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jueves, 22 de diciembre de 2022

Melina, la abeja exploradora. Capítulo 3. Recordador

 

En ese momento, llegando de atrás un poco más rápido que ellos, y saliendo de una plantación de lavanda, flor que les encantaba a las abejas, se le sumó Recordador, otra abeja experimentada que trabajaba con Von Frich. Apareció del costado izquierdo, volando, alcanzó a Von Frich, el jefe explorador y Mirador y se sumó a la charla

Recordador era importante para la misión. Las abejas se guiaban por el recuerdo de los lugares adonde habían pasado, en referencia con su panal y el sol y así regresaban, y Recordador era el que mejor manejaba esa técnica. Lo necesitaban si iban a ir a buscar a Melina. Y también los preocupaba que una de las cosas que les afectaba era que perdían la capacidad de navegación, el poder de vuelo y la ubicación, y eso le estaba empezando a pasar a todo el panal

-¿Cómo andan Recordador? usted es Recordador, le dijo Von Fishc, con cierto candor

-¿No soy yo Recordador?

-Es usted ¿Qué no lo ve?

-Claro que lo sé, estaba perdido, pero ya me encontré

-¿Recordador  usted ya no recuerda?-le preguntó Von Frich

-Recordar si Recuerda, pero a veces pienso que es una abeja que no está tan cuerda

Dijo explorador

-A veces recuerdo, y me pongo cuerdo, y a veces me olvido y me pongo lerdo

Dijo recordador

-Nada para darle ni preocupación ni candor- agrego

-Candor, no sea flojo recordador

Para un maestro de exploración

Lo peor es la olvidación-

Dijo jefe explorador

-Que poco asistidor, señor jefe explorador

-dijo Von Fisch, y no existe olvidación

Acaso necesitan que les vuelva a hacer la canción-

Dijo el almirante Von

-La ubicación en una abeja es todo

Protestó el jefe explorador

-Bueno, a trabajar- Dijo Recordador mientras volaban y empezó a recordar los lugares por donde habían pasado- Yo ya he pasado por acá. Recuerdo.

Acá había una pelota de futbol,

Un jugador que era medio lerdo

 y a la derecha un arquero tirándose a atajar

y un bicho bolita que estaba por pasar-

Comentó mientras pasaban por el campito de pelota

.y allá estaba un 3 que estaba trota que te trota

-¿Esos son los recuerdos de Recordador? –

dijo incrédulo en jefe explorador,

ahora volando al lado de Recordador y mirándolo

de modo desaprobador

Pero Recordador siguió recordando

mientras todos iban volando

 por encima de la línea de cal de

uno de los costados,

pegado al carrito de helado

Recordador siguió con su aviación de mentalización

-Estamos, pasamos por el campito que jugo de la Bochini,

A veces Merlini

el que compartía equipo con delantera Burruchaga

y lo dejaba que haga

Percudani, Barberon

Y no era ningún papelón

 De arquero Goyen, de dos Villareal, delante de le Trossero,

Ese día pasaba un pordiosero

a los costados Clausen el incansable y Enrique,

y estaba mirando en la tribuna un tal Manrique

de cinco tapón, Marangoni, y de ocho, el interminable, Giusti el gringo

Y si hoy están todos, cantemos Bingo

- Dijo Recordador, y todas las abejas se frenaron en el aire volando  como cuando libaban de las flores y se dieron vuelta para mirarlo. No podían creer para donde habían salido. Recordador decía todo esto señalando con la cabeza un campito de futbol vacío, y recorriendo un poco más adelante que el grupo, la línea recién repasada, con el blanco más intenso

-Ha visto que recuerda cosas- Dijo von firch. Y después dijo- Siga así Recordador,

Usted es un gran aviador

 

Las abejas siguieron volando escuchando a Recordador, que recordaba cosas del camino por el que iban pasando, pero mucho más que eso. Fue cuando Recordador dijo

-Tenemos cien metros atrás el campito donde jugó Bochini

No nos olvidemos, con Merlini

y- y notó que algo había mal él

- De cinco Goyen- a notar el cuerpo como de papel,

  a notar que los recuerdos lo abandonaban-

Y la conciencia lo dejaba

-y en el otro lado, ese muchacho que no me acuerdo, ese muchacho que corría mucho-

De repente se sintió como mucho chucho

Empezó a sentir y decir

Que las alas se le detenían-

Y que el ser perdía

Hasta que las alas que se agitaban a toda velocidad, se pararon completas de golpe, se vio la transparencia de las pequeñas alas que ahora quietas parecían más pequeñas, se le doblaron las patas, como estaba hacían adelante y hacia abajo, comenzó a caer-

 Visto desde abajo, desde donde estaba mirando la lagartija, que primero vio pequeñas sombras que volaban en el piso, y después una de esas sombras hacer algo atípico, se vio una abeja que caía quieta, sin mover las alas y las piernas, casi doblada en sí misma en el aire, rebotaba en  una piedra, pasaba por arriba un pequeño charco, y quedaba tirada en el pasto alto, tapada por él

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