La clase de yoga, como siempre, conecta con la respiración y al conectar con la respiración, sentir el aire pasar por el entrecejo, conecta con el tercer ojo. Un rubí azul conecta que tiene en la frente, la misma visión que había tenido el día anterior, caminando por la ciudad, donde había conectado con el tercer ojo, se había abierto algo delante de su conciencia, su concentración, y había conectado con seres tipo elfos y una piedra azul, tipo rubí. Ahora en yoga, dejando pasar el aire por el entrecejo, o más bien, concentrándose en eso. Conecta con el tercer ojo y siente que tiene algo ahí de color azul, o violeta, o ambos. Lapislázuli. La clase es guiada de manera magistral por su maestro y cada vez que tiene como pasa el aire por el entrecejo conecta con la frente, siente una presión pequeño en la frente, una leve palpitación, entiende, conecta que ese puede ser su tercer ojo, y esta toda la clase sintiendo esa leve palpitación en la frente, esa noción de que hay algo en su frente. También conecta con una sensación muy profunda y muy sutil, de amor, que viene de su derecha, de su lado derecho, una sensación bella y poderosa.
En la clase de yoga pisa
perfecto con su pie derecho, su metatarso, nada le duele, más tarde en el mismo
espacio pasan a la meditación. Vienen varios alumnos más, se sientan todos, y
el maestro empieza con la meditación. Al principio son unos soplidos que hace el
maestro, mientras todos están con los ojos cerrados, el siente esos soplidos
como conexiones, subidas de vibración, ya le había pasado. Siente un chucho en
la espalda y todo el cuerpo, es una sensación bella de elevación de vibración. Además
de percibir unos símbolos que le pasan por la frente. Después viene el mantrado
del om de parte de su maestro también, y ahí es donde él se transporta o
traslada a otro lugar, hay un bebé, muy bello, como en las otras meditaciones.
Al final va terminando la meditación, se saludan, se despiden y vuelve a su
casa
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