Las abejas siguieron volando escuchando a Recordador, que recordaba cosas del camino por el que iban pasando, pero mucho más que eso. Fue cuando Recordador dijo
-Tenemos cien metros atrás el campito donde jugó
Bochini
No nos olvidemos, con Merlini-
y notó que algo había mal en él
- De cinco Goyen- a notar el cuerpo como de papel,
a notar que los
recuerdos lo abandonaban-
Y la conciencia lo dejaba
-Y en el otro lado, ese muchacho que no me acuerdo,
ese muchacho que corría mucho-
De repente se sintió con mucho chucho.
Empezó a sentir y decir
Que las alas se le detenían,
Y que el ser perdía
Hasta que las alas que se agitaban a
toda velocidad, se pararon completas de golpe, se vio la transparencia de las
pequeñas alas que ahora quietas parecían más pequeñas, se le doblaron las
patas, como estaba hacían adelante y hacia abajo, comenzó a caer-
Visto desde abajo, desde donde estaba mirando la lagartija, que primero vio pequeñas sombras que volaban en el piso, y después una de esas sombras hacer algo atípico, se vio una abeja que caía quieta, sin mover las alas y las piernas, casi doblada en sí misma en el aire, rebotaba en una piedra, pasaba por arriba un pequeño charco, y quedaba tirada en el pasto alto, tapada por él
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