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jueves, 15 de diciembre de 2022

Viaje de una perspectiva. La astilla en el aura y el dolor de la hormiga. Capítulo 11

Se levantó y la pie ya no le dolía. El día anterior había vuelto a hacer un análisis de lo que pasaba con su perspectiva ¿Qué pasaba con su perspectiva? Un amigo le había traído un pan dulce y unos budines, uno de los budines había quedado arriba de la mesada y se lo habían agarrado las hormigas, y si bien había logrado sacar el budín a la puerta, unas hormigas habían quedado ahí en la mesada y había conectado con una de ellas. Al conectar había bostezado, había conectado con la angustia y el temor de la hormiga y había bostezado, como descargándola. Eso no lo había pasado nunca con un ser tan pequeño. Si con una paloma, pero nunca con un insecto, eso lo había puesto a pensar, y al levantarse sobre lo primero que escribió sobre eso:

“El hilo de Ariadna, eso canalizo ahora que es lo que paso con la hormiga. Ese bostezo es el hilo de Ariadna por el que podemos salir del laberinto ¿Pero porque la hormiga y el bostezo de ella es el hilo de Ariadna por el que podemos salir del laberinto del búfalo?”

Escribió eso y después pensó: es el hilo de Ariadna porque conectar con el estrés de los otros y tratar de ayudarlos era la pista, lo que desenredaba la madeja, el caminito de migas de Pulgarcito, por el que recuperamos el regreso a casa ¿Y porque el regreso a casa? Porque de alguna manera crecer era volver, era recuperar lo que éramos y de donde veníamos. Los otros son el puente, el puente de Madison, el puente de Aviñón, cualquier puente. Los otros son el acertijo del grifo, y las respuestas siempre es una sola y la misma ¿Cómo los ayudamos? O sea que todo se trataba de conectar. Volvió a escribir;

“Si puedo conectar con algo tan pequeño, con su red de angustia, puedo conectar con todo. O sea que todo, hasta la más pequeño hormiga, hasta la más pequeña mota de pasto que tienen un ángel que le susurra el oído: Crece, según el Talmud, todo está conectado a una infinita red, fina e inquebrantable que une todo con todo y todo con cada uno, y cada uno con todo. Y todo, como en el Talmud, tiene una sola frase, que dice: Crece”

Se puso a pensar en lo de la hormiga. Se sonrió, por un momento cuando conectó con ella, cuando consiguió algo tan grande de algo tan pequeño, porque el stress fue grande, el bostezo de descarga fue grande, como cualquier bostezo de descarga de cualquiera, eso quería decir que las cosas no son pequeñas ni grandes, son, y que todo tiene la misma fisonomía, la misma arquitectura para todos. El stress es el mismo, para un toro, un humano, una ballena o una hormiga. O sea que, si le sacamos el stress a todos, es de la misma cantidad y la misma altura. Eso quería decir que si todo tenía la misma arquitectura de conexión de podía conectar con todo de la misma manera. Un humano, una ballena o una hormiga. O sea, que el hilo de Ariadna, o el hilo rojo del amor, nos ataba, o mejor dicho, nos tocaba a todos de la misma manera Eso quería decir que cada cosa en el mundo tenia al lado un ángel que le susurraba crece. Hizo ese análisis y se puso a escribir de su segundo descubrimiento. Y había pasado, como muchas cosas, en una sesión de reiki. Conectó, enumeró. Sesión de reiki número 1000, y escribió:

“Vino una persona a hacerse reiki, cuando me avisaron en el camino que venía conecté con que podía llegar a tener o que chakra trabajar, me metí como un pato en la región donde me indicaban que hacer, y como me metí, ya no como una pato sino como un rompecabezas y pude meter el oído, me hablaron al oído y me dijeron –Chakra raíz y chakra plexo solar” Ya sabía que tenía que ayudarlo a trabajar esos dos chakras antes que llegara a mi casa” Llegól, le pregunté si tenía problemas con la energía, me dijo que si, que  veces se quedaba sin energía, eso correspondía al chakra plexo solar. Y pasamos a la camilla, se acostó boca arriba. Abrí la sesión de reiki. Esta vez hice algo distinto a todas las sesiones, no di la posibilidad que me acompañara quien quisiera. Esta vez pedí yo si me podían acompañar, pedí si me podía acompañar la Virge María, dijo que si, Jesús vino y los arcángeles, y nombré tres, Jofiel, Uriel. Yo tenía adentro de Rafael y  Gabriel, o sea, yo tenía adentro a Gabriel y el a Rafael, que se había deslizado desde mi hasta el para ayudar en la sesión. Empezamos, me puse en las piernas, tomé posición de hacer reiki al chakra raíz desde las piernas, mantré el Sei He Ki alargado, que era el sonido que como una barcaza me permitía zambullirme en dimensiones. En el caso del reiki zambullir a la camilla, el espacio, a mí y a él en dimensiones. Apenas lo hice atrás de él apareció un enorme ojo de gato oblicuo que parpadeaba y lo miraba. Ahora canalizo que era el arcángel Gabriel, me hizo saber que lo acompañaba, cuidaba y miraba, se lo dije. Después de eso fui subiendo por las piernas para trabajar el chacra raíz, me dieron una información muy importante para él, se la dije, una clave para poder acomodar su madeja. Fui subiendo por las piernas y cuando termine con el chakra raíz, esto es, terminé de desconectar con vibraciones bajas y bostezar tome posición en el tercer ojo. Apenas tomé posición en el tercer ojo, que me ubiqué atrás de su cabeza. Apareció al lado una vibración muy baja, como un demonio, entonces me puse resbaloso y fue la primera vez que me pasó. Absorbí con mi aura esa vibración baja, la puse en mi cuerpo, se abrió un túnel de tiempo y espacio arriba mío, frente a mi tercer ojo, y como entro en mi se fue para el túnel, lo sentí entrar, bostecé, y lo sentí salir, bostecé, fue como cuando te sacan una espada, o arrancan una flor de un tallo, o se abre una semilla y madura algo, o secan un pez del agua, o como cuando el cuerpo siente que se acaba de curar una infección. En el camino también muy rápido, y muy amable lo invite a salir del paciente y tomar un camino de luz, le avisé que lo esperaban los elfos de la montaña que lo acomp0añaban a ir a su destino de luz y de amor, y mientras decía eso paso por mí y se fue hacia el camino de luz donde lo esperaban lo tomaban y lo guiaban muchas manos amigas. Nunca había sido ni tan rápido, ni tan sentido el proceso. Fue como si me hubiese vuelto resbaloso, piel de sapo se me viene a la cabeza, pero no es eso. Fue como si yo entrara a la otra dimensión y pasara por ella resbalando, o me resbalaran las cosas de ella, o mejor, mejor dicho, mejor pensado, como si yo me hubiese ahuecado mas, y fue todavía más un puente, un  túnel, una región hueca, de tránsito,  entre una cosa y otra por la que pasaban todas las cosas. Este proceso lo repetí con tres energías maás. Después de eso le hice un reiki común, tratando de usar mucho el Sei He Ki, de limpiarlo y tranquilizarlo, y después terminé la sesión. Cerré, agradecí  a las vibraciones altas que nos acompañaron y tomaron la sesión por mí. Y le dije a mi conocido, que saliera del trance de la sesión de reiki de a poco y cuando quisieran. Mi conocido volvió, salió, vino para la cocina, me dijo que estaba muy relajado, y alivianado, Y se produjo la segunda parte de la sesión de reiki. El segundo puente de luz. El primero fue yo, el segundo fue él”

Después de escribir eso se acordó de lo que había pasado, la astilla que tenía en el pie hacia una semana, que le infectaba todo el pie, se lo hinchaba, y muchas veces no lo dejaba pisar. Les dijo a sus dos amigos que tenía eso, y le mostro el metatarso derecho con el puntito negro, la persona que se había hecho la sesión de reiki le preguntó si se aguantaba el dolor, se lo sacaba. Dijo que si, aparecieron dos aparatos que eran ideales para sacar algo de la piel. Le cortó la piel, y metió en la carne, él se apretó  muy fuerte el brazo derecho y cuando más se apretó el brazo derecho más tapó el otro dolor, ese pellizco engañoso engañó lo otro. Después de sacarle una punta negra, siguió buscando, volvió a apretar y salió, y para arriba salió una astilla de más de un centímetro, la vio salir, se levantó para arriba como un suricato que sale de una cueva y salió por completo ese cuerpo extraño de su cuerpo. Había hecho reiki a distancia con papeles la noche anterior para que esa astilla saliera sin intervención médica ni hospitales ni eso. Y la astilla había salido a las pocas horas de ese reiki ¿Por qué? Muy simple, por la fisonomía del nuevo mundo, su arquitectura. Acaba de sacarle en la camilla de reiki cosas a él, y ahora él le había sacado cosas al reikista. Él le había sacado a su conocido cuerpos extraños de aura, o sea, el cuerpo astral, que es parte de todos los cuerpos, y su conocido, le sacó cuerpos extraños de su cuerpo físico, que es parte de todos los cuerpos. Lo que recibís das y lo que das recibís. Por primera mañana, después de 8 días, piso sin dolor

 


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