Salieron las siete abejas hacia un monte de árboles que había tres kilómetros más allá, volaban en círculo, una al lado de la otra, casi todas en el mismo espacio, como suelen volar las abejas que son molestadas en su panal, las piernas colgando, como un tren de aterrizaje desplegado, y una al lado de la otra en un grupito pequeño.
Los vecinos del lugar escucharon los zumbidos
y vieron una muy pequeña nube de abejas que se desplazaba casi toda junta.
Mirador iba contando
Al lado del
colibrí estamos pasando
Dos personas
caminando
Una pequeña
nube que se va alejando
Y tres pájaros
volando
En ese momento, llegando de atrás un poco más
rápido que ellos, y saliendo de una plantación de lavanda, flor que les
encantaba a las abejas, se le sumó Recordador, otra abeja experimentada que
trabajaba con Von Frich. Apareció del
costado izquierdo, volando, alcanzó a Von Frich , el jefe explorador y Mirador
y se sumó a la charla
Recordador
era importante para la misión. Las abejas se guiaban por el recuerdo de los
lugares adonde habían pasado, en referencia con su panal y el sol y así
regresaban, y Recordador era el que mejor manejaba esa técnica. Lo necesitaban
si iban a ir a buscar a Melina. Y también los preocupaba que una de las cosas
que les afectaba era que perdían la capacidad de navegación, el poder de vuelo
y la ubicación, y eso le estaba empezando a pasar a todo el panal
-¿Cómo andan Recordador? usted es Recordador- le dijo
Von Fishc, con cierto candor
-¿No soy yo Recordador?
-Es usted ¿Qué no lo ve?
-Claro que lo sé, estaba perdido, pero ya me encontré
-¿Recordador usted
ya no recuerda?-le preguntó Von Frich
-Recordar si Recuerda, pero a veces pienso que es una
abeja que no está tan cuerda
Dijo explorador
-A veces recuerdo, y me pongo cuerdo, y a veces me
olvido y me pongo lerdo-
Dijo recordador
-Nada para darle ni preocupación, ni candor- agregó
-Candor, no sea flojo recordador
para un maestro de exploración
lo peor re la olvidación-
Dijo jefe explorador
-Que poco asistidor, señor jefe explorador-
-dijo von fisch- y no existe olvidación
Acaso necesitan que les vuelva a hacer la canción-
Dijo el almirante Von
-La ubicación en una abeja es todo-
Protestó el jefe explorador
-Bueno, a trabajar- Dijo Recordador
mientras volaban y empezó a recordar los lugares por donde habían pasado- Yo ya
he pasado por acá. Recuerdo.
Acá había una pelota de futbol,
Un jugador que era medio lerdo
y a la derecha
un arquero tirándose a atajar
y un bicho bolita que estaba por pasar -
Comentó mientras pasaban por el campito de pelota
-Y allá estaba un 3 que estaba trota que te trota
-¿Esos son los recuerdos de Recordador? –
dijo incrédulo en jefe explorador,
ahora volando al lado de Recordador y mirándolo
de modo desaprobador
Pero Recordador siguió recordando
mientras todos iban volando
por encima de la línea de cal de
uno de los costados,
pegado al carrito de helado
Recordador siguió con su aviación de mentalización
-Estamos, pasamos por el campito que jugo de la
Bochini,
A veces Merlini
el que compartía equipo con delantera Burruchaga
y lo dejaba que haga
Percudani, Barberón
Y no era ningún papelón
De arquero Goyén,
de dos Villareal, delante de él Trasero,
Ese día pasaba un pordiosero
a los costados Clausen el incansable y Enrique,
estaba mirando
en la tribuna un tal Manrique
de cinco tapón, Marangoni, y de ocho, el interminable,
Giusti el gringo
Y si están todos, cantemos Bingo
- Dijo Recordador, y todas las abejas
se frenaron en el aire volando como
cuando libaban de las flores y se dieron vuelta para mirarlo. No podían creer
para donde habían salido. Recordador decía todo esto señalando con la cabeza un
campito de futbol vacío, y recorriendo un poco más adelante que el grupo, la
línea recién repasada, con el blanco más intenso
-Ha visto que recuerda cosas- Dijo von firch. Y
después dijo- Siga así Recordador,
Usted es un gran aviador
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