Funciones de terceros

viernes, 23 de diciembre de 2022

5 millones de argentinos en helicóptero


Ver a los jugadores irse en helicóptero un día antes de lo que fue decenas de años atrás irse en helicóptero al presidente De la Rua fue todo un ícono bien argentino. De la Rua se fue un 21 de diciembre, los jugadores un 20 de diciembre, ambos por la misma razón, el pueblo argentino, ambos con el mismo objetivo, escapar de él, ambos por distintos medios, De la Rua escapaba del enojo, los jugadores de la alegría. Las comparaciones no quedan ahí, las acompaña el poder adquisitivo muy bajo de los argentinos, lo fue en ese diciembre gris de De la Rua, lo es en este diciembre celeste y blanco de los jugadores de la selección. Si se quiere esforzar el análisis se puede seguir, pero hasta ahí llegan las coincidencias gruesas. Algún psicoanalista dirá que los argentinos necesitaban festejar, hacer catarsis. Pero la pregunta sigue siendo la misma ¿Por qué 6 millones de personas en las calles? ¿Por qué esa marea de gente que quiso saludar a la selección? Los que estuvimos en argentina durante el mundial vivimos esa ola de energía en carne propio. Yo estuve en mi casa de Junín, en la provincia de Buenos Aires, por cábala no miré los últimos seis partidos, los escuché ¿Pero de qué modo? Lo escuché en los gritos de las personas en sus casas, en lo que me llegaba. Es difícil escuchar un partido por el sonido ambiente. Un bocinazo lejano puede ser un gol de alguien, una falta o un penal. Algunos gritos desperdigados como perdigones, alejados, una buena jugada a favor o una mala jugada en contra. Muchos gritos juntos, un gol de Argentina. Generalmente se  sucede varios gritos juntos, algún bocinazo y algún grito más claro de alguien que sale a gritar a la calle. Lo más incómodo en esta manera de escuchar el partido es el silencio, porque eso significa que no hay nada porque gritar, o sea, que los goles, las jugadas las hace el equipo rival. Con ese método escuché los gritos de festejo en el partido, varios gritos viniendo de mi oeste, muchos de mujeres. El primer gol. Enseguida varios gritos, bocinazos, y ladridos, viniendo también del oeste, gol. Los ladridos son algo a parte, los ladridos me habían avisado del segundo gol contra Holanda en la semifinal. No escuché los gritos solo los ladridos que activaron los gritos. Si los gritos en la final me avisaron el triunfo argentino, los vacíos de gritos los goles de Francia. Dos veces puse para mirar el diario deportivo, las dos veces había empatado Francia. Salí a la calle en el descanso previo al alargue y ahí vi el paisaje que me había anticipado la multitud de días después. Nadia en la calle, un silencio oscuro que se cortaba con una puteada. Yo era poco más que un marciano, paseando a mi perro en el descanso previo al alargue. En eso escuché un grito lejano de alguien que había salido a su patio a insultar al aire y los días. Un hombre de una de las casas vecinas abrió la ventana y se derrumbó en ella, y un chiquito una cuadra más allá, con cara desencajada abrió la puerta de calle y salió a la calle. Le pregunté como había salido el partido, pensando por lo que veía, que ya había perdido, me dijo que habían ido al alargue.

Cuál era la diferencia con otros mundiales, esas tres personas son habían visto el partido, lo había ligado, esa era la carga que llevaban. El del insulto en el patio seguro podía haber sido el arquero, el que se derrumbó en la ventana el técnico, y el chiquito desencajado alguno de los delanteros. Eso solo, esas tres postales de angustias en mi barrio en personas que me crucé, imagínense cada casa de cada argentino, de los 47 millones de personas que somos.

Volví a mi casa, y de nuevo, con el sonido ambiente escuché la victoria de los penales, gritos ahora en todas las direcciones me trajeron el primer penal atajado, gritos en todas direcciones el segundo penal de Francia desviado, Y de nuevo bocinazos lejanos el mundial ganado. Después los gritos subieron hasta que se volvieron 6 millones de voces en las calles agradeciendo a los argentinos que había traído la copa a casa. Que la mayor marcha de la historia de este país haya sido un gesto de agradecimiento masivo es una de las mejores gestas del mundial para Argentina

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario