargado en la espalda, arrastrándolo y agarrándolo con las manos de los costados. Parezco dos cosas, crucificado una, y que arrastro una cruz, dos. Como en el camino de Jesús, avanzo, y freno, avanzo y freno, me pesa. Cuando freno me quedo esperando a recuperarme con el colchón sobre la espalda, como Jesús con la cruz. A pocas cuadras de llegar me conecto con la energía de mi alma gemela y le digo mentalmente, si querés metete en mi cuerpo, multiplícalo y ayúdame. Si tenemos esta conexión deberías poder recibir este mensaje. Pasan dos cosas, el próximo trayecto aguanto un poco más. Y a mitad de esa cuadra pasa un amigo que la conoce, y que es compañero mío de taichí, y me dice que me ayuda, interpreto que me lo manda ella. Cargamos el colchón en el techo del auto y hacemos el último trecho. Cuando el colchón ya está adentro de la casa me acuerdo que a Jesús lo ayudó alguien a llevar la cruz, también un trecho corto  pero lo suficiente como para cortar la soledad. Al otro día a mi perro Firulait se le lastima la cara, yo me veo una cicatriz en la cara, del mismo lado en que lo había cortado a Jesús, Firulait se lastima del mismo lado. Una campera que tengo tiene una apertura, a la altura del pecho, la misma altura que le hicieron la herida a Jesús con una lanza. Tres días antes yo había dormido una noche en el hotel de mi familia, el Victoria. Enfrente de la florería Lanza. Paseando a Firulait el mismo día, entre unos arbustos con forma de palo, se le clava uno en el pecho, de frente, como si fuera una lanza. A la altura del pecho, como Jesús

Al otro día una amiga hermana que se llama Laura Escande, me pregunta si la aureola del arcángel Gabriel que había visto era redonda, blanca, luminosa, subiendo hacia el cielo. Le digo que si, que verla fue como ver una cosa de otra dimensión o un cielo de otra dimensión. Y que apenas la vi canalice que era del arcángel Gabriel. Me dice que ella también la había estado viendo, junto con otras cosas. Le digo que se me había metido en la mente, en la cabeza en ese momento y que no podía para de cantar, un fragmento de un tema musical que dice “Si la historia la escribe los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia quien quiere oír que oiga” Y ella me dice algo que es una revelación nueva para mi y me abre a el entendimiento de algo. Claro, hay otra historia y la estamos escribiendo ahora en vivo, viviendo, escribiendo, dibujando, actuando. Ahí me baja una idea, mezclo, lo que me dice ella con los paralelos entre mis últimos acontecimientos y la crusificcion de Jesús. Una característica de este nuevo mundo es que estamos reescribiendo de nuevo en vivo viajas historias, pero reivindicándolas de otra manera, o redescubriéndolas, o representadolas distinta. En mi caso parte de el tormento de Jesús, lo llevamos adelante mi perro Firuliat y yo, combinados. El sanmaritano que lo ayuda pasa en auto, es realmente un sanmaritano y alguien que ayuda. Mi cruz es un colchón, y lo es realmente. Y la herida en el pómulo es una herida que me hice hace dos años y que en ese momento me dijeron algo muy revelador. Sigamos esa herida a ver adonde lleva. La seguimos, nos llevó hasta acá. Interpreto una de dos lo tres cosas. El arte esta vivo y esta interviniendo sobre nuestras vidas escribiendo pequeños pedazos de la vieja historia en nuestro cotidiano, con los elementos relevantes de  nuestro cotidiano. La historia que nos contaron, ahora nos la cuentan diferente, como es una nueva dimensión, nos la cuentan a la manera de la nueva dimensión, ya no 3d sino 5d. O sea, de esta manera, interviene en nuestro cuerpo y espíritu (eso me hace dudar de la idea de que en el 5d hay que olvidar el cuerpo. Todo lo contrario, hay mucho mas cuerpo, ahora el cuerpo se mete en las historias clásicas y ellas usan al cuerpo para contarse se nuevo) Y la ultima., se reconfiguran las historias en nuestro cuerpo y nuestro cotidiano para sanarse y sanarnos. No se cual es, pero escribo esto. Y me imagino que hay muchas reconfiguraciones intervenciones disponibles para el que sabe ver mirando. Lo dejo abierto, Conozco una persona más en la que en acontecimientos que tuvieron se contó parte de la historia de la historia de Jesús 




 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

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